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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

domingo, 30 de enero de 2011

Nieve en la sierra de El Toro


Si el viernes tuve el placer de caminar bajo la lluvia, esta mañana con un cielo azul, me he adentrado en la sierra de El Toro, en la cabecera de mi comarca.

La nieve cubría su caliza epidermis, la verde espesura de la sabina rastrera y los riscos,  que atenazan los barrancos. Los pinos emergían con la soberana danza de sus esmeraldas. El aire de la mañana trenzaba ecos entre la nieve, y su canción parecía una plegaria, atildada de colores y cielo.

Jugosa y ferviente, la luz del mediodía se enredaba en el manto, blanco y leve de la nieve, y sus brillos eran como luceros de fina hermosura.

Mis pasos copiaron risas infantiles. Niños que, con sus padres, jugaban con la nieve.. Y el alegre ambiente se emborrachaba de color y gracia, encendiendo la llama de mi corta aventura.


viernes, 28 de enero de 2011

Bajo la lluvia


Llueve en mi comarca, en mi ciudad. Llueve con ganas. El aire es pegajoso, húmedo. Las nieblas cubren las montañas y los valles con sus velos lechosos. Esta mañana he salido al campo. He paseado por el embalse que alimenta el Palancia. La brisa flotaba sobre las aguas. El ambiente se había cargado de una tonalidad gris, destemplada y fría.

No me importaba que lloviera. Paseaba a gusto por las orillas del embalse. Los arbustos lucían miríadas de gotitas. Refulgían como perlas. Era lo único que veía resplandecer en una atmósfera sin brillo.

Paseando me acerqué a la aldea. Todo estaba mojado; el camino, los árboles, hasta los colores. Pero caminaba feliz, sorteando los charcos, con mis ojos contentándose con lo que veían.

Mientras, la naturaleza se vestía de nieblas, de arroyos silentes y susurros de agua entre las matas...

Cerca, escuché la voz de una fresca fuente.


miércoles, 26 de enero de 2011

Y me fui con mis montañeras




Con mis nietas, claro.

-¿Falta mucho para llegar?

-No, mi reina.

-Mira, abuelo, que pared para escalar.

Y mi pequeña se arrima a la roca y sus manecitas buscan los huecos para trepar. Y lo hace con mucho estilo.

-Cuidado, esa mano apóyala en esa repisa.

-Esto está chupao, abuelo.

Y se siente feliz ganando altura.

-Abuelo, ¿esa montaña tan alta, como se llama?, me pregunta mi nieta mayor.

-Es la montaña sagrada, porque como ves roza el cielo como un gigante de piedra, dominando a  las demás montañas.

Caminan a mi lado, se detienen para ver una flor, el vuelo de una  mariposa, una  piedra o una planta.

-Mira, abuelo, son cabras.

En efecto, un rebaño de cabras montesas toman el sol sobre unos ricos. Al vernos, se marchan, primero tranquilamente, y después en veloz huida.

-Que bonitas son. Parecen las cabritas de Heidi.

-¿Ya llegamos a la cueva, abuelo?

-Entre esas rocas está la entrada.

-¡Qué bonita es!

Miran y remiran. Les digo lo que son las estalactitas y las estalagmitas.

-Esa roca parece una ovejita.

Los rayos del sol penetran por la ventana, iluminando el rostro de mis nietas y resbalando por las extrañas formaciones de la gruta.

-Otra roca fantástica, abuelo. Parece un arbolito.

Y así me van desgranando sus impresiones, sus fantasías, en este espacio mágico.

-Sabéis, a la luna también le gusta las cuevas. Por la noche, su luz penetra en la cueva por esa ventana  y le confiere un fulgor misterioso.

Cuando salimos afuera, el sol calentaba las rocas y los insectos perfilaban sus vuelos por las plantas.

Mientras nos alejábamos de la cueva, mis nietas me dicen:

-Sabes, abuelo, esta excursión es muy chula.



domingo, 23 de enero de 2011

Bajo la mirada del Penyagolosa. Otras cumbres: El Tis.


Ermitorio de San Bartolomé


 Son vértices geodésicos ubicados en la cabecera de la comarca del Alto Mijares. Cumbres que rebasan los mil metros de altitud. Ascender a estas cotas te permite conocer más a fondo la geografía de este territorio castellonense, en contacto con las tierras de Teruel.

Coroné el Tis, de 1.312 m. de altitud sobre el nivel del mar. Desde el valle del río Villahermosa su imagen resulta muy atractiva, recortándose contra el azul sus airosas cornisas rocosas.

Una extensa y frondosa masa forestal cubre esta jurásica montaña. En los flancos occidentales crecieron encinares y quejigales, por donde se inscribe el recorrido que desarrollé para llegar a la base del Tis, partiendo del ermitorio de San Bartolomé, cuyo antiguo edificio se remonta al siglo XIV.

