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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

jueves, 29 de diciembre de 2011

A mis botas


Desde la cumbre de las Rocas de Masmut



Cuentas venturas han disfrutado mis piernas.  Calculo que mis pies habrán calzado (¿) botas. Muchas. Los dedos de mis pies aún se cabrean conmigo por las palizas que les doy. Y que dure.

Así que quiero con esta entrada, la última del 2011, tributar un homenaje a todas las botas que he tenido. Con ellas he pasado calor, frío, miedo…. He sido feliz, he gozado con amigos y solo. El destino me ha deparado el privilegio de poder conocer y amar muchas montañas: El Pirineo, las Montañas Valencianas, el Sistema Ibérico…

En estos marcos he volcado mis sentimientos. Me he lanzado, con mis botas puestas,  a la conquista de la altura. He forjado durante muchos años una relación con estas montañas de mis amores cargadas de distintas escalas. Tierras diferentes, con el encanto de sus valles, de sus collados, de sus bosques, de sus cimas…

He sido feliz y lo sigo siendo. En este año que va a comenzar muy pronto deseo seguir disfrutando del montañismo. Que mis botas continúen acompañándome con el mayor entusiasmo por el camino, cruzando un intrincado bosque, abriendo senderos, ensanchándolos… Llegando a los sueños, a la aventura, haciendo la ascensión que soñamos, logrando la comunicación con la naturaleza, profundizando en sus conocimientos. “Ni las horas ni el cansancio distraen el pensamiento”.

Mis botas. Y un nuevo año que llega con más esperanzas. Saldré con ellas a vivir nuevas rutas, que son fuente de felicidad. Lo he leído y lo digo: “Caminando, quien va a la montaña, gana sabiduría y felicidad”.


martes, 27 de diciembre de 2011

¡Vaya Rocas las de Masmut!

  


Nuestro viaje de Navidad ha traspasado las fronteras provinciales, más allá de Morella, donde el genio de la naturaleza remarca su imagen geológica de forma espectacular y sorprendente.

Allí donde esté la belleza vamos a su encuentro. Es nuestro norte. Somos fieles a nuestros propósitos, aunque éstos se encuadren a veces en el rol de la estricta contumacia.

Nuestra  brújula viajera se ha orientado hacia un pueblico del Bajo Aragón: Peñarroya de Tastavins.

Un municipio con empaque rural, bello. Atesora una arquitectura rural sorprendente. Juan y yo lo  callejeamos detenidamente. Y nos fijamos en sus edificios blasonados, en sus ostentosas balconadas de madera, en sus ricos aleros, en sus arcos de medio punto. Vamos, que disfrutamos como unos cosacos y solos nos faltó bailar de alegría.

Bueno, sino lo hicimos en este hermoso pueblo de Teruel, lo hicimos muy cerca. En Les Roques de Masmut ¡Vaya rocas! ¡Vaya muela!

Unas paredes que rebasan los cien metros de altura, totalmente verticales. Su imagen cautiva. Esas formaciones rocosas tienen hechizo excursionista. Puntiagudas proas recortan el azul. Y entre ellas se perfilan los surcos de profundas canales.

Y trepamos para alcanzar  su cota principal. Nos animó ver a varios escaladores en sus paredes. Pisamos sus calizas, caminamos por las terrazas superiores y alcanzamos el techo de las proas más altas. Estuvimos bastante tiempo deambulando por ellas, asomándonos al tremendo vacío.  Nos cautivó las panorámicas que se divisaban, por una parte hacia las puntiagudas y cercanas muelas de Zapater con sus cinglos. Y más al norte, se columbraba un baile de agujas y cortados calizos de los parajes del Matarraña,  con sus estructuras cabalgantes.

A descender de estos impresionables balcones calizos tomamos el PR-TE 157 que se dirige al arroyo de los Prados. El recorrido fue breve, pero lo suficiente para otear en todo su empaque estas soberbias proas con sus tonos rojizos, que el sol de la atardecida recrudece mágicamente.

