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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

sábado, 30 de junio de 2012

EN SIGÜENZA



El viajero puso el aire acondicionado en su coche y le dio caña a los altavoces con las voces de Serrat y Sabina. Y sin sofocarse mucho en darle al acelerador, se coló a eso de la caída del mediodía en Sigüenza. 

Enseguida que aparcó bajo el sombrajo de una elegante arboleda, se fundió entre las gentes, y fue en busca del monumento más sobresaliente: La Catedral-Basílica.

Pero antes de entrar en el templo, detiene la mirada en su portada principal, que realza el estilo románico. Dos recias torres almenadas se alzan en los costados. Sus bases son cuadradas. Divulgan su caracter militar, unidas por una artística balaustrada.





Penetro en el interior. Tiene tres naves, un ábside en la cabecera donde se halla la obra más antigua de la catedral, que es la capilla mayor.

Naturalmente que visito la famosa capilla del Donzel, donde está el sepulcro de Martín Vázquez de Arce. El gótico flamígero es admirable. Vaya obra.

Y con la impresión recortada felizmente en mi espíritu viajero, salgo a la calle y paseo por la ciudad.

Tiene muchos monumentos y es ciudad que cumple espléndidamente su cometido de ciudad turística para el viajero, por ser señorial y porque las piedras reviven los salmos de la historia.






Sigüenza es serena, aunque los pasos sigan las asoportoladas plazas y las calles costaneras. Y las imágenes de las casas solariegas y palacios detengan la marcha para complacer la vista con sus portadas increíbles. Y arriba se ensalma la historia y el turismo. El Parador de Sigüenza se estableció en el alcázar, paradigma urbano, de una ciudad de obispos.



viernes, 29 de junio de 2012

POR EL CAMINO BLANCO




Por la tarde moribunda, entre acordes de sol y sombras, como un ruedo taurófilo, camino por el camino blanco. Las brumas se escancian en tonos pardos por Espadán. Las nubes atraviesan un cielo apagado en azules. El color gris se impone en el horizonte. Una brisa esboza gemidos entre la floresta que acompaña el camino. Una paloma blanca garabatea su silueta por el cielo sin nombre, y su estela es como una línea transparente que baña mis ojos.

Por el riachuelo se recuesta el color de la tarde. Y un mirlo cruza un estampado soto, trenzando su adusto vuelo.

Ando ahora por una senda olvidada, entre flores y aromas. La paz que respiro es como una rosa encendida, que abre al ocaso sus profundas pupilas. Y yo sueño con fantasías, atrapadas en una red insaciable, opresa otra vez en el camino blanco.


miércoles, 27 de junio de 2012

VOLVER A SALAMANCA



Volver a Salamanca. Me gustaría. Para revivir emociones, para renovar encuentros, para disfrutar caminando por sus calles y plazas emblemáticas. En esta ciudad nos encontramos con la España profunda, vital, histórica, estudiantil... Salamanca es pura poesía, que ilustra monumentos, palacios, rincones... Salamanca es literaria. Es estética. Es sólida, con sus catedrales. Es dinámica, con sus gentes. Son sus blasones. Es su voz festiva...

Salamanca atrae. Y a mi siempre me deja un sabor mágico, como una llama, como una luz que ilumina mi alma.

Volveré, porque Salamanca siempre es una invitación al recuerdo, aleado por los exámetros de su esplendor monumental.







martes, 26 de junio de 2012

ME LLEGO A GALICIA





Las aguas de las rías florean sus valses. Siempre que vuelvo, me parece que penetro en un mundo de magia y encantamiento. Galicia tiene duende. Y el tiempo se aterciopela en cortinajes esbeltos. Y el color es verde, pero ronda el color impecable de sus edificios monumentales. El universo peregrino tiene su estrella en Galicia.

Los pasos del peregrino son ceremoniosos, rituales, lentos…. Hay que reverenciar al granito de sus artísticos cruceiros, la magia de rincones donde el pasado abre sus brazos para acoger a peregrinos, a turistas y viajeros, encantados por el vuelo de la avecilla por los anales medievales.

