Por la Valldigna: Brillante jornada con ruta y calçots

  

Un sábado muy majo, divertido, magnífico, feliz… disfrutamos todo el grupo de amig@s por La Valldigna, en la comarca de La Safor. “Un mundo por descubrir” reza el eslogan turístico, pero que, poco a poco, vamos conociendo más sus bellezas naturales, culturales y gastronómicas.

Había que repetir la deliciosa experiencia de comer calçots. La descubrimos el pasado año y este año repetimos, con más amig@s.

Y todo, todo nos gustó mucho. Resulta que este sábado, 9, se celebraba en Simat el Día de la Valldigna. El marco: las calles adyacentes al Monasterio de Santa María de Valldigna, fundado por Jaume II El Just en  1298. Y por este motivo tuvo lugar una ruta, convocada y organizada por el Grupo de Montaña de Valldigna.

A la hora prevista llegamos a Simat. Un cafetito y a estirar un poco las piernas por el pueblo. Concentración ante la puerta de entrada al monasterio. Aquí saludamos a Xavi, que fue nuestro atento guía en la ruta. A las 8,30 tuvo lugar la salida. Dejamos atrás el pueblo y nos elevamos por una bonita senda en dirección al barranco de Les Cases. Ni que decir tiene que las panorámicas de todo el valle eran sorprendentes. Extensos y verdinegros manteles de naranjos, cerrados por el cerco gris y arrollador de las montañas de la “Vall”, y, al final, la lámina luminosa de un mar de color azul,  con el “leit motiv” del monasterio, casi visible en toda la ruta circular. Xavi nos fue explicando detalles de los lugares que salpicaban la ruta, bajo el rolde de peñascos que forman la aserrada crestería del barranco. Una nube nos hizo poner los chubasqueros. Pero la cosa no pasó de ahí,  cuatro gotas o algunas más…

Una larga subida nos hizo desembocar en un collado, internándonos en el valle de Barx, donde admiramos la belleza paisajística de todo su entorno montañoso, dominado por el imponente Montdúver, ocultado por esta parte por su acólito, el Penyalba.

Parada y almuerzo en el camping de la Falaguera,  y seguimiento de la ruta,  entrando en el pueblo. Tomamos el sendero balizado PR-CV 51, que nos alzó hasta el mirador de La Visteta, donde las vistas nos volvieron a maravillar, y descendimos, tras dejar a la derecha el sendero que sube al Montdúver,  hasta el lugar donde se localiza la famosa fuente del Cirer, uno de los parajes naturales más emblemáticos de Simat -como así destacó Xavi-,  sita en la umbría de la montaña de Les Àligues, en la vertiente norte de la sierra del Montdúver.

Desde este neurálgico punto descendimos hacia Simat,  por la senda dels Burros. La vegetación por estas umbrías es muy frondosa, destacando numerosos ejemplares de madroños. Llegamos a Les Arcades, que son restos de acueductos que conducían el agua desde la fuente del Cirer al monasterio.

Simat nos envolvió en un ambiente de fiesta grande. Gentes por todos los lados, tenderetes con exposición variada de géneros y artículos y muestra de canciones y música autóctona del valle. Breve visita al monasterio y, al filo de las 2 de la tarde,  el personal del refugio-albergue La Bastida, sito en el término de Quatretonda, nos guió hasta el Pla de Corrals, donde aparcamos nuestros coches. Y con un vehículo todo terreno, donde se derrochó jolgorio a lo grande,  nos trasladaron hasta el refugio, donde habíamos reservado plaza para comer calçots. Nuestro contacto fue Xavi. Y resaltar que todos los miembros del equipo del refugio  se portaron muy bien con nosotros.

En una larga mesa nos sentamos los trece amig@s para comer la calçotada. Y con el babero, como señala el ritual. Y terminamos contentísimos,  tras degustar  este tradicional condumio. Los calçots estaban buenísimos, con sus tallos blancos, dulces y sabrosos una vez se pelan, y la salsa romesco muy buena. Todos los ingredientes típicos de esta especial comida estaban ricos, regados por vinicos, cervecicas... Y lo fundamental es que lo pasamos muy bien todos, creando un ambiente sumamente divertido y alegre, con una espontaneidad que se bordó a flor de piel, que es lo que enriquece una reunión de amigos.

Y el sitio genial, en plena naturaleza, viendo por los ventanales del refugio esos paisajes que tanto nos atraen. Tras el postre, con dulces y tortas,  nos sirvieron exquisitas infusiones, que nos agradaron mucho. Y como dato final, nos hicimos la foto del grupo delante de la puerta de entrada al refugio, para recordar la maravillosa jornada de ayer sábado,  que todos celebramos con armonía y excelente compañerismo. Y que todos recordaremos con cariño, con  nuestros trofeos en casa, los baberos, las fotos y el afecto de tod@s l@s amig@s, como así se rubrica con el sentimiento adherido en los correos que vamos recibiendo, exaltando tan fenomenal día.

Y que para mi tuvo un final que no me esperaba. Llegué a tiempo a Segorbe para ver actuar en el auditorio a mi nieta Mariel,  con motivo de la audición de la Escuela de Música de la Sociedad Musical de Segorbe. Con su clarinete interpretó el tema popular “Tengo una muñeca”, y la bordó. Quería mi nieta que le hiciera fotos y se las hice. Ni que decir tiene que la emoción fue grande y mi alegría extraordinaria.

Lo dicho en el titular: ¡Una brillante jornada!!!

FOTOS DE UNA JORNADA FELIZ