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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

martes, 30 de abril de 2013

Presentación del libro "Fiestas del Alto Palancia" en SOT DE FERRER




Tengo el placer de invitaros al acto de presentación de mi libro "FIESTAS DEL ALTO PALANCIA" en SOT DE FERRER (Castellón) , que tendrá lugar el próximo domingo, 5 de mayo, a las 13 horas, en el Ayuntamiento. Acto enmarcado en el programa  del Día del Libro.

Entre las fiestas más populares que se celebran en la comarca del Alto Palancia están las de Sot de Ferrer, dedicadas a los Carnavales. El capítulo del libro dedicado a esta pintoresca población  se centra a historiar los Carnavales, de larga tradición,  y el ambiente festivo que se crea en las calles, llenas de color y música.

Y dicho capitulo se inicia así:


Sot de Ferrer abajo, abrazado por el arco natural del Palancia. En lo alto el Calvario, blanco, fotogénico, zigzagueante, punteado por estirados y añosos cipreses buscando la magnitud del cielo. Abajo, la monumental  iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, con sus dos torres gemelas de traza cuadrangular. Arriba, coronando el calvario, la ermita de San Antonio de Padua, entonada con su albura, en la que el sol acopia reverberaciones. Contrasta con el marco montañoso de Espadán,  que se alza como telón de fondo.

Un conjunto, pueblo-calvario, encantador, pintoresco, que se manifiesta como singular estampa desde las cercanías, allí donde las frondas de nísperos forman una verde alfombra vegetal.

El buen tiempo ha embellecido a los almendros. Son como oriflamas blancas, esponjosos en el apogeo de la floración, decorando el paisaje de nuestras tierras cuando al invierno le está empujando la primavera en su nuevo peregrinaje. Ahí están, alineados en la raigambre de la tierra, alegrando el bostezo de la fiesta. De esa fiesta que ya está preparada en Sot de Ferrer para disfrutar de ella: Su Carnaval.







domingo, 28 de abril de 2013

Las enseñanzas de las montañas




Me gusta ir a las montañas, porque son sencillas en su hermosura y fieles en todo momento.

Porque, aunque están rozando el cielo, no son hipócritas, ni están endiosadas, ni desdeñan a nadie por su natural altivez.






Cuando te hablan no emplean palabras recreadas en vocablos inteligibles (al estilo de muchos políticos).

Con su altura son llanas, honradas, y cuando te abrazan es que te premian tu esfuerzo, tu nobleza, el respeto que tienes hacia ellas,  al no haber rebasado los límites de la prudencia.






Cuando, lamentablemente se visten de luto, es que el hombre ha destruido su belleza a causa de su voracidad; el oxígeno que producen sus bosques, su necesaria envoltura vegetal, su vida.

Ir a las montañas es un hábito, un placer, una necesidad para recuperar el equilibrio psicosomático.

Ellas nos ofrecen múltiples enseñanzas. Emplean el lenguaje real de la vida, dialogando entre coronas de amor. Vayamos a ellas buscando los horizontes de la felicidad. Enseguida los hallaremos, si así lo deseamos.




El ANETO


Fotos tomadas en  el Pirineo, verano 2012


viernes, 26 de abril de 2013

LIBROS DEL PIRINEO. Algunos títulos que no deberían faltar en una biblioteca de montaña.



Uno de los títulos imprescindibles en la larga bibliografía sobre el Pirineo: "Recuerdos de un montañero". Uno de los grandes clásicos. Su autor, el conde Henry Russell,  nos muestra su amor a su Pirineo, su fascinación por estas montañas,  a las que dedicó toda una vida para explorarlas de un extremo a otro. Relata sus vivencias con elegancia literaria, con intensidad, con amor y poesía... Fruto de esta obra fueron los incontables pirineistas que surgieron, gentes que se apasionaron igual que el patriarca de esta cordillera, de la que esta obra tuvo una gran influencia, siendo aclamada por su éxito. Fue editada en 1878.




Un apasionante relato del gran escritor Victor Hugo. Un libro de viajes (1843) centrado en el Pirineo. Nos transmite un reflejo vivo y real de estas tierras, de sus gentes, con descripciones frescas, llenas de sabor, sobre el Pirineo. Un viaje que vio y contó, no faltando su espíritu de poeta.