Por su porticada plaza cruza el GR-7. Lo tomé en dirección al Pino Cacho (50’) y Villahermosa del Río (1 h. 40 min.). A los pocos metros  lo dejo para bajar por una ancha y pétrea escalinata hacia el barranco de Bartolomé. Tras cruzarlo por un rústico puente y casi sin desviarme a derecha e izquierda, me elevo por el terreno de enfrente, para continuar  el recorrido por la orilla derecha del barranco de Juan Antonio. Sigo el desigual trazo de una trocha que asciende gradualmente hasta llegar a la masía Casa Juan Antonio. Enlazo con un camino, que lo sigo por la derecha. Muy sinuoso, va tomando altura por las vertientes orientadas al SW del Tis. Al llegar al punto más alto, el camino se dirige hacia el  alargado vallecito que dominan los trazos del Tis. En el recorrido evito tomar dos separados ramales que se desvían por la derecha. Distingo el blanco mojón del vértice geodésico del Tis, referencia inconfundible para decidir su ascensión, así como su altivo lomo, recortado de puntales y puntiagudas rocas de perfil cortante, abocado sobre el valle del Villahermosa, cuyo río lleva rumores de la serranía de Gúdar.

Antes de llegar al final del caminito, decido ascender al Tis. Estoy bajo la misma vertical del mojón. No hay senderos, pero el inclinado terreno hilvana claros por donde trazo la ruta, entre una espesura compuesta sustancialmente de pinos, enebros, romeros y aliagas.

Ya en la cumbre admiro un fascinante paisaje orbital repujado de valles, montañas y sierras lejanas.  Un paisaje de fisonomía muy quebrada por la parte del Penyagolosa, cuya silueta de pulida roca se recortaba majestuosamente contra el cielo.

Subir al Tis valió la pena.





Los cinglos del Tis



Cumbre del Tis. Al fondo, el pico Penyagolosa


El Penyagolosa


Villahermosa del Río

viernes, 21 de enero de 2011

Símbolos medievales




 Son las cruces de término, cruceiros, etc. y en el Maestrazgo castellonense se conocen como “peirons”. Sus figuras se recortan contra el azul, levantadas sobre un basamento en graderío, constituidas por una columna de piedra rematada por una cruz. De origen medieval, jalonaban los accesos a los pueblos y, asimismo, sus términos. También la juridiscción de un convento, santuario, ermita o monasterio.

Existen cruces que son auténticas joyas de arte, elaboradas, principalmente, con el estilo gótico.

Caminos y pueblos de Castellón siguen exteriorizando estos arraigados vestigios del pasado, que evocan, generalmente, la tradicional religiosidad popular. Su existencia fue muy numerosa. Se integraban en el medio rural como símbolos de bendición de pueblos y campos.




miércoles, 19 de enero de 2011

La ruta dels Senglars





Me gustó el nombre de la ruta, “dels Senglars”. Y fui a conocerla. Además, está muy cerca de mi ciudad. Y no me decepcionó. Recorre las estribaciones meridionales de la sierra de Espadán, en el marco de la comarca del Camp de Morvedre, tapizadas de una vegetación  típicamente mediterránea, con abundante bosque pinícola.

Todo el recorrido está señalizado como PR-CV 319. Parte del área recreativa de Bonilles, en el término de Sagunto, cruza la urbanización del mismo nombre, alcanza el Alto de Romeu, de 344 m. de altitud, así como el Alto de la Creu de Quart (346 m.), mojonado por el vértice geodésico y una cruz. Y en el regreso se pasa por el área recreativa Povijol, por la font de la Rivera y por el aljibe de Corretger. La distancia es de unos 12  km.  y se combina con senderos y caminos, afrontando tramos de bastante dureza por las pendientes a salvar. Ahora, lo interesante de este recorrido son las vistas que se obtienen desde los puntos más  altos, que se van cresteando. Una cadena de cerros se estampillan por todos los lados, uniformados mayormente como olas por densas pinadas.

Los pasos de los excursionistas mantienen vivos los senderos, que son como caminos de poesía dentro del silente paisaje. Asimilaba paulatinamente estos paisajes, desde la costa de la Plana Baixa hasta la hermosa Vall de Segó. Los ojos recreaban con delectación imágenes aherrojadas de tierras, plantaciones de cítricos, cerros y pueblos.




martes, 18 de enero de 2011

Torres de vigía en la costa de Castellón




En mis andanzas excursionistas por la costa de Castellón,  he observado la existencia de torres que se remontan a la época árabe, sobre todo.

Estas torres de costa se edificaron con el objeto de servir de vigía y defensa contra las incursiones y ataques de los piratas surgidos en el siglo XVI.

