SOBERBIAS PEÑARROYAS

Cuando un paisaje, un paraje, me gusta, vuelvo otra vez. La provincia de Teruel atesora paisajes de notable belleza, espectaculares. En todas las comarcas las hay.

Ahora, en verano, me gusta recorrer los cursos fluviales. Espacios constreñidos por abruptas paredes, donde las aguas corren con arte, formando relieves sumamente mágicos.

Estas depresiones se concentran con gran belleza en los cañones de areniscas de Peñarroyas. Destacan por su característico color rojo, orlando el curso del río Martín. El relieve está formado por desfiladeros verticales, bloques que siembran el fondo del río.

Hay un recorrido que repito siempre. Está señalizado. Pasa por excelsos miradores, se recorre el río, se contemplan bellas cascadas, se remansa en las pozas, donde refrescarse en ellas es una grata invitación.

Chopos, rica vegetación de ribera, pinares de rodeno, roquedos.... Cuando penetro en el río Martín sus aguas me saben a gloria, me refrescan como caricias nirvanas. Y me digo que, en invierno, estas sensaciones no las puedo tener. Y no me acuerdo del calor. Y, a veces, cuando estoy solo, mi piel se queda libre como las brisas mañaneras, y tiene la inmersión el relieve del candor primigenio y natural, fuera de circunspecciones emballenadas.

Y recorro alegremente el río Martín, sus angostas gargantas, que alcanzan los 200 m. de profundidad.

Y me digo:

VOLVERÉ!!!!