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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

miércoles, 31 de octubre de 2012

Arriba, arriba, se alzan los pueblos





Entre aromas de júbilo
Espadán desparrama sus paisajes,
acuarelas que asombran, brillantes,
cuajadas en la urdimbre de los sentidos.

Cabalgadas de hermosura
adornan mi andadura,
empapadas de verde,
de melódicas brisas y estrellas,
enrolladas con elocuencia
en el corazón de la sierra.

(Estribillo)

Arriba, arriba,
se alzan los pueblos,
de calles costaneras,
de vivos recuerdos,
banderas blancas,
crecidos al sol  y al viento.

Como palomas de amor
abren el cortejo de sus calles,
por donde desfila el temple,
el ritmo de la historia morisca
y  el frenesí de líricas flores,
como luceros de vivos colores.

Laberinto de calles
que se tuercen
como surcos de amor,
brotando al paso
diademas de emoción.

(Estribillo)

Arriba, arriba,
se alzan los pueblos,
de calles costaneras,
de vivos recuerdos,
banderas blancas,
crecidos al sol  y al viento.









martes, 23 de octubre de 2012

Por Benassal, entre nieblas, lluvia y monumentales robles





El cielo de Benassal parecía soñoliento. Estaba totalmente encapotado. Las nieblas lluviosas se espesaban por las montañas de alrededor,  como un extenso paño gris. La noche anterior había llovido a gusto.

La tierra estaba empapada de humedad. Una humedad que se reflejaba en las calles de este pueblo medieval.

Acudí con la mejor compañía posible, la de Carmen D. Y disfrutamos visitando este pueblo medieval. Nos gustó el recorrido que desarrollamos por esta encantadora población. Y tuvimos un feliz e inesperado encuentro con los amigos senderistas María José y Vicente, que formaban parte del encuentro en Benassal “Otoñal 2012”, convocado por el dinámico Paco Carrera.

Tras el sosegado almuerzo, visitamos la magnífica exposición “Parant el temps”, sita en los locales de la Tourist Info. Imágenes del pasado, presente y futuro de este pueblo. Una muestra realzada de belleza a través de sus gentes, edificios, calles y tradiciones.

En la planta superior contemplamos la obra del poeta y gramático Carles Salvador, una figura emblemática de las letras valencianas.

En la pastelería del pueblo, hicimos selecto acopio de pastelitos y bizcochos, marca de la casa.

Dejamos atrás Benassal, nos elevamos por la carretera que conduce a Culla y penetramos en las fauces de las nieblas. Así,  con la compañía de esta condensación vaporosa, recorrimos maravillados el espléndido bosque del Rivet, formado por frondosos ejemplares de robles valencianos y enormes carrascas.

Las nieblas tomaban cuerpo en el denso bosque. El ambiente era mistérico, ceniciento, subyugante…

Llovía. La tierra estaba empapada. Las gotas se desprendían del copudo ramaje del arbolado. Los matorrales perfumaban nuestro paso por las serpenteantes sendas, por los calveros, que aparecían engolosinados entre rodales espesos de hierbajos.

Unas ráfagas de brisa fresca se descolgaban de las enormes carrascas. Y el otoño iba triunfando por las airosas choperas.

Rivet. Tiene vida, engancha. Los colores del bosque son espectaculares, entre una embajada de verdes, a la espera de la otoñal embajada ambarina. La pinocha formaba una capa mullida, donde la primavera estalla en mil colores. La fuerza de la arboleda magnetizaba nuestros pasos, compartidos, como amigos del silencio, como un soplo inmortal.

Mientras dejábamos atrás Benassal, en viaje de regreso a Sagunto, el frente de montañas y bosques que retozan por Ares seguía entoldado por las imperturbables nieblas. Una lluvia que se precipitaba ansiosa y tenaz sobre la tierra, nos acompañó casi toda la vuelta, turbando el silencio de los campos, y llenándolo de arpegios húmedos, esponjosos y frescos.








Foto cedida por la Oficina de Turismo de Benassal


Foto cedida por la Oficina de Turismo de Benassal



jueves, 18 de octubre de 2012

Por el Boilgues, entre pozas y ocres





Me encuentro caminando por el río Boilgues, afluente del Turia, en el Rincón de Ademuz, también llamado Bohilgues, Vallanca y río Pequeño.

Paso revista a la égloga cromática que me ofrece el río, con su recital de cimbreantes chopos, fresnos, álamos, sauces…, ofreciendo su carnaval de colores otoñales.

Voy ribera arriba, recamada de vegetación riparia. Una densa maraña de arbolillos y matorrales, cubiertos por las huidizas hojas que acolchan el suelo, con tan lúcida y colorista hojarasca.

Los ramajes conforman guirnaldas aéreas sobre el manso río, que afinan su altura entre la comparsa de los resistentes farallones de la Hoz.

