Y mi niña caminaba
por el sendero de esmeralda,
cantando una melodía
a la montaña brava,
al riachuelo mocetón
y a las plantas que nos miraban.
No mires atrás, mi niña,
mira el cielo que nos encanta,
donde el azul extiende sus gracias
coronando la inmensa llanura perfumada
Pero se vuelve para mirarme
para brindarme la sonrisa más hermosa,
su figura gallarda,
como un dulce embrujo
en la tarde vestida de plata.
6 comentarios:
PRECIOSO !!!
Precioso, si precioso, pero lo primero que me ha venido a la mente tras leer el título de tu entrada ha sido:
"que te vuelves estatua de sal" Lo siento.
Las imágenes son preciosas y la letra muy dulce. Bss.
Preciosa tu voz lírica amigo...
Un abrazo.
Un poema muy dulce,seguramente también para una niña dulce.
Me ha encantado,poeta y escritor.
Un abrazo
Luis,hay magia en tus letras...
¡¡Besos!!
Una preciosidad.
Muy lindo poema Luis. Un abrazo.
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