Un libro extraordinario, que trata de las apasionantes andanzas de auténticos enamorados de la montaña, de sus objetivos en las conquistas de los picos del Pirineo. Nombres famosos como los hermanos Cadier, Russell, Ramond, Arlaud, Estasen, Jaume Oliveras.... Su lectura engancha y nos hace vibrar...Y nos hace revolotear los ánimos para volver al Pirineo, para seguir siendo cautivado por su belleza, por la maravilla de los altos valles, por.... todo!!!




La edición de este libro data de 1972. Es una monografía apasionante sobre la historia de la conquista del Aneto. Es una obra de referencia, escrita con amor, con multitud de datos sobre los éxitos,  fracasos, glorias y dramas acaecidos en el Aneto. Personalmente he ascendido dos veces al Aneto. Al leer estás páginas, estas ascensiones cobran un gran valor, pues todas las generaciones sabemos mantener la misma ilusión y entusiasmo que hicieron gala los nombres históricos que han sellado su amor a esta gran cumbre,




La obra cumbre de su autor, Lucie Briet. Un libro hermosísimo, cuya edición se puede ver en el Museo del Pirineo de Lourdes. Fue un gran admirador del Alto Aragón. Lo recorrió, lo exploró y lo relató con un texto lleno de amor y belleza, ameno y fluido. Divulgador de las maravillas que encierra este territorio aragonés, sobre todo del Valle de Ordesa.  "Riégale un torrente llamado también río Ordesa, siendo sus orillas acantilados extraordinariamente escarpados..."





miércoles, 24 de abril de 2013

Segorbe, testimonio urbano: Sus portadas.




Mi recorrido urbano por mi ciudad se centró ayer  en su colección de  portadas. Evocadoras, serenas, artísticas, cada una en su estilo y porte. Sinfonía en piedra. Llenando con su imagen los arabescos juegos de las sombras, al quedar la lluvia del sol  aprisionada en los airosos aleros. Cada una representa una época, recamadas de ángulos, de detalles ornamentales, apropiados a la composición arquitectónica de los edificios.

Puertas de carácter religioso o civil. Enfocadas a la seducción del paseo. Encuadradas en una encrucijada de calles estrechas, sinuosas, recoletas, con encanto e íntimas, en un paisaje urbano de notables  influencias medievales.

Así es mi ciudad, como yo la veo, a veces con una visión subjetiva, encasillada en la belleza, dedicándole mis ocasionales pregones con la impronta del lirismo, desembocado intrínsicamente en sentimientos profundos, incardinados  en el pedestal de un soñador enfervorizado entre los impenitentes revoloteos del sentimiento, chorreando en un árbol de hojas perennes, donde rasguea el color firme de las aladas flores primaverales.













domingo, 21 de abril de 2013

En Vinaròs, entre libros y rosas




El sol abría esta mañana sus velos luminosos sobre la ancha y acogedora plaza de San Antonio de Vinaròs.

Reinaba la animación entre las numerosas casetas, donde se exhibían portadas de libros. Centenares de títulos donde se multiplicaban temas, autores y colores.

Se celebraba en Vinaròs la Feria del Libro 2013. Por cada título navega el pensamiento del autor, su trabajo, su fabulación, su investigación, su ensayo, su estudio, su entorno… La palabra hecha canción y tinta.

Cada libro estaba ahí, recibiendo las brisas del mar, que refrescaban el sugestivo y luminoso ambiente de la Feria. Textos elaborados con el enorme caudal de ilusiones, de historias, de argumentos y de esperanzas escritas.

Son estas ferias del libro como un convite literario, donde los comensales son lectores y escritores.

Por la plaza andábamos. Hemos saludado a mi editor, Francisco Castell, con un fuerte abrazo. Hemos acudido a su amable invitación. Y me ha presentado a compañeros de letras, escritores que tienen libros publicados en la Editorial Antinea.