Y cuando me muevo por Santiago de Compostela me abro en entusiasmos, en fervores a la piedra, al arte, a su inmensa cultura.

Me siento en la plaza cosmopolita. Y la vista se alza admirando la barroca fachada, entre arquivoltas, torres, balaustradas, imágenes…., con el Apóstol Santiago en el centro.

Y el salmo del asombro, de la biendanza del Gozo relumbra en mi espíritu cuando penetro en el templo sagrado. Y veo al maestro Mateo, al profeta David, al Apóstol señalando con la mirada el incomparable Pórtico de la Gloria.










domingo, 24 de junio de 2012

POR EL RIO CARBO, ENTRE CHAPUZONES





-¿Paramos?

Y no lo hacemos. Pero  vale la pena. Descendemos hacia Villahermosa del Río. La carretera es un mareo entre curva y curva. Hay un mirador excelente en una  que se ensancha más. Y el paisaje que se contempla es espectacular. La población abajo. Y arriba se agiganta el Penyagolosa “la montaña sagrada”, la montaña de las montañas en el mágico relieve de la Comunidad Valenciana.

Pero no paramos, porque una danza de velos neblinosos rastreaban  al Penyagolosa. Lo hicimos a la vuelta, con foto.

Ya en la población, bajamos al río Carbo. El lecho del río aparecía seco. Las piedras se revestían de algas marchitas. Un puente de cemento salva el río. La pista se dirige hacia el Mas de Borrás.

Seguimos río arriba. Las marcas del GR-7 señalizan el sendero. La humedad se impregna en la umbría. Gozamos caminando con tan buena temperatura. Los vástagos de las parras se retuercen sobre los viejos y elevados muros de piedra seca.

Pasamos al lado de la masía de Roncales. Un hábitat. Sombras. Viejas casas del caserío. Una parada en el camino.

Antiguos bancales aterrazados se abocan al río. El sendero se separa del Carbo. Donde antes se cultivaban hortalizas y frutales hoy la hierba silvestre y multitud de arbustos forman un tupido tejido verde.

Vuelve el magnífico camino de herradura al Carbo. Ahora ya forma una corriente eufónica, meliflua. Su rumor es aflautado.

Las pozas tienen el color de las esmeraldas. Se ahílan los saltos de agua. El agua se aquieta, transparente, brillante…

El agua de la fuente de la Higuera mana fresquísima. Nos  refrescamos con viveza, con íntimo desahogo.

Nos separamos del Carbo. Nos elevamos por un sendero por la margen derecha geográfica. Las vistas se espacian, se dilatan… Todo verde, muy verde… Y en los romadizos rocosos, asoman los tonos bermejos…

Laderas forestadas, caseríos dispersos, matices  verdes… Y más verdes en las cascadas del Carbo. Exultantes. Una gozada…. Las sombras rondan por estos rincones mágicos que ha creado el río…. Viejos molinos, masías al borde de los cantiles…  Y nos abocamos al rincón más encantador del río… Una cascada de plata, un remanso coqueto, magnético, coloreado de un verde sólido… 

Más arriba el Carbo se estrecha, levanta paredes escabrosas…. El agua es una mozuela adensada de romances…

Parada. Hacemos un rolde para el almuerzo. Saludamos a excursionistas. Fotos…

Más bajo, camino  a Villahermosa del Río, las pozas invitan al baño…. El sol calienta, el agua refresca, te devuelve el vigor de la salida de la ruta….

Y volvemos a casa…. Por el viaje, el coche se llena de rumbas, de melodías italianas. Cantamos… Somos felices….





IMAGENES DE UNA RUTA FACIL, BONITA Y REFRESCANTE



















viernes, 22 de junio de 2012

LA SINFONIA DE LOS TRES MILES




Estoy solo en la cumbre. Lo he pasado mal en la ascensión. Mis pensamientos eran como abejas salvajes, rondando por mis piernas. Pero al fin,  las flaquezas dieron paso al gozo, que, como alas de palomas blancas, revolotearon felices, henchidas entre antros de placer.

Me siento sobre una roca cimera. Estoy en mi trono. Escucho la sinfonía de los tres miles que me rodean, que me abrazan, que estimulan mi ardiente entusiasmo.

