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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

domingo, 30 de agosto de 2009

Empiezan las fiestas de Segorbe


Ayer sábado, al mediodía, el ambiente festivo de Segorbe cristalizó sonoro y navegó dichoso llegando a todos los hogares y rincones segorbinos. Desde la atalaya catedralícia un espectacular volteo de campanas grabó en los corazones de los segorbinos, con júbilo y gozo, el comienzo de las fiestas.

Pero el acto más encantador, solemne y bello se celebró anoche, en el templete de la glorieta del Botánico Pau. Una ceremonia emotiva con la proclamación de la reina mayor de las fiestas y su corte de honor, un tributo y homenaje a las once muchachas encabezadas por Sara García Ordóñez, que representarán a la capital del Alto Palancia en el curso del distinguido ciclo festivo segorbino. En una noche quieta, transparente y colorista, se puso de relieve el testimonio de amor y admiración hacia la mujer segorbina, representada por la gentil hermosura y delicadeza de estas jóvenes, la historia de Segorbe, sus gentes, su idiosincrasia…. Actuó de mantenedor, pronunciando un elocuente discurso, D. Miguel Fresneda López, teniente coronel de la Guardia Civil de Castellón.
Unas jóvenes que iban desbordantes con sus galas tradicionales, luciendo sus lindos trajes confeccionados con amor por sus madres, por sus abuelas, robando horas a la noche pero enriqueciendo sus corazones para brindar el arte de la confección a sus hijas, a sus nietas, para que sus paisanos, nuestros visitantes y amigos, cuando las contemplen en sus desfiles presidiendo los actos del apretado programa festivo, exclamen con admiración: ¡Qué majicas están! .

En el terciopelo de esta noche,
noche cálida, calma y serena,
la belleza, exultante,
refulge áurea en el templete
como flor de primavera.

Encantador escenario, perfumado marco
para adornar una Reina,
la Reina de Segorbe, de sus Fiestas;
caudaloso surtidor de ilusión,
llamaradas de amor,
jardín de rosas
de notoria viveza.

A los pies de nuestra Reina, de su dulce hermosura,
se postra Segorbe, rendido y admirado;
los astros del cielo se han quedado quietos
porque en la tierra, en un rincón de Segorbe, de la Glorieta,
luce una nueva estrella,
una mujer adorada, corazón de corazones,
su nombre: Sara.



Hoy domingo, una hilada de actos deportivos, culturales y musicales adornarán la fiesta. Pero esta noche otro emotivo acto brillará en el jardín de la glorieta, que ostenta el nombre de un segorbino universal, el insigne botánico llamado Carlos Pau Español. La proclamación de la encantadora reina infantil Marta Moya Royo y su corte de honor, formada por trece niñas, que presidirán igualmente las nobles fiestas segorbinas, “la manifestación más rotunda de una comunidad en plena y gozosa paz”, su riqueza, donaire y universalidad. Actuará de mantenedor D. Julio Tormo Ases, periodista y productor de televisión.

Unas fiestas en las que conviven la briosa gallardía del hombre entre toros y caballos y el amoroso encuentro ante el retablo de la Cueva Santa con la simpática y entrañable ofrenda de flores. Entonces, igualmente, los segorbinos, al contemplar este hermoso cortejo de niñas, exclamarán igualmente: ¡Qué majicas están”.

martes, 25 de agosto de 2009

Segorbe, acervo festivo


Segorbe erguida,
aupada en el augusto cerro de Sopeña,
enseña risueña de su historia,
lucero que centellea
entre el tenue aleteo de la brisa;
cúpula de agrisada piedra,
entoldada con trajes de esmeraldas,
flamante surtidor de armonía.

Nació alta, buscando
el cielo, como navío sin mar;
tierra adentro, abierta al sol,
a las altas montañas,
ciudad atesorada de monumentos,
hidalga de arquitecturas,
de tierras, paisajes y río,
pregonando cánticos de gloria
como odas de vibrante señorío.

Calles, plazas y rincones perfumados
entre sombras fruncidas;
paseantes emocionaros al andar,
por el arrebatador tejido urbano
del Segorbe medieval;
grandeza de laureles
que son joyas sabrosas,
Santa Ana, San Martín y la Catedral;
cenáculo de sorpresas,
cabalgada de solemnes silencios
en el extendido surco de los siglos.

Puertas de la Verónica, Teruel y del Argén,
piedras calientes, ramajes de recuerdos,
y suenan las fuentes en vuelo,
como cristales de primavera,
salmodiando auroras y crepúsculos divinos.

