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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

domingo, 18 de enero de 2009

Por el río Turia

Tenía ganas de hacer una excursión partiendo del embalse de Benagéber. Y con un tiempo magnífico, sin las acometidas del frío polar de días atrás, allá que nos fuimos Juan Abad y yo, pasando por Chelva y Tuéjar. Aparcamos el coche al lado de la boca norte del túnel, antes de cruzar la presa del embalse, cuyas aguas se recortaban entre el enrejado de los troncos de los pinos.

Neblinas lechosas se cernían, como retazos de la amanecida, sobre la gran lámina líquida. Emprendimos el recorrido siguiendo la descripción de la ruta publicada por el diario “Levante” en la guía de senderismo, titulada “El embalse de Benagéber”.

El itinerario, que resultó muy atractivo y pintoresco, gana altura suavemente por un sendero tras el señalizador de la variante del GR-7, que aparece al lado de la carretera en dirección a Tuéjar. Las vistas hacia el embalse son estupendas. Se camina por la umbría del cerro de los Pulpitillos, y cuando el sendero se encurva para pasar a la solana aparece el sinuoso desfiladero del Turia, con sus espectaculares cortaduras y esculpidos farallones, con frondosos pinares que desdoblan su saya verde.


El aspecto vaporoso de las brumas difuminaba el encajado valle, enredándose entre las empinadas vertientes e imposibilitando la toma fotográfica al socaire de un pertinaz contraluz. Paredones de roca caliza escoltan el buen sendero, que va flanqueando las fantásticas laderas que caen sobre el río Turia. Mientras, nuestros pensamientos se centran en la cualidad del senderismo, que proporciona un magnífico equilibrio entre la saludable acción de caminar y la contemplación, la atención de los detalles más importantes de las montañas y sus paisajes.

Se cruza el barranco de Peñafiel y entre pinares el recorrido empalma con el camino que comunica con las casas de Bercuta, sitas en una hoya. Un poste vertical del GR-7 nos orienta en la dirección a seguir para descender al cauce del Turia. Recorremos el camino hasta que se acaba pronto. Y en este punto nace un camino de herradura, un clásico entre el entramado de senderos de Los Serranos, que servía de hilo conductor entre Barchel, Bercuta y Chelva. Baja el sendero con su colección de eses por la empinada ladera y el bosque de pinos, ofreciendo perspectivas del quebrado desfiladero, su hermosura y la dimensión de su interioridad, que sintoniza admirablemente con la dulzura de la atmósfera y de un cielo quieto y azul, apenas salpicado por algunos mechones de nubes.

Llegamos al Turia, que sigue su cauce guarecido de una espesa vegetación arbustiva y articulada arboleda. Se cruza el río por un puente colgante de madera. A la entrada del puente, en un buzón instalado por la Generalitat Valenciana en forma de caseta, encontraremos un libro de registro del GR-7, E-4 (Pirineos a Tarifa).


Entre la orla vegetal llegamos a la pista de Barchel y al húmedo y umbrío paraje de los Chorros, por donde se precipita en menuda cascada, como hebras de cristal, el agua del nacimiento situado más arriba, por cuyo camino, entre la caliza y la densa vegetación, se encarama el GR-7 al encuentro del caserío de Barchel.

Seguimos pista arriba hacia el embalse de Benagéber para terminar esta ruta circular. En los 3 km. de distancia apreciamos entre una cadena de paradas el temple del desfiladero, el oleaje de los pinos asomándose sobre las rotondas de los púlpitos rocosos, las vertiginosas paredes que se desploman sobre el Turia, en cuyo cauce el sol aterriza para sacar brillos a la corriente, cuyo murmullo ascendía hasta la pista como una canción ancestral.



-¿Qué valoración le daríamos a esta ruta?, le pregunto a Juan.

-Yo le daría 4 estrellas.

-Yo también. Me ha gustado.

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domingo, 11 de enero de 2009

La laguna de La Dehesa de Soneja

Desde el pasado 12 de diciembre de 2008 La Dehesa de Soneja ha vuelto a recobrar la declaración de Paraje Natural Municipal, una vez resuelto el informe que faltaba para llevar a efecto esta declaración. Es la Dehesa un paraje encantador por “sus valores medioambientales, ecológicos, históricos y paisajísticos”. La laguna -joya del paraje-, emplazada en una depresión endorreica, se halla ubicada sobre una montaña de suave aplanamiento en su orientación a levante. Una exuberante formación vegetal anilla la redondeada cubeta de la laguna. Pinos, carrascas, alcornoques… cubren un terreno elevado tapizado de abundante asociación arbustiva.


