Las luces del coche taladraban la oscuridad. Iluminaban el asfalto, curva tras curva. Ya no se veían los paisajes familiares de Espadán. Pero había disfrutado una vez más recorriendo, paseando el Valle de Mosquera.
La soledad era mi estandarte. Una soledad que parecía beberla de un sorbo, en esta tarde del 9 de octubre. Veo el caparazón silíceo del valle, la sustancia vegetal, genuina de la solemne arboladura del alcornocal. Rememoro páginas de otros tiempos. Páginas pascueras, donde el alma de la juventud bailaba compases románticos. Pero ahora tengo otro surtidor, que es la ilusión de seguir viviendo estos instantes felices, estos encuentros con los caminos amigos, con los senderos, donde el alma suena como una caracola. La soledad juega con los alcornoques, con los arces, que van pintando colores otoñales. Y abrazo con la mirada toda esta espectacular estructura. Y me emociona, porque quiero seguir caminando para encender el pensamiento, para gozar de esta naturaleza tan familiar. Para sentirme libre siempre. Para seguir amontonando experiencias, placer, entre la urdimbre agreste... Para hacer volar el alma hacia arriba y levantar en las cumbres mis himnos de amor, crecidos en el resorte de la aventura.
Me siento sobre una roca, donde antes el agua bailaba rumbas. Me rozan casi las jaras, los helechos... Y las ramas de los alcornoques parecen alcanzarme, como queriendo archivar mi visita al valle. Y yo recojo su aliento, su viveza, para hacer crecer su hálito de amor en mi pecho.
Y camino hacia el collado. La noche se está echando encima. Y alzo mi brindis de fe, hacia el caudal que me transmite la tierra, tranquila, amorosa, perfumada por el color de la humedad de la atardecida.
Seguiré, es mi deseo, escribiendo estas historias, forjadas entre pasos felices, como siempre hago, allí donde la naturaleza crea jardines y mi corazón se pasea en vuelos enamorados.
6 comentarios:
Gracias, gracias por saber y querer expresar esos sentimientos de plenitud y libertad. Gracias y felicidades.
¡Hola Luis! Preciosa reflexión sobre el pasado y el presente de nuestra vida que se llegan a fundir en un único instante evocador y nostálgico.
Un abrazo.
Estos vuelos enamorados calan hondo Luis, has descrito a la perfección lo que se siente al caminar por esos destinos plagados de naturaleza que tan bien nos hacen sentir. Da gusto leerte y sentir esa libertad que trasmiten tus letras. Un placer estar aquí en tu rinconcito.
Mi abrazotedecisivo
Sentada, leyendo y sintiendo tu emoción al escribir tan bonitos pensamientos.
Un saludo.
Hola Luis.
Es como Teosofía, porque en la belleza de los Paisajes y las montañas está Dios y se siente esta Paz interior meditando en la naturaleza.
Enhorabuena Poeta.
Un abrazo, Montserrat
Incrível como seus escritos vão envolvendo minha alma de paz e amor... uma delícia ler-te...
Beijo carinhoso.
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