Segorbe, ciudad galana y enardecida,
acervo festivo
de alegría florecida,
conquistando corazones
de septiembre a septiembre,
con un magno concierto
de imágenes encendidas.



Este canto a mi ciudad lo dedico a sus Fiestas Patronales, que se inician el próximo sábado, día 29 de agosto.

Segorbe es una de esas ciudades españolas que tiene en sus fiestas mayores las denominaciones de mayor rango turístico, como son las de Fiestas de Interés Turístico Nacional (26 de julio de 2006) y Fiesta de Interés Turístico Internacional, declaración otorgada el 9 de diciembre de 2005 a su Entrada de Toros y Caballos.

¡¡¡Felices Fiestas, Segorbe!!!

jueves, 20 de agosto de 2009

Alcalá de la Selva


Los recuerdos de mi viaje literario por la turolense sierra de Gúdar se reavivan cada vez que visito algún pueblo y recorro sus bellos paisajes, escuchando el sutil balbuceo de la naturaleza o admirando el dinámico adorno de la piedra arcana y el asombroso trabajo artesanal de la madera.

Me encuentro en el magnífico mirador de San Rafael, a 1.560 m m. de altitud. Un ropaje de intenso verde, regio y deslumbrante, arropa las elevaciones de la sierra. Tierras altas cubiertas densamente de pinares, recia armonía de esmeraldas que arrebujan la imperiosa cúpula de la mayor altitud de Gúdar: El Peñarroya, que se incrusta en el azul con sus 2.020 metros, atractivo hito de este paraíso natural que es Gúdar.

Desciendo hacia la Virgen de la Vega. El valle, que antaño apiñaba como principal color el verde, aflora ahora la policromía de las numerosas urbanizaciones residenciales. Lugar veraniego por excelencia, con sus servicios hosteleros, que se asientan al lado del santuario. Epicentro de paseos, argénteos riachuelos descienden de los pinares aledaños, donde enebros y tomillos, rosales y majuelos, derraman sus esencias, proclamando las virtudes más sublimes y tonificantes de la naturaleza.

Cerca queda el gran icono del turismo de invierno, la estación de esquí de Valdelinares. Y, mas cerca, recortando el horizonte, emerge Alcalá de la Selva. Acoge la villa al visitante con la magia de su descolgado caserío, imagen subyugante, atildada en lo alto por la estampa del señero castillo, asamblea de piedras históricas y de gestas centenarias.

Acaricio la entrada a esta bella población y subo por una calle costanera, donde se esculpe la típica arquitectura popular. Dejo a un lado la plaza de la Fuente, con su cantarina fuente, noble escenario de costumbres festivas, y me asomo a la iglesia de San Simón y San Judas, donde se entona la melodía gótico-renacentista en los relieves y líneas de la portada, dibujada en monumental arco acasetonado y hornacinas de concha, figurando bajo la central el escudo del señor de la villa, el Conde de Fuentes.

Antes de callejear por la villa y admirar sus añejas casas, subo al remozado castillo y lo visito. Tuvo planta triangular y su basamento tiene apariencias árabes. Alfonso II donó en 1.174 el castillo, décimas y patronato de Alcalá al monasterio de Selva Mayor, en Gascuña. De ahí se deriva el apelativo, aunque el aterciopelado paisaje que la circunda se ajusta adecuadamente al topónimo.








lunes, 17 de agosto de 2009

Peñaescabia


Abierta cúpula al viento,
recia muralla caliza,
andares que despiertan,
hermosos placeres a la vista.

Desde el Palancia exhibes elegancia,
gris bandera entre tapices verdes,
enciendes el gozo, floreces,
sabor a piedra, sinfonía agreste.

El azul es más inmenso,
todo es solemne, se agranda el sentimiento,
de libertad entre paisajes puros,
embriagadores, entre los silencios.

Paisajes de mi tierra,
de Espadán a la Cueva,
cabalgada excepcional,
pregón armonioso, esencial.

jueves, 13 de agosto de 2009

Donde el Mijares recibe al Albentosa



Uno de los parajes que más se visitan en el verano a lo largo de la cuenca turolense del río Mijares es La Escaleruela, que se llega desde la carretera A-228, que desde la autovía A-23 se dirige a Mora de Rubielos y a la estación de esquí de Valdelinares.

Consta de piscifactoría, zona de recreo y restaurante y está ribeteado por el río Albentosa, en cuyo cauce afluye la fuente de la Escaleruela. Aguas abajo, el río Albentosa confluye en el Mijares, entre opulentas formaciones de chopos que regalan espesas y frescas sombras, y en donde los visitantes se entregan a tertulias, meriendas y juegos de cartas.