El PR-CV320, con una longitud total de 13,820 km., comunica con la laguna desde el Centro de Interpretación de la Dehesa, sito en el km. 1 de la carretera CV-230, a la salida de Soneja en dirección a Vall d’ Uixó. El centro abre de jueves a domingos, de 9 a 13,30 horas.



Aunque un recorrido circular a partir del km. 9,300, con un total de 4,5 km., se inscribe en el paisaje que adorna la laguna. Desde este punto, accesible con vehículo desde el asfaltado camino de Almarós, el circuito puede ejecutarse tal como indica el señalizador vertical del PR, siguiendo por un lado la dirección de la Rocha de las Muelas, y, asimismo, por Canasta por el otro. Ambos ascienden hasta la meseta de La Dehesa, facilitando la visita a este importante humedal, que integra, además, un recorrido ecodidáctico, con paneles informativos sobre la flora, muy interesante para las visitas con niñ@s y para grupos escolares, mediante cita previa a los teléfonos 964135004 y 689687507. Web de Soneja.

Acceso : Siguiendo desde Soneja la carretera CV-230 y después de pasar por Azuébar, a una distancia de 1,5 km. de esta población, parte por la derecha de la carretera el citado camino de Almarós. Lo seguimos y a los 3,3 km. se arriba a una pista de tierra que parte por la izquierda del camino, por donde van las marcas del PR, que la seguimos un corto tramo hasta localizar la ubicación del señalizador de los 9,300 km., punto de partida del circuito. Hay espacio para dejar el vehículo.


Otro camino conduce directamente a La Dehesa. Parte a los a 2,1 km. -distancia tomada desde la carretera- del camino de Almarós, iniciándose, asimismo, por la izquierda. Cerca de la laguna, se ha habilitado una zona de aparcamiento para vehículos, ya que el acceso se halla cortado por una barrera metálica.

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Nota: La descripción del itinerario completo partiendo del Centro de Interpretación del paraje de la Dehesa está publicado en mi libro "Cumbres y parajes del Alto Palancia", itinerario 16. Año de la publicación: 2007.

miércoles, 7 de enero de 2009

Por el Parque Natural dels Ports: El Mont Caro

Una de las maravillas naturales de Cataluña es el Parque Natural dels Ports, declarado en julio de 2001. La orografía de todo el dilatado macizo, muy quebrada y accidentada, formada por cinglos, breñas, acantilados y afilados picachos, angostas depresiones y valles cerrados de estilo laberíntico, inextricables, adornados en la primavera por un tropel de flores, constituye un territorio sumamente pintoresco, comprendido entre Cataluña (El Montsià, Baix Ebre y Terra Alta), Aragón (El Matarraña) y la Comunidad Valenciana (Els Ports de Morella y El Baix Maestrat). El Parque Natural dels Ports, ensalzado por los excursionistas, por los amantes del senderismo, al igual que el vecino Parque Natural de la Tinença de Benifassà, emerge notablemente sobre los llanos del litoral y la depresión del Ebro. La geología y la vegetación componen un medio físico espectacular, cuyo techo es el Mont Caro, de 1.447 m. de altitud, que destaca mayestáticamente desde Tortosa y el Delta.


Una carretera termina en la misma cumbre. Desde Tortosa hay que seguir hasta Roquetes, y una vez que se cruza la población, se sigue por la carretera que conduce a Els Reguers y Alfara de Carles. Pero un desvío a unos 3 kms. señala el inicio de la carretera con el cartel “Mont Caro, 20 Km.”. La carreterita nos acerca a las faldas de tan soberbio macizo montañoso, erguido con sus calizas paredes donde impera la verticalidad bajo el aspecto de fortalezas. La carretera es todo un festival zigzagueante, con enlazadas curvas que resultan más espectaculares en el tramo del Caragol. Un aislado y abrupto peñasco nos descubre en su cima la vistosa escultura de la “capra” hispánica, símbolo de Els Ports.

Tras la impresionante cuesta, la carretera se acomoda en “El Portell”, paso situado a 1.000 m. de altitud, entre la Barcina y la Tossa de la Reina. Más adelante, después del cruce señalizado al Mont Caro, la carretera, entre parajes boscosos, orilla chalets y algunos restaurantes.