Al salir de Peñarroya de Tastavins visitamos el santuario de la Mare de Deu de la Font, del siglo XIII. Constituye un monumental conjunto de edificios conjugados entre los estilos gótico y mudéjar. Por un costado pasa el río Tastavins. Los rayos del sol resbalaban en las quietas aguas, espejeando una tropilla de desnudos chopos.

Cerramos con broche de oro el 2011. Nuestro año montañero.

Se abre otro. Feliz Año montañero para TOD@S.


















sábado, 24 de diciembre de 2011

La belleza de Espadán




Subían, ascendían por el sendero alegres, preguntando lo que veían. He ido con mis nietas a la sierra Espadán.  He hecho con ellas una bonita excursión. El bosquecillo  de castaños mostraba su exotismo. La enramada de verdes era viva. Habían  alcornoques centenarios.

-Haznos otra foto, abuelo.

Las hojas de los pinos colgaban de los frondosos brezos en forma de afilados pendientes. La pinocha se convertía en pista de patinaje para mi nieta pequeña. Los musgos exhibían su verde ensalmo, revistiendo mágicamente los rojizos y milenarios  bloques del rodeno. Los troncos de los alcornoques mostraban su pátina rugosa, casi punzante, entre pequeñas placas de líquenes azulados.

El festival cromático del bosque era bello, alborozado. La densa vegetación se enrollaba en una gala de guirnaldas fantásticas, como de cuento, llena de vida. Del suelo flotaba un olor grato, de tierra húmeda, mezclada con los efluvios de los arbustos. La soledad era ardiente. El terreno escarpado, escalonado, entre anfiteatros vegetales. Entre la techumbre pinariega se divisaba el seráfico color azul del cielo…

Mis nietas subían, ascendían por el sendero,  alegres…
















miércoles, 21 de diciembre de 2011

Estad a mi lado




Busco en mis andanzas el corazón de las cosas. Persigo la belleza con ilusiones hondas. Soy juglar de mi tierra, y encuentro en la naturaleza la ronda de mis palabras. Salen al camino, donde la luz se crece. Y les dejo paso. Y se elevan como estandartes que ondean en la serenidad de los días. A veces se ensanchan como mares infinitos. Pero me llegan sus olas, que son como manos que acarician. Y me abrazan y encienden la lumbre de mis sueños, que no apaga ni vientos ni brisas.

Y camino por singladuras decididas, como amigo fiel de la tierra, donde se enraizaron mis sueños. Y van creciendo como castillos sin arena, como álamos plateados, donde florecen emblemas de fe, a la vida, a mis equipajes, donde están todos los corazones que quiero, como rosas perpetuas que embellecen mi camino.

Y si llega  el día  que mis pasos no pueden tocar la tierra donde se enraizaron singladuras bellas, sueños y aventuras, recordaré con la palabra la radiante lumbre de la amistad, de la verdadera amistad, de momentos felices como alas desplegadas que avivaron vientos de ilusión sobre el bello patio de la naturaleza,  dejando huellas eternas.


lunes, 19 de diciembre de 2011

Nos acercamos al pico del Aguila

  


Tuvimos un encuentro especial en el marco de la naturaleza para celebrar el espíritu navideño por nuestro grupo. Echamos de menos a l@s amig@s que no pudieron acudir a esta ruta extraordinaria, pero sabíamos que estaban a nuestro lado,  compartiendo la alegría de todos, las emociones que avivan nuestros pasos, tan enraizados en nuestra amistad.

Nos acercamos a la montaña con nuestra armonía, con la voluntad común de pasar una mañana feliz. El sendero nos conducía hacia la cumbre de un pico emblemático entre dos comarcas, el pico del Aguila.  En él íbamos a revivir momentos felices disfrutados en este año que va llegando a su final. Hemos gozado con muchas salidas, de la atracción de la naturaleza, de su pintoresquismo, saboreando las sensaciones intensas que nos proporciona este deporte que es el senderismo. Y lo practicamos con alegría, porque recibimos el lustre de unas imágenes queridas, de la orgullosa serenidad del silencio y ambicionamos vivir tan felices momentos por esos senderos que nos hablan de experiencias, de  tradición y de vida acumulada. Y que los recorremos con el corazón.

