La voz del río,
su corriente adónica
ungió
mi alma.
La palabra amiga llenó
de fulgor mi corazón.
El sol rompía cristales
sobre el sitial del río,
goteando lazos de plata.
Y la magia de la naturaleza
vitalizaba el engranaje de mis años.
Y veíamos el silencio
bailoteando su vals sobre el río,
al lado de espigas y amapolas
entre campos de oro.
Y la voz amiga me hablaba,
compartiendo los mismos pasos,
sobre el sendero blando.
La luz también nos hablaba;
su monólogo nos iluminaba;
Y mirábamos el cielo
que nos enviaba pedazos de libertad.
5 comentarios:
Siento los pasos y las palabras acompasadas miranado esos trozos infinitos de libertad. Besicos.
Es una maravilla, tanto las fotografías como el Poema.
Un abrazo, Montserrat
Me encanta Luis. Besos.
Uma composição de luxo!!!
Beijos.
Un bello poema acompañado de dos excelentes imágenes. Enhorabuena y un cordial saludo..
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