Son parajes de hondas raíces agropecuarias, recoletas hoyas plenas de vivencias rurales, recogidas entre montañas bordadas de coscojas, romeros, espliegos y enebros. A lo largo de este tramo del Mijares existió un pequeño núcleo de población conocido como Pozo Lance, donde en 1935 vivían un total de 27 personas. La crisis demográfica originada durante la segunda mitad del siglo XX, que se cebó también en este territorio turolense, supuso el abandono de casi todas estas masías.

Desde la Escaleruela parten dos ecosendas, una corresponde
a la del embalse de los Toranes (construido en 1950), que se alarga río abajo hasta el viejo puente, el molino y la antigua fábrica textil de la Fonseca, construida en 1843, con máquinas de cardar e hilar, movidas por las aguas del Mijares. Otra ecosenda es la de los Manantiales, que parte de la Escaleruela y llega hasta los Ojos de Babor, a 2 kms. río arriba. El Mijares, que nace en la sierra de Gúdar, en el término de El Castellar, engrosa bastante su caudal con los manantiales de la Escaleruela, Mas Royo y Ojos de Babor.


domingo, 9 de agosto de 2009

El pino del Escobón




Desde Linares de Mora y subiendo por la carretera hacia Valdelinares, el pueblo más alto de España con sus 1.693 m., nos encontraremos con un camino -hay indicación- que nos lleva a una zona recreativa presidida por el monumental pino del Escobón. En su hermosa copa se pasean las auras del espacio. Es el ejemplar más grande inventariado en la provincia de Teruel, que destaca por su bella estampa, sólida y corpulenta.

A dos metros del suelo la circunferencia de su tronco es de 4, 55 m. y tiene casi 30 m. de altura.

Este paraje tiene mucha atracción bajo la cúpula de las montañas. Una fuente le dedica sus piropos al pino y las brisas juegan en su enorme ramaje brindándole aladas caricias.

Los senderos conducen también a lugares donde crecen estos singulares monumentos vegetales, que destacan así los folletos divulgativos: ”Estas obras edificadas por la naturaleza, campeonas en sabiduría, resistencia, altura y anchura, nos invitan a acercarnos para conocerlas”.

Desde Linares de Mora y disfrutando de bonitos paisajes, el sendero PRTE-29 nos conduce al pino del Escobón, naturalmente si la ruta la queremos hacer andando. Este PR recorre la parte norte de la sierra de Gúdar, con una distancia de 21,5 kms.



viernes, 7 de agosto de 2009

La orla de su sonrisa


Su imagen se desborda en hermosura,
se alza hidalga al cielo,
tejida en blanca vestidura,
es corazón, sentimiento, ensueño.

Con la palpitación del río,
su música es mi concierto,
baladas como himnos triunfantes,
que embriagan, como dulces besos.

Río y pueblo, en odas de admiración pura,
sentado en el corazón del parque los veo,
pinares y chopos exhiben sus latidos,
abrigando piedras y rincones como aromas ciertos.

Pasa una niña con su abuelo,
me mira, y sus ojitos iluminan el cielo,
se acerca y me pregunta ¿qué haces?
“escribo cosas de tu pueblo”,
¿es bonito, verdad?
“como un jardín risueño y bello”.


La nítida orla de su sonrisa
festeja la mañana inmensa,
recoge una flor sonrosada y me la entrega,
“te la regalo, guárdala en tu corazón”.

Y me dice adiós con sus manecitas,
y sus pasitos quedos
acompañan con amor a su abuelo.

martes, 4 de agosto de 2009

Pueblos de Espadán

Aín


Vall de Almonacid

Entre aromas de júbilo
Espadán desparrama sus paisajes,
acuarelas que asombran, brillantes,
cuajadas en la urdimbre de los sentidos.

Cabalgadas de hermosura
adornan mi andadura,
empapadas de verde,
de melódicas brisas y estrellas,
enrolladas con elocuencia
en el corazón de la sierra.

Arriba, arriba,
se alzan los pueblos,
de calles costaneras,
de vivos recuerdos,
banderas blancas,
crecidos al sol y al viento.

Como palomas de amor
abren el cortejo de sus calles,
por donde desfila el temple,
el ritmo de la historia morisca
y el frenesí de líricas flores,
como luceros de empaque arrobador.

Laberinto de calles
que se tuercen
como surcos de amor,
brotando al paso
diademas de emoción.

Se apresan en sus encrucijadas
los sonidos de Espadán,
de fuentes que encadenan
el trenzado de sus latidos,
proclamando el encanto
de los pueblos que van conmigo.