Por este sendero que subíamos he ido muchas veces. Por él paso al lado de un pino. Es mi pino. El pino solitario. Que se abre al azul con su sombrilla verde, donde se cuelan las brisas y el viento pretencioso del norte, donde la lluvia lo lava y saca sus brillos de esmeralda.

Los brezos “petorra” expandían la alegría verbenera de sus bellas flores rosáceas.

La cumbre del pico del Aguila es amable, ancha. Mira a todos los horizontes, pero sobre todo mira a sus pies, donde queda la población mater, que la distingue y ama. Es Gátova.

En este bello escenario del  Aguila celebramos un  almuerzo especial, con la deliciosa rúbrica de las aportaciones de cada uno. Había de todo y todo estaba riquísimo. Vamos, un festín, una tragantona navideña, alegre y divertida.

Y para abajo. Bueno, el regreso al punto de partida, o séase, la laguna del Portillo, fue más larga, monótona e irrelevante paisajísticamente. Fuimos andando por caminos del Plano y de la Rosa, por tierras de olivos plateados que el viento agitaba,  haciendo relucir brillos anacarados.

De esta manera retomamos las ganas de comer. Y en Viver celebramos la comida en un típico restaurante. Ambiente amigable como siempre y brindis final por las fiestas y el nuevo año, donde volveremos a nuestros senderos, a disfrutar de la naturaleza, de su potencia y pureza en las mañanas radiantes donde nos encontramos tan bien con ella.


Senderistas: Carmen D., Carmen K., Emilio, Kiquet, Juan, Martín y Luis.













sábado, 17 de diciembre de 2011

FELICES FIESTAS



Felices Fiestas...

... cuando levantas al cielo tus ojos azules.

Felices Fiestas...

... en versos cadenciosos que desfilan por pueblos,  valles y ríos.

Felices Fiestas...

... cuanto en tus labios brotan sonrisas como rosas rojas.

Felices Fiestas...

... en todos los hogares que se llenan de vibraciones sensibles.

Felices Fiestas...

... en la fructífera cadena de vuestros amores.

Felices Fiestas...

...a quiénes se adentran en los jardines de las ilusiones y esperanzas.

Felices Fiestas...

...a quiénes buscan en el amigo la esencia de la vida.

Felices Fiestas...

... a quiénes buscan por los caminos la paz de los pueblos.


Felices Fiestas...


... con salud y trabajo para todos.

Felices Fiestas...

...a quiénes desean las concordia, la armonía, la bienandanza y la calma bienhechora en el 2012.



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Subo, trepo, resbalo...




Estoy enfrentado a una ascensión dura, de las más duras de nuestras montañas. Solo con mis piernas dispuestas a culminar el reto. La inclinación de la pendiente es considerable. Y el terreno no es estable. Ni mucho menos. Avanzo por una pedriza de mil demonios y muy resbaladiza. Subo lentamente, congestionado por el esfuerzo. Hay algunos montañeros que me pasan y yo les doblo la edad. Y pienso que no se si llegaré a la cima. Una cumbre que la he hollado cuatro veces. Pero era joven, impetuoso. Mis aptitudes físicas se encontraban en un buen momento. Carreras a pie y prodigiosas ascensiones a tres miles del Pirineo forjaron mis piernas y mi corazón.

Pero esos felices encuentros con la gran montaña quedan en el recuerdo. Ahora es el coraje, la voluntad, el reto que emulsiona  con la edad el que me impulsa a entregarme a la dureza de la ascensión.

Parece que no avanzo. Parece que me encuentro en el mismo punto. Las paredes con su vértigo forman una empinadísima garganta. Soy como una minúscula partícula en el seno de la imponente angostura.

Abajo queda la flor junto al sendero y el reclinado bosque de pinos. Estoy en otra frontera.

Los grises de las rocas me arrebatan, me agobian. Me paro. Tomo aliento. Bebo agua.

Una fuerza interior estampilla mi cuerpo. Hinco con fuerza mis bastones en la tierra, cuando me deja la deslizante pedriza. Un paso arriba y dos abajo. Me detengo nuevamente. Miro el cielo. El sol me ciega. Descanso bajo una carrasca. Su sombra me rodea. Es como un fresco aliento entre la corriente gris de la infernal canal.

