La atmósfera está limpia. El
cielo azul. Purísimo. Con estelas blancas, que dibujan nubes caprichosas. Pero
por la arista cresteante del monte Carrascal de Chóvar el viento se arrima con
fuerza. Nos zarandea. Tenemos que evitar su feroz empuje. Cosa difícil, porque
el terreno es pedregoso, empinado, agreste... Y los arbustos salpican frondosamente
el suelo, entre bloques y piedras de rodeno. La cresta es empinada. Pero hay
suficientes hitos de piedras para seguir el rastro de una senda, recalzada por
los pasos de montañeros. El mar reverbera, tras el manto verde del naranjal. Despide
brillos solemnes, como las hojas de los alcornoques y de los pinos, que
centellean, al socaire del viento, por el acorde luminoso de los rayos del sol.
Tras coronar la cresta del
Carrascal, nos encontramos en un punto muy cerca del mojón de Alfondeguilla,
excelente mirador de la sierra Espadán. Almorzamos en un terreno limpio de
matorral, justo en el trazo de un sendero que caracolea por la vertiente sur de
esta montaña. Es paso de corredores. Con decisión y un entrenamiento acoplado a
sus condiciones físicas, los vemos que descienden rápidos. El sendero toma la
dirección del collado de Marianet, otra alternativa para establecer nuevas
rutas por esta pujante zona de la sierra.
Nos encaminamos por la Erica del Vaquero hacia el
vértice de la Nevera
(856 m .),
donde nos hacemos la foto del grupo, entre las fuertes ráfagas del viento.
Seguidamente vistamos la nevera, nuevas fotos y por el cortafuegos del Hembrar
salimos a la pista principal. La seguimos, bajando en dirección al puente Pili, para abandonarla en una curva
a la derecha. Es cuando cogemos el magnífico sendero que recorre todo el
bellísimo barranco de Ajuez, un prodigio de la naturaleza silícea de Espadán,
con sus torres y cúlmenes de rodeno, de intenso color rojizo, abundando
ejemplares monumentales de alcornoques. Al poco divisamos a nuestra izquierda la Peña del Agua. Más abajo, nos
desplazamos para ver los restos de una antigua mina abandonada, con la bocamina
y alguna escombrera.
El sendero nos baja por laderas
salpicadas por inmensas torrenteras de piedras, desprendidas de las cumbres.
Por aquí nos cruzamos con
bastantes excursionistas, atraídos por la fama de estos parajes. Bebimos agua
de la fuente Fresca y acompañados alegremente
por la voz del amigo Maduro, llegamos al embalse de Ajuez. Nuestras imágenes se reflejaron por un instante
en las quietas y aceitunadas aguas del pantano.
Disfrutamos todos con esta bella ruta. El viento no fue obstáculo
para gozar de una mañana senderista a lo grande…. ¡qué bien nos lo pasamos…!!!
5 comentarios:
What a beautiful post! ;-)
Greetings from the Netherlands,
DzjieDzjee
Y ahora yo al final del día, estoy disfrutando de esta preciosa excursión, sentada en mi silla del ordenador.
Gracias por compartir tanta belleza.
Un abrazo, Montserrat
Encantada de conocer tu blog y participar un poco de tu preciosa excursión. Me siento muy identificada con los paisajes que describes, y también con tus fotos.
He tomado una tuya de una aliaga. Espero que no te importe.
Un saludo levantino.
Hola Luis, un buen paseo en buena compañía, ¿que mas se puede pedir?
Un abrazo
¡Hola Luis! Excelente ruta que me has hecho rememorar con gran intensidad gracias a tu detallada y pictórica narración. El barranco de Ajuez es uno de los más bonitos de Espadán. Tú lo has pintado perfectamente con tus brillantes adjetivos.
Un abrazo.
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