Chóvar

Eslida

Sabias que... que el Parque Natural de la Sierra Espadán tiene 31.180 hectáreas y se localiza entre las comarcas del Alto Palancia, Alto Mijares y la Plana Baja (Castellón). Que comprende 11 municipios completamente y 8 parcialmente?

sábado, 1 de agosto de 2009

Puertomingalvo, tierra de frontera


Cada vez que visito un pueblo revivo la misma emoción que he sentido siempre. Y me afano a pasearlo, a verlo, a contemplarlo, sin que interceda el interés del pensamiento o del estudio.

Desde la ermita de Santa Bárbara la vista alcanza el colosal cabezo de la montaña señera de la Comunidad Valenciana: El Penyagolosa. Si siguiera el PRTE-31 llegaría al ermitorio de San Juan, al pie del pico. Pero hoy me quedo en Puertomingalvo. Voy a visitar este hermoso pueblo de la comarca de Gúdar-Javalambre, que es tierra de frontera y balcón del Maestrazo al Mediterráneo.

Penetro en el recinto urbano por el antiguo Portal de Umbría. Y asciendo hasta la plaza de la Iglesia, escenario de festejos taurinos, como lo señalan las barreras metálicas, ribeteado de pinceladas de sol ruboroso y grises sombras de árboles. La iglesia de la Purificación y San Blas es un monumental templo barroco del siglo XVIII. Su interior conforma la tipología “iglesia-salón”, compuesto de tres anchas naves. La torre está edificada en piedra de cantería y consta de dos cuerpos, siendo el superior de planta octogonal.

Por la calle Valladares llego al castillo. Está edificado en el punto más alto de la población, sobre un espolón rocoso. Procede del siglo XII. Es curiosa la forma octogonal de la torre del homenaje, donde aparecen varias ventanas geminadas, enfajadas de piedra sillar, extraídas de algunas de las canteras locales.

Por el callizo de la tía Sidra o del tío Jorge me asomo al Portal Alto o de San Antonio, que marca el final de la calle Alta. Es una de las torres-puertas que se conservan del conjunto amurallado de Puertomingalvo. Procede del siglo XIV. Y uno de los elementos de mayor relieve de este portal es una hornacina gótica integrada por una repisa y un dosel finamente labrados, donde figura la imagen de San Antón.

Puertomingalvo alcanzó su auge económico entre los siglos XVII y XVIII. Su rico patrimonio arquitectónico le permitió obtener la declaración de conjunto histórico-artístico en 1982. Los arcos, los revocos y pinturas de puertas y ventanas donde destellan los blancos, los pardos y azules, las inscripciones de los antiguos canteros, los portales, los aleros de madera, las puertas de las viviendas con el armónico jambaje de sillares, etc. son los elementos más primordiales de esta bella villa.

El Ayuntamiento (siglo XIV) es uno de los más importantes arquitectónicamente de Aragón. La fachada destaca por su piedra de sillería y sus hermosas ventanas geminadas, enarbolando señorialmente el estilo gótico y su traza medieval. Alberga distintas dependencias, y un gran salón con viguería de madera y pilares octogonales “donde cabe todo el pueblo”.

En mi paseo me detengo también ante el Portalico y la casa Llorens, que destaca entre las casas palaciegas de esta notable villa. Es un edificio que mantiene un artístico alero de madera tallada, el escudo nobiliario y otros detalles, como los dinteles y tiradores.

Por gentileza de la oficina de turismo visité el centro de interpretación de los castillos del Maestrazgo, instalado en las antiguas mazmorras del Ayuntamiento, y que es ejemplo de buen gusto en el montaje y visión de este legado del rico pasado medieval de estas tierras, iniciado por Alfonso II de Aragón. Dicen las crónicas, acerca de Puertomingalvo, que “durante 600 años el pueblo tuvo cuarenta y siete señores, entre obispos y arzobispos”.

En Puertomingalvo -donde llama la atención, además de la remozada arquitectura urbana de noble piedra, la limpieza de sus calles, y los balcones adornados de rojos geranios-, es fundamental detenerse en sus miradores. Situado a 1.456 m. de altitud, la visión de tierras con verdes prados y montañas es majestuosa, con sus bosques de pinos, sabinas, encinas, arces, servales..., que ornamentan de verde los paisajes y que en el otoño nos descubren los tonos más increíbles y bellos. La bucólica imagen de las masías y de las vacas, ovejas y cabras pastando por el término rubrica el atractivo de Puertomingalvo, que asegura una visita nutrida de numerosos valores patrimoniales y paisajísticos y en donde los ineludibles placeres de comer y dormir están garantizados.