La gente se apiñaba respetuosamente alrededor de la caseta de la editorial, la Llibrería Els Diaris. A un costado, bajo una constelación de matices dorados que tejía el sol al colarse entre los toldillos, se hallaba la ilustre escritora Alicia Giménez Bartlett, Premio Nadal 2011, por su novela “Donde nadie te encuentre”. He tenido el gran honor de charlar con ella, de que firmara esta novela a María, mi mujer, y de que yo le dedicara mi libro “Fiestas del Alto Palancia”.  Alicia es un encanto de persona, me atendió muy amablemente y hablamos un poco de esta novela,  que está teniendo un gran éxito en el mundo, como otras suyas, de las 15 publicadas hasta ahora. Novela ambientada en las tierras del indómito Maestrazgo, que la autora conoce por sus viajes,  donde el relato se centra en el personaje de La Pastora. Ya he empezado a leerla y me está atrapando mucho. Gracias, Alicia.

Al filo de las dos, en la fuente central de la plaza, que sosegaba dulcemente su salmodia líquida, Paco nos ha reunido a escritores y familiares, para hacernos la foto del grupo. Y después nos hemos ido a comer al restaurante Peña Pan y Toros, dando así por finalizado, como broche de oro,  este encuentro de escritores de la Editorial Antinea, que tan  grata y satisfactoriamente  nos ha organizado Paco Castell, sembrando en todo momento palabras amables entre todos, escritores y familiares, con gozo enorme.




Mi libro, entre los publicados por la Editorial Antinea


Extraordinaria afluencia de público en la Feria del Libro de Vinaròs


La caseta de la Llibrería Els Diaris, repleta de libros.


Con el editor Francisco Castell


La rosa y el libro, una bonita tradición en el Día de Sant Jordi, 23 de abril.


La escritora, Alicia Giménez, firmando ejemplares de sus libros. Uno se lo ha dedicado muy gentilmente a mi mujer.


Fotografiado  junto a Alicia Giménez


He tenido el gran honor de firmar un ejemplar de mi libro "Fiestas del Alto Palancia" a Alicia Giménez.


El editor, Francisco Castell, con el grupo de escritores  de la Editorial Antinea,  y familiares, que han acudido a la Feria en esta edición.

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El LIBRO habla, se confiesa, te susurra, te hace enamorar... Al leerlo, 

profundizas en sus raíces, en ese mundo tangible embellecido de otoños y 

primaveras, de historias y sueños, que se congregan en el cenáculo del 

pensamiento. El libro es esmeralda, música y sinfonía de las palabras; lienzo de 

limpia albuhera, donde ves reflejado tu propio ser...

Luis Gispert.


sábado, 20 de abril de 2013

Camino para sentirme vivo



Camino para sentirme vivo,
para alegrar el cansancio,
para que mi corazón baile contento,
para respirar el aroma de los días,
para remediar el filo del dolor.

Para sentirme ligero como las brisas,
para alzar mi vuelo
hacia el reino de las águilas,
donde hay un cielo
de rosas y de espumas blancas.




Camino para pisar la tierra,
para sentirme tierra,
para alumbrar colores en mi rostro,
y ver la luz de los días,
el oráculo de la felicidad,
la plenitud de la palabra amiga.


miércoles, 17 de abril de 2013

ADIOS, PENYAGOLOSA





De lejos te he mirado, con esa mirada especial atesorada de tantos valores, llena de sentimientos profundos hacia lo que has significado en mi vida. Y ahora estoy caminando. Quiero subir a tu cumbre. Y lo voy a hacer por última vez.

Mira, ignoro la primera vez que te ascendí. Hace muchos años.  Y era muy joven. Exactamente no se la fecha. Igual me subirían en coche hasta la base de la ascensión. O iría por el barranco de la Pegunta, por donde ahora discurren mis pasos. Escuchando el fino rumor del riachuelo, buscando con la mirada encontrar trozos  de cielo azul, casi refugiado entre las copas de los pinos. Pero ya no puedo escuchar el canto de los pájaros, como el del herrerillo capuchino. Mis oídos están dañados. Parece que el silencio de la montaña se agudiza más por mi pérdida de audición. Bebo de la fuente. Me maravilla llenar el cuenco de mis manos de esa agua cristalina, que acaricia.