Se alzaban en puntos estratégicos, buscando las zonas inaccesibles, como acantilados, perfectamente distribuidas a lo largo del litoral. La función de sus defensores radicaba en informar de la presencia de corsarios y reunir tropa suficiente para repeler estos ataques.

Se hacían fuegos para señalar que no habían piratas y si aparecían,  los fuegos eran a base de aplicar humaredas. Se realizaban constantes recorridos a lo largo de cada demarcación de las torres.

Algunas de ellas se hallan en buen  estado de conservación, como la torre Badum, al sur de Peñíscola. Y es un hito emblemático por las rutas que se desarrollan por el parque natural de la sierra de Irta.




Torre de la Sal (Cabanes)




Torre Badum (Peñiscola)

sábado, 15 de enero de 2011

Parajes mágicos de la Comunidad Valenciana: El Montgó



Es una de mis montañas preferidas. Como lo son el Puig Campana, el Benicadell y el Peñagolosa. Las frecuento varias veces al año. Y gozo con ellas.

Toda la montaña del Montgó está declarada parque natural. Y destaca desde lejos con sus 753 m. de altitud, estando el mar al lado, a donde se recuesta en un impresionante acantilado formando el cabo de San Antonio. Siempre ha sido punto de referencia para la navegación. Desde su cumbre son impresionantes las vistas que se contemplan. Siempre ha sido una atalaya para civilizaciones pasadas. Y desde el punto de vista excursionista, es una actividad ideal recorrer sus senderos, siempre dominados por las rocas cretácicas, donde se agrupa un ecosistema privilegiado. Referencias toponímicas en sus travesías son el Camí de la Colonia, el Racó del Bou, la Cova de l’ Agua, etc.

La excelente climatología  aconsejaba estar más tiempo en Xàbia, desde donde partí para ascender al Montgó. Y una vez  realizada esta fascinante experiencia, me acerqué a la playa del Arenal y un refrescante chapuzón en el Mediterráneo  restauró mi cuerpo completamente.

Y tras este capricho un tanto levítico llegó el gastronómico. Deleité mi paladar con una riquísima ración de pescado y marisco -no faltaba más-, completada con la degustación de los típicos “bogamarins” de Xàbia.

Para repetir ¿no? Porque, amig@s, la cultura gastronómica forma parte también de mis diversiones senderistas.




miércoles, 12 de enero de 2011

Buscando esos detalles...


La belleza siempre está en el interior. Adéntrate en el bosque, y en cualquiera de sus rincones, de sus parajes, la encontrarás.



Puede que se manifieste en un fruto, en el aroma de una planta, en la geometría de un ramaje, en el beso de la luz resbalando por la arboleda, en el color del suelo, en una aislada cascada con el agua cayendo sobre las rocas, en el canto de un pajarillo, feliz en su natural auditorio, en una tierna florecilla, en sus colores, en su gracia... 



Cualquier detalle te llamará la atención, y ese momento te hará feliz, porque la habrás encontrado.

domingo, 9 de enero de 2011

Espadán, otra vez


El grupo en la fuente Donace (Algimia de Almonacid)



De nuevo acudimos a la sierra Espadán. Esta vez la cita fue la ascensión desde la población de Algimia de Almonacid, al techo del parque natural: el pico de la Rápita. Creo que ya formamos parte de esta sierra, admirando siempre su belleza, sus cumbres, la gallardía de sus crestas, sus senderos y… su ¡silencio!

El medio de esta ascensión fue sentir la diversidad de aspectos que ofrece el bosque de la sierra, sobre todo la belleza del árbol por excelencia, el alcornoque. Y también los airosos puntos donde se contemplan impresionantes vistas de Espadán. Y el fin hollar la Rápita, que, con sus 1.106 m. de altitud, es la máxima cota del parque.

Las vías de esta sierra, es decir, sus senderos, nos llevaron hacia Matet. Por el camino, el perfume de los pinos y de las plantas aromáticas, nos llenaros de gozo y alegría.

No, no añoramos la vida civilizada cuando nos encontramos tan bien sin ella. El cruce con el pasado lo tuvimos en la nevera de Matet, y, de regreso a Algimia de Almonacid, pasamos entre campos de olivos y almendros, más vivencias para ilustrar nuestro espíritu montañero entre la contemplación del señero pico Espadán en la distancia.

Sí, con Espadán ese espíritu vibra siempre. Sus detalles, sus matices y sus riquezas nos conquistan, nos hacen quererla. En sus cimas uno se emborracha de luz, de cielo, de brisas, de horizontes…, futuros campos de actividad excursionista para nuestra felicidad.


Información completa de esta  ruta y de otras  en la web  "Senderismo RocaCoscolla".