Sí, estoy solo en este salón natural, dorado por una mañana perfumada por mil flores. En la cumbre vecina veo a montañeros. Creo que cantan. Y creo que abajo, donde están las praderas adornadas por mil flores de mil colores, suenan voces de conquista, aplaudiendo el tesón y el ejemplo del montañero.

Elevo un poema al cielo, para que, en forma de velo blanco, cubra estas montañas queridas. Mis palabras se convierten en animadas notas, danzando en honor de todos los venturosos pirineistas que gozan del placer de la aventura, del amor eterno a los espacios abiertos, al granito,  orlado de rosas imaginarias, bebiendo el dulce néctar de multitud de linfas transparentes.







jueves, 21 de junio de 2012

La Maladeta, vaya pico




Entre las cordilleras españolas,  hay una que se lleva la palma: El Pirineo.

La década de los 90 significó para mí un hito importante. Durante esta década recorrí la mayor parte de este imponente macizo montañoso, ascendiendo a tres miles y a cumbres de menor altitud.

Mi mayor obsesión era tocar los glaciares pirenaicos. La Brecha Latour, la brecha de Rolando, el Monte Perdido, Posets, Aneto, Cregüeña… y el de la Maladeta.

La Maladeta…. Vaya pico. Tiene menos metros que el Aneto, y desde el Portillón de Benasque su imagen es más aguda y atractiva, más feroz, más perfilada. Atrae más…






Verano de 1996. Contrato un guía en Benasque. Quiero que me lleve a la Maladeta. Partimos desde la Besurta portando linternas. Aún es de noche. En la Renclusa empieza a amanecer. Vamos bien subiendo. Llegamos al cresterío de los Portillones. Nos elevamos y mi guía me introduce en el glaciar, por su acceso más alto. Nos encordamos. Nos colocamos los crampones. Nos dirigimos hacia el collado de la Rimaya, por su parte occidental. Voy un poco nervioso. Me impone la rimaya. Pasamos por uno de sus costados. El guía me tranquiliza. Solo tengo que seguir sus instrucciones. Y claro que las sigo. No tengo más remedio. 






Tras remontar una canal de 40º, pasamos a la vertiente de Cregüeña. La ladera está cubierta de grandes bloques de granito. Sin  dificultades alcanzamos la cima de la Maladeta (3.308 m.). Una roca, poco espacio. Y alrededor, glaciares, nieves, bloques rastreando las cumbres. Y el Aneto, muy cerca, el soberano….







El regreso fue otra cosa….  



martes, 19 de junio de 2012

El trono de los dioses




Cuando tengo toda una naturaleza bajo mis pies, me creo que estoy en el punto más alto de la tierra. Por encima solo cielo azul, los velos de las nubes y algún buitre leonado solazándose con sus mágicos círculos entre oscilaciones aerológicas.

Todo montañero tiene un lugar en la tierra que le gustaría ir. Es fascinante, es grandioso, es...,"la cordillera de las cordilleras", como apuntó de Pisón. Hablo del Himalaya.

Todo es imaginación. La vida es así. Se llena de estímulos, de ensoñaciones...

Conquistar!!... Poseer!!.... Libertad!!....

No se si algún día iré al Himalaya. Mientras tanto espero. ¿Cuantos años más?

De siempre  me divierto con los cerros, con las sierras y las colinas de mi tierra. Su morfología me chifla. Por ejemplo, entre mi cercana Sierra Espadán y la no tan lejana Sierra de Javalambre.

Hay encantamiento en sus estructuras, en los perfiles del terreno, en la vegetación, en los conglomerados de rocas....

Son los paisajes escalonados de que habla de Pisón. El valle, el río, las laderas, los prados, los pastos de altura y el silencio de las aristas desnudas, de las cumbres!!

Años y años empaquetando experiencias, vicisitudes, ilusiones...

Vivo en el mundo de la calma, en una sociedad de vida rápida y tumultuosa. Disfruto con los cambios de la luz, con el ritmo de la naturaleza, con los valles serenos, con las flores que ilustran el lago de aguas esmeraldinas, con el diálogo con el silencio, con la armonía de los grandes espacios...