Y subo, sorteando los pedruscos. Y me digo que al bajar de la cumbre no pasaré por aquí. Ni elegiré otro  sendero. De los que hay, de los que tantas veces he pisado su rastro con amigos. No, no he dicho nada a los amigos. He querido subir a la cumbre solo. Porque hoy la ascensión que hago significa mucho para mi. Esta gran mole que ahora tengo delante de mi, tapizada de inmensos pinares y rozando su cúspide el cielo, la he subido 24 veces. Y me acuden muchos recuerdos. Buenos recuerdos. Mis pernoctaciones en el santuario, alguna vez con tienda, abrazado por el olor de la hierba, escuchando entonces perfectamente los sonidos mayestáticos de la naturaleza.

Y ésta, mi amado Penyagolosa, va a significar la última ascensión que haga a tu cumbre. No volveré más. Mira, mis piernas van flaqueando. Y así como di el adiós definitivo a muchas montañas, entre ellas el Pirineo, mi adorado Pirineo, ahora te toca a ti. Quiero darte el último abrazo, quiero dedicarte un poema, quiero estar en tu cumbre saboreando por última vez el aire puro que se encastilla en las aristas cimeras.

Hago breves descansos. La emoción me embarga. Pienso leer otra vez ese libro que es como un lenitivo espiritual a mi modo de pensar de las montañas. Me refiero a lo que eres, “una montaña sagrada”,  cuya mirada siembra mil sentimientos ancestrales y te acuden romerías, peregrinaciones… Te llenan  de rezos y cánticos… Pero también de voces alegres. De montañeros, de niños, que suben a contemplarte, a admirar Castellón, sugestionados por tanta grandeza, por la atracción de lo desconocido, por todos los elementos que forman parte de tu extensa figura y que imprimen a las gentes una intensidad vital.

Y pensando en estas cosas, con algunas elucubraciones añadidas,  llego a la cumbre. Ya estoy contigo, Penyagolosa. Ya me encuentro en este lugar prodigioso, cuajado por la belleza de las rocas doradas, de abismos, de corredores casi verticales…

No puedo dejar  de evocar alegrías, abrazos, satisfacciones…Una oleada de recuerdos de cada una de las 24 ascensiones anteriores, amando cada vez más esta montaña, que tiene una individualidad geográfica patente. Eres un inmenso archivo para mi,  Penyagolosa. Un trozo importante  de mi vida montañera va a quedar aquí, en tu cumbre para siempre. Como esas cenizas de montañeros insignes esparcidas hacia los cuatro puntos cardinales. A mi me gustaría ser tierra, roca y estar en la morada de los dioses para siempre. Aquí, en tu cumbre o en las montañas emblemáticas de mi tierra, Espadán, Peñaescabia…

Mi emoción aumenta. Ha llegado el momento de la despedida. Y lo hago muy emocionado. Saco de mi mochila una botellita de cava, y también una copa. No de plástico, sino de cristal… La lleno de  ese chispeante líquido que forma parte de eventos felices, que rematan celebraciones y acontecimientos… Pero mi celebración no es festiva, ni melodiosa. Es melancólica, doliente…

No hay nadie en  la cumbre. Yo solo, rodeado de un sublime silencio…. Y bebo sorbo a sorbo de ese  vino espumoso que parece bailar en mi boca como un signo espiritual… Y así como otras veces me he recreado avistando asombrado los inmensos paisajes que se disfrutan desde  esta colosal atalaya, como un portentoso hábito visual, es tan fuerte la emoción que siento que no puedo estar más tiempo en la cumbre. No quiero dialogar con ella.

Únicamente abrazo como puedo su inmenso torreón, el monumental vértice, tantas veces contemplado. Y tomo la mochila y me despido para siempre del Penyagolosa… Y desciendo por el sendero, tantas veces pisado con la felicidad en el alma…

Pero ahora… 

Sí, me vuelvo para contemplar la cumbre por última vez. Y unas lágrimas resbalan por mis mejillas…. 