Subo, trepo, resbalo… Parece una ascensión mecánica, usando como un autómata mis piernas y manos. Y la mente conduciendo el timón de la voluntad.

¿Por qué este reto? ¿Por qué me encuentro aquí, solo, sin un  amigo que me diga algo, que le diga algo?

La aventura en la montaña ha sido esculpida física y literariamente por personas valientes, temerarias… La montaña hace sentir y vibrar. Hace madurar a la persona.

Siempre me ha gustado salir fortalecido de la montaña. Pero quizás ahora soy un inconsciente. La edad no perdona, Y el cansancio me pasa factura.

En la mochila llevo muy pocas cosas. Agua, una bebida isotónica y algún fruto seco. No he cogido ni la cámara de fotos, por evitar peso.

Dos horas han pasado desde que inicié la ascensión. Ya casi estoy en el tramo final de esta embravecida canal. Sufro,  pero la he superado. Y el cielo se ha abierto más. La montaña también. El sendero se marca bien sobre el elevado terreno. El esfuerzo final hasta la cumbre es más llevadero, como un paseo místico. Y llego a ella feliz, contento. Y abrazo el pilón geodésico. Y unas lágrimas resbalan por mis mejillas ¿Por qué tanta emoción? ¿Por qué esta caricia mía a la cumbre?

Solo los que consiguen culminar cualquier reto montañero lo saben. Es como una prueba iniciática.

El Puig Campana me sonríe otra vez.

Y una estrella luce sobre la Brecha de Roldan.  Es Navidad.



lunes, 12 de diciembre de 2011

Por Culla "rayando el cielo"

 

-Allá que nos fuimos.

-¿A dónde?

-A Culla.

-¿Y que visteis?

En ruta por la carretera paramos para ver la popular carrasca.  Caray, Que grande es. Monumentalísima. Según dicen es la más grande de Europa. Creo que no exageran.

Estas son sus medidas:

20 m. de altura; 7 m. de contorno del tronco; 35 m. de diámetro de las ramas; y su peso se estima en 75 toneladas.

-Ja, ja, ja…. para ir a un concurso de belleza.

-Vaya, con la carrasca. Si cabe hasta un ejército debajo de ella.

Y seguimos hacia Culla.  Y la vimos alzada sobre el azul, tocando el cielo. Tuvo castillo. Y sus calles se adaptan a la topografía del terreno. Destacan la iglesia parroquial, la Pressó, el antiguo Hospital, varios arcos, parte de la muralla… Vamos, que el paseo es primordial para conocer los valores monumentales de Culla, declarada Bien de Interés Cultural.

Pero nuestro grupo fue a Culla para conocer su  paisaje, su naturaleza, tan agreste como indómita. Y nos encaminamos por el sendero denominado de la “Font de L’ Oli”.

-Fresquito ¡eh!

-Vaya, se nota la altitud.

Cada sábado nuestra cita con las rutas es la alegría de vernos, de charlar, de volver a lo nuestro, de andar y ver, de ser felices con el amigo al lado.

Desde Culla seguimos el recorrido del sendero PRV-225. Vamos por pista  en dirección al mas dels Oms. Nos desviamos hacia el barranco de la Font de l’Oli. Seguimos las señales del PR. Descendemos hacia el barranco. La vegetación es floreciente. Hay  de todo. Un buen sendero, que zigzaguea con con pasos de danzarina. Fragancias. Un paisaje montaraz espectacular, que es alma del Maestrazgo. Altivos peñascales con su arcaísmo protuberante, reptando laderas arriba, y el aire, que tiene el temple de acero de un cuchillo.

Andamos y nos sentimos más montañeros. Y quedan en el camino nuestras charlas, nuestros almuerzos, al compás de las delicias que cada uno aporta, las viejas masías, que sorprenden por su aérea ubicación, los enormes paredones de Penyacalva, donde los buitres son los reyes del espacio, las simpáticas cabras montesas, que son  amigas fieles del silencio y de los riscos. Y…

… nuestros alegres pasos, que son los surtidores del sendero y que se instalan cada sábado en nuestros corazones para volver a…. empezar!!!

-¿De donde venís?

-De Culla.