Y al Mont Caro acudimos en la mágica mañana del pasado lunes, día 5. Juan Abad y yo realizamos una entretenida e interesante excursión, que partió desde el señalizador que indica el refugio de Caro. Seguimos los trazos del GR-7 en dirección a Fredes, en busca del collado de los Pallers (3,1 km.). Y también marcas azules en forma de estrella. El ambiente era gélido. Caminábamos por la umbría del tupido bosque, admirando las fachadas rocosas del Mont Caro, cuya cumbre se adivinaba por la rectitud terminal de las antenas. Entre los enormes precipicios se desgarran vertiginosas fajas colmadas de vegetación. Las bajísimas temperaturas hicieron crecer las escarchas, que blanqueaban el suelo y cristalizaban ávidamente los arbustos. Las plantas enredaderas ensortijaban briosamente los troncos de los pinos y los líquenes y los musgos se aprehendían a las rocas con innata vehemencia.



Tras pasar el collado de la Carrasqueta el GR-7 continúa por un transitado sendero, que sube hasta alcanzar el collado de los Pallers (50 min.). El sol acarició nuestra llegada al collado e hizo brillar una plétora de gotitas cristalizadas en las hojas de los pinos, que la fuerte brisa se encargaba de descolgar, balanceándose en el aire con ritmo centelleante.

En el collado de los Pallers abandonamos el GR, donde hay un poste vertical del mismo que indica las distancias a los refugios Mas del Frare (6 km.) y Font Ferrera (13 km.). Por la izquierda del collado, rodeando un espigón rocoso -el Paller Gran-, nos elevamos para buscar la arista y desembocar en otro colladito. El itinerario es evidente sobre el pedregoso terreno. Gana altura por la cresta entre una sucesión de pronunciados repechos, collados y fajas rocosas. Hay mojones de piedra en todo el recorrido. El sendero pasa por unos llanos y al lado de la Moleta Rodona. En el tramo final, ya en el mismo cabezo rocoso del Mont Caro, el sendero remonta una inclinada canal donde los pinos muestran el furioso embate de los fuertes ventarrones, con sus ramas inclinadas sobre la rocosa pendiente que se asoma a los despeñaderos. Un denso bosque de bojes cubre los metros finales de la ascensión. Se llega a la cima del Mont Caro (1 hora, 40 min. desde el collado de los Pallers).

En la cumbre, aparte de las enormes antenas, hay un mirador centrado por un monolito de piedra, con placas donde se inscribe la altitud del Caro, así como un monumento en honor a la Virgen de la Cinta, patrona de Tortosa.

Desde los miradores de esta formidable atalaya la amplitud de las panorámicas es inmensa, única y cautivante. Todo el conjunto orográfico comprendido entre las distintas comarcas desfila ante las miradas como un calidoscopio natural, excelsamente quebrado y de fascinante atractivo, aflorando sus cumbres más airosas: Punta de la Devesa (1.313 m.), Mont l’Espina (1.182 m.), El Negrell (1.345 m.), el Retaule (1.238 m.), el Turmell (1.315 m.), el Tossal d’en Cervera (1.347 m,), el Tossal dels Tres Reis (1.351 m.) y el Tossal d’en Canader (1.393 m.). Se extienden las perspectivas hacia el Delta con el curso del Ebro. Pero en ocasiones surgen las lechosas brumas, que enturbian con languidez las planicies, se apoltronan en las barrancadas y se apegan como un blanco manto sobre los elevados rasos y collados.



El descenso hasta el punto de partida lo realizamos por la sinuosa carretera (3,8 km.). Fue una bajada algo monótona pero enriquecida por las vistas en los umbrales del pico, los contrafuertes calizos y los pisos que forman la vegetación, engalanando de verdes frondosos el concierto rocoso que domina la serpenteante carretera. Desde la misma surgen algunos itinerarios, como el de la Barcina, cumbre de 1.359 m., con vistas panorámicas de la planicie del río Ebro y del Delta. Una excursión recomendable a esta cima, alargando por consiguiente la ruta al Caro (1 hora ida y vuelta)

¡Ah! No vimos ninguna cabra montés. Bueno, sí, una: La del monumento. Hasta la próxima vez.

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jueves, 1 de enero de 2009

Feliz Año Nuevo


¡FELIZ 2009!

PARA TODOS LOS SENDERISTAS, MONTAÑEROS, SEGUIDORES Y AMIGOS DE ESTE BLOG.
¡FELICES MONTAÑAS!