A lo largo de la Sierra de Albarracín hay
cumbres muy relevantes. Elevaciones de notable porte que configuran un relieve
majestuoso por el Sistema Ibérico. También es marco de nacimientos de ríos
importantes de la península. Un conjunto orográfico enmarcado en esta sierra,
pero que, asimismo, conforma alineaciones que tienen su propia personalidad
física, en forma de subunidades.
El techo de estas esbeltas montañas
está en el Caimodorro, de 1.920
m . de altitud. Pues bien. Puedo decir que he subido a todas
las cumbres más sobresalientes de esta pintoresca y hermosa sierra. El citado
Caimodoro, la Sierra Alta
(1.852 m .),
el Jabalón (1.692 m .),
la Muela de San
Juan (1.814 m:)), la Peña
de la Cruz (1.538 m .), el monte Carbonera
(1.540 m .)…
Observando el plano de la sierra,
me fijé en una cumbre aislada, creo que apenas conocida en el ámbito
senderista, y que tiene una altitud importante, 1.849 m . Sí que se mezcla
con otras elevaciones que se emplazan al sur de la sierra del Tremedal, que
sobrepasan elocuentemente los 1.700
m . Esta montaña es Peñablanca. Y me fui a conocerla.
Aparco al lado de la carretera de
Griegos a Orihuela del Tremedal. En los prados de Piedra Mancheta. Una pista
desemboca en la carretera. Registra las marcas rojiblancas del GR 10.1. Una
señalización indica la dirección a
Griegos. Comienzo a andar. A ambos lados
de la pista se despliegan extensos pinares. El paisaje es plácido, atemperante.
Camino por tierras que se sitúan a 1.600 m . de altura, conformando un bastión
pinariego de los más espléndidos de España. Por aquí hay mucha paz. Y por estos
maravillosos bosques, tan frondosos, tienen su hábitat ciervos y corzos…
A los 30 minutos abandono el GR.
Continúo por un camino a la izquierda, que sigue elevándose suavemente. Los
pinares sueñan y los prados también. Y los arroyos verdean. A lo lejos, se
abruman los ariscos peñascales. Y los bordes del camino están sembrados de
florecillas blancas, pequeñitas, frágiles… Parecen quietas mariposas tomando el
sol.
¿No eres tú, mariposa,
el alma de estas sierras solitarias,
de sus barrancos hondos
y de sus cumbres agrias?
(Antonio Machado)
Pero no. No hay cumbres agrias en
la sierra de Albarracín. Hay poesía y frondosas tierras pinariegas. Y el
silencio es espectacular.
Y empieza a soplar una ligera
brisa, que se apelmaza por los collados, y que hace bailar a “las mariposas”.
Un desvío del camino me conduce a
la anchurosa cumbre de Peñablanca (1.849 m .). Jóvenes pinos entrelazan sus copas
formando un pasillo sombrío. Percibo una marejada de perfumes silvestres.
Compactas sabinas rastreras eslabonan los prados. Pronto veo la torre metálica
que jalona la cumbre con su tono amarillento. Al lado, se estira el vértice
geodésico. Puede tener unos diez metros de altura. El pequeño cilindro del
vértice roza las copas de los pinos.
Y no hay panoramas para ver a
causa de la pinada que lo impide. Y eludo trepar por la oxidada escalerilla.
Así que me dedico a almorzar, con el sol bañándome con sus rayos, y los insectos danzando por las espigadas
florecillas que adornan el terreno.
Bueno, Peñablanca se emparenta
con el Caimodorro, porque igualmente los pinos limitan las perspectivas. Tengo
que avanzar un poco por la pinada en dirección NE. Y entonces, bajo mis pies se
abre un inmenso valle, profundo, con idílicas praderas. Enfrente se eleva la corpórea
cumbre del Caimodorro, oscura, solemne, compacta, de inacabables pinares…
En la carretera que une Orihuela
del Tremedal con Noguera se obtiene una magnífica perspectiva de Peñablanca y
de su altura sobre el alargado valle de La Pinada.
Y en una curva de la carretera me paro para visitar la Peña del Castillo, un manojo
de rocas volcánicas procedentes del Paleozoico. Observo la textura de estas
rocas, que forman un cono pintoresco, dominando la depresión del río Garganta.
Alrededor, se agrupan multitud de robles marojos, que contrastan con los cercanos
bosques de pinos…
Cerca de Albarracín las márgenes
de la carretera están bordadas de rojas amapolas. Con su estridente colorido
parece que ríen, o que celebran sus esponsales con la transparente corriente
del río Guadalaviar, que baja de los alcorces de la Muela de San Juan. Por allí
andaré este otoño.
4 comentarios:
Tu blog y tus andanzas por los montes y caminos nos hace mejores personas amigo.
Mirar tus rutas y leerte es un placer para los sentidos.
Gracias Luis.
Un abrazo
Gracias a ti, Remei, me complace mucho lo que me dices.
Un abrazo.
Querido amigo, quiero que sepas que te sigo aunque no deje comentarios. Besicos.
¡Hola Luis!Preciosa la sierra de Albarracín como se muestra en tus fotos. Como dices, siempre hay una cima para hollarla y en esa sierra hay muchas.
Un abrazo.
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