Hacia el pico de la Rápita


El pico de la Rápita y el valle del Cañar


Acercándonos a la segunda cumbre: El Alto Lorenza (1.042 m)


La nevera de Matet


 Acercándonos a Algimia de Almonacid


miércoles, 5 de enero de 2011

Benassal: Aguas y arquitectura popular





 Mi primer viaje del nuevo año ha tenido como destino Benassal, municipio situado en la histórica comarca del Maestrazgo, en el interior de la provincia de Castellón. Digo “aguas” porque desde 1928 funciona el balneario de la Font d’ En Segures, con aguas mineromedicinales de afamada calidad.  Ante la extraordinaria afluencia de agüistas fueron creciendo casas y hoteles, agrupados en torno al manantial.

Y digo “arquitectura popular”, porque atesora casas de entidad y un entramado de callejuelas, las populares “els carrerons”, muy vistosos, destacando en el casco urbano el conjunto de “La Mola”, del siglo XIII, donde se aloja el museo arqueológico del Alto Maestrazgo, así como las torres  “de la Presó”, “Redonda” y “d’ En Garcès”. El casco antiguo reúne, además, diversas casas solariegas, como las de Sanchez Cotanda (siglo XVIII), la casa Artola, Matutano…, y la iglesia de la Asunción, del siglo XVII.

Y digo que el pueblo de Benassal está rodeado de un paisaje enriquecido de avellanos, almendros, pastos y fuentes. Y masías… Parajes y naturaleza para descubrir por medio de senderos locales y de pequeño recorrido. Rutas  del “barranco de La Fresca”, “Escola del Canto-riu Montlleó”, “Les Llometes” y “El Rivet”, un denso bosque de robles valencianos, declarado paraje natural municipal.

Y airosos enclaves se elevan envolviendo el casco urbano. Son los espacios sagrados, ocupados por las ermitas de San Roc y Sant Cristófol (s. XIV).







lunes, 3 de enero de 2011

Por los miradores de Sagunto


Sagunto


 Las trincheras rodean el cerro por la vertiente septentrional. Camino entre el bosque de pinos, buscando los claros que deja el matorral, integrado de coscojas, enebros, romeros, aliagas y, sobre todo, de esparto, cubriendo la tierra roja. Llego a la cruz de hierro. Enfrente se dilata Sagunto, con toda su radiante escenografía urbana, desde el castillo con su cohorte de bastiones, torres y murallas, hasta el casco de la antigua ciudad en virtuoso escalonamiento. El río Palancia, que divide la parte moderna, busca el mar al lado del Puerto de Sagunto, fundido en el azul del mar. La luz del sol hace brillar los inmensos campos de naranjos, que se confunden a lo lejos con las urbanizaciones de la costa.

Desde este mirador se goza de un panorama delicioso, que se extiende desde las planicies costeras hasta las estribaciones montañosas de la sierra Espadán y todo el imperio de cerros y valles de la sierra Calderona, destacando sobre el verde negruzco de las pinadas el Picaio, el Garbí, la Mola, la Redona y el Chocainet, deslumbrando con sus rocas cárdenas.


Un sendero me encamina hacia el Alto de la Ponera. Y mientras mis piernas rozan las matas del esparto, la vista cabalga a sus anchas, desde el golfo de Valencia y la línea costera, hasta las citadas sierras. El Camp de Morvedre me ofrece su geografía pintada de rojo y verde, sus pueblos, como Petrés,  Gilet y Albalat dels Tarongers. El paisaje se ensancha entre ambas sierras y se dilata hacia la cabecera de la comarca del Alto Palancia.





 La sierra Calderona


Higos chumbos

sábado, 1 de enero de 2011

FELIZ 2011




-¿Qué haces, Luis?

La pregunta me la formula un amigo, llamándome al móvil.

-Soñar.

-Pero… ¿qué aún estás durmiendo?, je,je,je…

-No, estoy bien despierto.

-¿Y donde estás?

-En la cumbre de una montaña. Es el único lugar donde puedo soñar estando despierto.

-No entiendo lo que me dices.

-Es muy fácil. Pero para llegar a este momento se necesita haber hecho de tu vida una continua ascensión.

-Sigo sin entenderte.

-Te lo digo. Únicamente hay que “reconocer la altitud”, la voz de la naturaleza, sus sentimientos, sus miedos ante algunas personas, sus quejas, sus lágrimas… Y cuando sintamos su cariñoso abrazo, la amaremos, la respetaremos… No alteraremos su inmaculado silencio, su territorio,  y nuestras ascensiones serán felices, porque el noble espíritu de la montaña, su mítica aureola, su magnetismo,  nos habrá engrandecido. Y, entonces… ¡soñaremos!

Ahora te entiendo.


Con mi primer post del nuevo año os deseo…

Mucha FELICIDAD!!!!