El río combina caudal y pozas, remansos de color esmeralda y pequeñas cascadas rumorosas, coronadas de espumas blancas.

Aún con todo hay silencio. Ese silencio que me ha acompañado siempre durante toda la vida. Un silencio mayestático, que no se desintegra por el fino rumor del agua.

El paseo se hace entrañable. Pequeñas huertas se agolpan entre ambas orillas, entre Ademuz y Vallanca. Huertas cultivadas de tomates, pimientos, habas, judías… Y salpicadas de higueras y corpulentos nogales.

Pero ahora el agua es la que me atrae. Y el flujo cromático,  que se enciende en un festival único, otoñal, hermoso…

Esta errante soledad por el acariciante escenario del Boilgues tiene una música de intimidad, saciando mi sed de experiencias y sensaciones líricas…

Camino. Sí, camino río arriba y río abajo. Me siento. Hablo con algún lugareño, que atiende su pedazo de huerta. También con el río. Y me adentro en Ademuz. Lo callejeo una vez más. Y recalo en Casa Domingo. Me afano en comer lo que pido: Sopa castellana, costillas de cerdo en salsa barbacoa y, para postre, un dulce de membrillo casero con queso fresco. Una delicia después del paseo por el Boilgues.

-¿Cuántos le pongo?

-10 kg.

Mi coche olía a manzanas del Rincón.



GALERIA DE FOTOS DE ESTA PRECIOSA RUTA-PASEO




















martes, 16 de octubre de 2012

Mi último libro "FIESTAS DEL ALTO PALANCIA", en TV4.


Mi libro, recientemente salido a la luz pública, titulado "FIESTAS DEL ALTO PALANCIA", editado por la editorial Antinea, de Vinaròs, está siendo anunciado en TV 4, la televisón del Alto Palancia.

Así lo publica  la periodista Esperanza Orellana y redactora de esta televisión comarcal, en su blog "Crónicas del Palancia".

Pinchar aquí para visionarlo.





MUCHAS GRACIAS, AMIG@S...!!!

domingo, 14 de octubre de 2012

En el BENICADELL, entre implacables nieblas





El canto del gallo de Beniatjar escalaba las rocas del Benicadell. Pero también lo hacían las nieblas, que lo cortejaban con sus sayones cenicientos. La Vall d’Albaida estaba cubierta parcialmente de nubes. Flotaban con candor, casi con mimo, con lujuriosa estética sobre toda la llanura, moteada de pueblos.

En ocasiones, el poderoso cresterío de esta bella montaña se asomaba con todo su esplendor, con sus múltiples formas corporizadas, escarpadas y puntiagudas.

Cuando salimos del pueblo los olivos mostraban el perleo cristalino del rocío mañanero, salpicando la dulce carnosidad de las hojas. Los arbustos estaban empapados de humedad. Parada en el paraje de Les Fontetes. Sendero y pista. Paisajes que se abrían. Que iban revistiendo las flotantes nieblas, que armonizaban con implacable ímpetu juvenil la belleza rústica de la tierra.

Disfrutamos con los paisajes que nos regalaba el Benicadell, tan majestuoso y altivo. Ganábamos altura por el bello sendero, con sus zetas, que flanquea las grandes paredes de la cima, orientadas al norte.

La subida es constante, pero sin ser pesada. Las nieblas se espesaban aún más. Interpretaban su partitura con benevolencia hacia nosotros. Nos dejaban entrever, aún con su ritmo pastoso, la airosa cima y la serpenteante ruta a seguir.

Hacía ella subíamos por el magnífico sendero, entre un ambiente de notoria serenidad.

Multitud de excursionistas como nosotros se deleitaban sobre la epidermis rocosa del Benicadell.

Y llegamos al vertiginoso paso que separa del vértice geodésico. Emoción, buen acomodo de pies y manos en el avance por las protuberancias del calizo cresterío. Y llegamos a la soberana cúspide de la montaña. Fotos para el recuerdo. Y... para abajo, bordeando nuevamente la línea de los precipicios.

El celaje seguía reventando en su ligera carrera por el Benicadell, por los valles, formando perspectivas irreales, casi  fantásticas.

Cuando llegamos al pueblo el cielo ya estaba azul y el sol dispersó las últimas bocanadas de las nieblas, acentuando la imagen poderosa del Benicadell, con todo su decorado calizo, con su belleza y colorido, tan erguido como espectacular. Sentíamos el gozo de haber hecho esta colosal montaña. De haberla tocado con nuestras manos. Su hospitalidad fue enorme.