Adiós…!!!














martes, 16 de abril de 2013

En Vilafranca, donde la piedra es arquitectura




Ayer lunes me fui a  Vilafranca. Hace tiempo visité sus museos al aire libre, dedicados a las construcciones de la piedra seca, como casetas, corrales, azagadores, apriscos, contadores, balsas…. ubicados en el Pla de Mosorro, Les Virtuts y La Parreta. Todo un testimonio real y vistoso de la arquitectura de la piedra seca. Un paisaje evocador, extraordinario, patrimonial, enmarcado en unos espaciosos parajes de notables valores naturales, relevantes….

La piedra, la tierra, la vegetación… Todo este conjunto conforma en Vilafranca una formidable  red de itinerarios magníficos… Y uno de ellos es el que desarrollé. 







Salí de  Vilafranca con el cielo pintado de azul. Iba ilusionado por ver horizontes recortados por paisajes atávicos, donde la piedra ilustra el terreno,  imprimiendo su sello secular. La emoción por descubrir paisajes desconocidos “donde el silencio habla”, hacía que mis piernas se deslizaran ágiles sobre el terreno, siguiendo el itinerario balizado, el PR-CV 309,  que me encaminaba hacia recónditos espacios.

Otrora por aquí abundaban los rebaños… Balidos, sones de esquilas….Ando por un espacio vegetal que me encanta. Voy solo. Pero me acompañan, como siempre, las sensaciones que recibo, que, como oleadas enriquecedoras, alimentan mi afán montañero…. Un territorio vasto, ancho, testimonial…. El cereal verdea en los acotados campos con repujos esmeraldinos. Y las esquilas de las vacas se cuelan entre brisas amables.








Sigo el PR hasta el Peiró de Sant Pere. Un vestigio permanente en el Maestrazgo. Peirones o cruces de término, símbolos rurales, que representan la religiosidad de los pueblos, obras de arte, que jalonan encrucijadas a la vera de los pueblos, pequeños núcleos  o santuarios.

Voy caminando ahora por el Assagador de l’Empriu, entre muros laterales de piedra. Va transponiendo una serie de lomas que sobresalen por estas planicies de Vilafranca. Avisto algunos pozos, como el de la Vila, que se utilizaban para abastecer a los rebaños. 






Las masías abundan por estos lares. También me acompaña su grata fisonomía. El paisaje parece estar quieto, inamovible, persiguiéndome con su adusto encanto. Y yo camino feliz, embriagado por el poder exultante de una naturaleza atávica y antrópica.

Arribo  al barranco de les Carabasses. Visito la serie de cavidades donde  dicen que  hay pinturas rupestres. Ni una distinguí. A lo mejor era que iba con las gafas de sol. Y después sigo las marcas blanco amarillas del PR que se encauzan por un assagador hasta donde se levanta un indicador vertical. La carretera del Portell pasa muy cerca. Y sigo la indicación del PR-CV 402 hacia las fonts del Llosar. La señalización llega hasta el mismo lecho del barranco de les Carabasses. Las balizas me conducen hacia otro assagador, que ya no lo abandono hasta Vilafranca, dejando a la derecha los desvíos señalizados a La Parreta y a las Fonts del Llosar. 








La ruta, netamente circular, me ha supuesto 3 horas y 15 minutos. La mañana fabulosa, soleada y con una temperatura de 21 grados. Las brisas han jugado con mi rostro, y los paisajes en su adustez destacan las explotaciones de antaño. Y allí donde se afianzan las carrascas, los enebros, el pinar, parece trasegar la quietud, la calma y el silencio que arrebuja al caminante,  alentando sus sentimientos, tan enraizados en estas tierras  donde ese silencio… ¡habla!






Y cuando llego a Vilafranca la sed me atenaza. Me apetece tomar una gin-tonic. Y entro en un bar. En un velador-revistero está la prensa del día. Mas,  no me apetece leerla. Siempre las mismas noticias… Hay que bajar los impuestos, el plan fiscal, Urdangarin, el déficit… Y el dueño del bar, una persona joven, parece adivinar mis pensamientos.

-¿Qué, de excursión?

-Acabo de terminarla.

¿A dónde ha ido?

-Al barranco de Les Carabasses,  desde el Peiró de Sant Pere.

Y me entrega, muy amable,  información turística de Vilafranca, junto a un libro de rutas por el término. Lo hojeo y veo algunas muy interesantes.

-Gracias, seguro que haré alguna más.