VIVO ASÍ Y LO HARÉ SIEMPRE... 

... ES MI VIDA!!




sábado, 16 de junio de 2012

Por Las Umbrías baja el agua fría y nadan pequeñas truchas


Dejando Gúdar atrás


Y tanto, pero lo suficiente para encantarte. Vamos, que para hacer hoy esta ruta tuvimos que desplazarnos hasta Gúdar, pueblo de nobles vistas. Tomamos el camino de la Motorrita,  que pasa por la Caña Fría. Pero no llegamos hasta este punto, ni tampoco al más cercano paraje del pinar de las Peñas Rubias.

Por un terreno despejado, que se desnudaba al aire de la mañana, flores silvestres acotando los bancales cerealistas y un pinar de égloga, descendimos hacia la rambla de las Umbrías, nuestro objetivo.

Pero lo hicimos con sabor a fiesta. Vamos, que nuestro amigo, el Sr.Maduro, barítono y poeta con clase,  nos recitó  a García Lorca con versos de “La casada infiel”:

“Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.

Se apagaron los faroles
Y se encendieron los grillos”.

Y de la poesía se pasó al canto. Al escucharlo, vi que las plantas lo reverenciaban, que las mariposas detenían su vuelo,  encantadas por la potente voz del Sr. Maduro aireando el “O sole mio”:

“Que cosa bella es un día soleado,
el aire sereno después de una tempestad,
por el aire tan fresco parece un día de fiesta.
que cosa bella es un día soleado”.

Su entusiasmo cantor nos llenó a todos, y por el camino blanco descendimos al son de la Madelón, con los bastones al hombro y a ritmo marcial:

“Quan Madelon vient nous servir á boire
Sous la tonnelle on frôle son jupon”.

Bis, bis…….

Nada,  que al llegar a la rambla parecía que sus exiguas  aguas danzaban al son de nuestra alegría. Todos cantando, llenando los pulmones de ambrosía… Hasta al autor de este ensamblaje literario le pareció escuchar el cadencioso silbo  del pinzón real, atalayado entre el anaranjado ramaje de los pinos.

Ya en la rambla seguimos disfrutando. Rambla arriba hubiéramos llegado  al merendero de la Dehesa. Pero seguimos su corriente rambla abajo. Caminábamos por sus márgenes, enfrascados en un divertido juego de cruzar las orillas. El agua canturreaba. Un sonsonete que nos acompañó siempre, hasta salir a campo abierto. Bueno, nosotros continuamos con nuestros férvidos cantares, que llenaron los acordes fluviales de la bella y umbrosa rambla.

Al salir, nuestra amiga la Sra.  Chonín, que es más aplicada  que un astrofísico, le dio por conjugar el verbo caminar en inglés.

-Es que estoy estudiando este idioma.

-Pues dale, dale…

-“I walk, am walking…”

Ya veis, amigas lectoras/amigos lectores, la idiosincrasia de nuestro grupo es impresionante, políglota, cantora, humorística…

-Joder, así sí que vale la pena salir.

-Y tanto….

Pero faltaba lo peor: La dichosa cuestecica asfaltada para llegar a Gúdar.

Vamos, que el silencio se coló en el grupo de amigos. Nadie hablaba. Ni cantaba. Bueno sí, las ortigas, las amapolas, los cardos…

-Que estamos aquí nosotras.

¡Cuidado, Maduro!

Un buitre planeaba encima de nosotros en la pina cuesta. Muy cerca. Como si nos estuviera acechando. Y el sol castigándonos, pegándose al asfalto, haciendo alumbrar su orgullo….

En “El Rancho Grande” dimos buena cuenta de unas cervezas  frías, que nos sirvió mi amiga, la dueña del bar.

Al volver a los coches, alguien dijo:

-Mira, Luis, la calle de la Amargura…..!!!!

Vaya broma, a mil quinientos y pico metros de altitud….





Trasponiendo el collado de la Majada de los Doce


A ritmo de la Madelón

Los parajes de la rambla de Las Umbrías:
















La jodida cuesta a Gúdar




El buitre se fue por donde vino