GALERIA DE IMAGENES DE ESTA PRECIOSA RUTA















viernes, 12 de octubre de 2012

APOTEOSIS EN EL MONTMAYOR




Fiesta del Pilar. Atardece en el Montmayor. Parque Natural de la Sierra Calderona. Las rocas,  con la pátina de la cerrazón, brillan lanceadas por el sol de poniente, que las besa con primor. Le doy mi abrazo a la naturaleza, con su gran circo de dolor. Reconstruye, crea, se regenera.... El paisaje sigue siendo dantesco. El fuego destruyó totalmente bosques y vida vegetal. Pero ahora ya va mostrando su ciclo renovador... Ya se ven matitas rebrotando sobre la tierra con sus verdes esmeraldas. Matitas de ajedrea con su perfume melodioso, de carrascas, de coscojas y sabinas, que piden amor, amor para siempre, para que vuelvan a crecer los mástiles del arbolado y las aves vuelen con rumbo jubiloso. 

El sol del ocaso rastrea la lluvia en Montmayor,  haciendo recrudecer el blanco del vértice geodésico. Y encima de la Cueva Santa se perfila el arco iris con júbilo de colores, mágico, irreal....Asoma como una aparición de esperanza divina sobre las montañas castigadas por el terrible azote del fuego devorador.

La vida es ya menos destierro....










martes, 9 de octubre de 2012

En vuelos enamorados




Las luces del coche taladraban la oscuridad. Iluminaban el asfalto, curva tras curva. Ya no se veían los paisajes familiares de Espadán. Pero había disfrutado una vez más recorriendo, paseando el Valle de Mosquera.

La soledad era mi estandarte. Una soledad que parecía beberla de un sorbo, en esta tarde del 9 de octubre. Veo el caparazón silíceo del valle, la sustancia vegetal, genuina de la solemne arboladura del alcornocal. Rememoro páginas de otros tiempos. Páginas pascueras,  donde el alma de la juventud bailaba compases románticos. Pero ahora tengo otro surtidor, que es la ilusión de seguir viviendo estos instantes felices, estos encuentros con los caminos amigos, con los senderos,  donde el alma suena como una caracola.  La soledad juega con los alcornoques, con los arces, que van pintando colores otoñales. Y abrazo con la mirada toda esta espectacular estructura. Y me emociona, porque quiero seguir caminando para encender el pensamiento, para gozar de esta naturaleza tan familiar. Para sentirme libre siempre. Para seguir amontonando experiencias, placer, entre la urdimbre agreste... Para hacer volar el alma hacia arriba y levantar en las cumbres mis himnos de amor, crecidos en el resorte de la aventura.

Me siento sobre una roca, donde antes el agua bailaba rumbas. Me rozan casi las jaras, los helechos... Y las ramas de los alcornoques parecen alcanzarme, como queriendo archivar mi visita al valle. Y yo recojo  su aliento, su viveza, para hacer crecer su hálito de amor en mi pecho.

Y camino hacia el collado. La noche se está echando encima. Y alzo mi brindis de fe, hacia el caudal que me transmite la tierra, tranquila, amorosa, perfumada por el color de la humedad de la atardecida.

Seguiré, es mi deseo, escribiendo estas historias,  forjadas entre pasos felices, como siempre hago, allí donde la naturaleza crea jardines y mi corazón se pasea en vuelos enamorados.






lunes, 8 de octubre de 2012

CAMPANADAS DE ESPERANZA





Te contemplaba. Un día. Otro día. Mi silencio era mi mirada. Los minutos se convertían en sueños. Te decía algo. Y me contestabas con una sonrisa. Y ese detalle me conquistaba.

Pasaron los años y encauzamos caminos juntos. Caminos de amistad. Y yo levantaba jardines para ti. Jardines que conservaban nuestras pisadas, entre buganvillas preciosas. Nuestro lenguaje era como el agua de la fuente, cristalino. Y tus palabras navegaban por mi corazón, como góndolas románticas…

Seguiremos así, si quieres, con mi silencio como bandera, deseando estar siempre contigo, en la cima, donde la luz cabalga, y las brisas repican campanadas de esperanza.







EL ABRAZO A LA VIDA

No descansaban mis sueños. Buscaba un lugar paradisíaco para ti; recóndito, mágico, bello... Donde el agua fuese música maravillosa, con sonidos de frescura, con el mar al lado, hablándote con suspiros azules... Y esa imagen, por fin, surgió de la nada, para convertirse en un espectáculo real, absorbente, alucinante... Un lugar lleno de vida, donde la luz y los colores concilian el abrazo a la vida, a ese universo que buscamos siempre por el camino de la libertad.



sábado, 6 de octubre de 2012

CORAZON DE PAZ



Es la hora culminante del crepúsculo. Cuando el horizonte se inflama en colores cárdenos, anaranjados...




Es la lumbre gloriosa de cada día, que dibuja la lírica de la atardecida..... Un instante, un soplo...




Orquesta viva de inflexiones cromáticas, desde la Glorieta de Segorbe, corazón de paz,  para anclar íntimos amores.




Donde levanto mi pensar, desbrozando algarabías, soñando caminos, para dejar atadas ilusiones en las telas florecidas de los sentimientos.