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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

jueves, 8 de diciembre de 2011

Vaya bosque!!!





Me lo dijo el pastor:

-Llevo 15 años recorriendo estos terrenos y procuro no penetrar en ese bosque de rebollos. Es inmenso. Por la noche sería imposible salir. Te atraparía.

Toda mi vida me he dedicado a descubrir rutas por las montañas de mi tierra. Y de esa actividad surgieron varios libros de excursionismo. Me gustaba y me gusta andar por terrenos desconocidos, haciendo realidad la aventura, auxiliado solo por el mapa y la brújula. Hoy están los GPS, que son  muy útiles.

-Si se adentra en el bosque lo haga siguiendo el camino que le he dicho.

En el otoño las tardes son cortas. Así que, cualquier recorrido por parajes desconocidos tienes que iniciarlo por las mañanas. Los despistes, el fallo en las orientaciones, se pueden solucionar teniendo horas suficientes por delante.

Así que decidí adentrarme en ese bosque y a ver  lo que pasaba. Sobre el mapa lo correcto era hacer un trayecto hacia el corazón del bosque y diametralmente salir por la parte opuesta.






Los primeros pasos siguieron el rastro de una senda. Pero a la media hora de recorrido desapareció,  tragada por los arbustos. Los había de todas las clases. Pero sobre todo eran las enormes coscojas, con sus hojas espinosas,  las que impedían avanzar. Formaban una maraña impenetrable. Como setos salvajes de todos los tamaños. Y si lograba atravesarlos,  más formaciones se añadían a las anteriores. Recordaba las palabras del pastor. Verdaderamente de noche sería imposible salir de este laberinto vegetal.

De día me estaba complicando el avance. Las piernas las tenía doloridas.Y tenía que procurar evitar los roces a la cara del disforme ramaje de los rebollos.

No tenía fácil salir del bosque. No veía más que una vegetación infranqueable, amenazante. El placer del descubrimiento había desaparecido y la inquietud se iba apoderando ante la lentitud del avance.

Se dice que “la soledad y el silencio son dos instrumentos de conocimiento personal, que la montaña ofrece a quien las quiera y pueda aprovechar”. Era una persona libre, que caminaba por el bosque, haciendo lo que quería. Pero ese enfrentamiento personal con la naturaleza estaba siendo duro y difícil.

Pasaron dos horas. Estaba extenuado, aturdido. No sabía cual era las dimensiones del bosque. No tenía puntos de referencia para orientarme. Parecía que no avanzaba. El marco era siempre el mismo. La misma vegetación, el mismo sotobosque. Andaba a trompicones. Me fijé en el rumbo del sol. Y decidí caminar hacia poniente. Por suerte el terreno se elevó y se concentró en un breve alcor.






Subí a este altozano y oteé el bosque. Hacia la dirección que seguía se aclaraba. Empecé a sentirme mejor. Todo estaba en silencio y tranquilo. Menos mi corazón y mis piernas, abatidas por el cansancio y el dolor de los continuos restregones con los férreos arbustos.

El omnipresente bosque con su armada verde iba perdiendo su espesor. La dirección que seguía era la correcta. El sentimiento de desolación que me invadió durante toda la travesía iba desapareciendo. Unas perdices salieron raudas de la espesura. Buena señal.

Entonces encontré una senda que se dibujaba débilmente sobre la hierba. La seguí. Caminaba acelerado, tal era el deseo de salir de este acoso del bosque. La aventura iba teniendo su final. Y por fin divisé terreno libre, despejado. Estaba en el perímetro del bosque. Delante tenía campos escalonados de almendros. Abajo relucía el verdor del cereal.

Había salido.


18 comentarios:

CARLOS dijo...

Descubrir el interior de los bosques es siempre algo extraordinario y más haciendo en bosques casi vírgenes, actualmente los bosques se han abandonado y crece maleza por todas partes y los caminos se van perdiendo desgraciadamente. Un saludo y precioso post.

altairbejar dijo...

Menuda aventura... Suscribo lo que dice Carlos.

Un abrazo.

Gus Planet dijo...

Amigo Luis, una vez más la sabia Natura nos recuerda el 'respeto' y 'cuidado' que debemos tener para con ella, no? En el sentido que uno cree que 'ha visto tod' o 'recorrido todos los senderos'. Sin embargo cada vez que pisamos por allí tal vez deberíamos 'perdir permiso' a los espíritus, como hacían nuestros ancestros y/o como hacen los pueblos indígenas de todo el Planeta...

Sabes? me pasó algo parecido el año pasado, cerca de un pueblo del sur de Austria llamado 'Klagenfurt', salí a 'trotar' sólo, me adentré en el bosque y cuando lo pensé había perdido 'el rumbo': qué susto tan grande! Pensé que me ahogaba y como tú, a duras penas encontré el camino de regreso!

¡Abrazo fuerte amigo, siempre un placer 'adentrarme' en tú espacio!

trotasendas dijo...

Fascinante narración Luis, me has hecho sentir como si estuviera con tigo caminando por ese bosque. Como bien dices la soledad en la montaña te ayuda ha encontrarte a ti mismo y conocerte mejor por eso a veces me gusta salir solo a perderme por la montaña y me he sentido muy identificado con esta vivencia tuya. También me has despertado la curiosidad sobre la localización de este bosque de robles. Supongo que esta en tu comarca del alto Palancia ¿no?. Me alegra que aún queden bosques así tan densos y misteriosos. Saludos y felicidades por la entrada

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Madre mía Luis, que valiente.
Con lo desorientada que soy yo, me hubieran tenido que venir a buscar los forestales, ja, ja..
Un abrazo, Montserrat

Emilio Vera dijo...

Inquietante relato Luis. El enfrentarte así solo a ese bosque tan impenetrable nos ayuda a entender cómo se sentirían nuestros antepasados (homo sapiens,homo erectus...) ante una naturaleza salvaje y desconocida, todavía por explorar. De esas experiencias ancestrales parecen proceder esos miedos atávicos del hombre a la oscuridad o lo desconocido que tan a menudo sentimos, sobre todo en momentos como los que vivistes en ese precioso bosque,por cierto. Y otro detalle, la sabiduría del pastor conocedor como nadie de los caminos y zonas que transita y que comparte con la soledad que siempre les acompaña.
Un abrazo.

kanet dijo...

Caray Luis, que aventura, pero tu tozudez y tu buen conocimiento de lo que llevabas entre manos te hizo saborear la dulce miel del éxito.
Un éxito no exento de cierta desesperación por no verle un final feliz a todo ello, la voz del pastor retumbaba en tu mente, mas era la voz de la prudencia que te iba recordando sus palabras.
Vaya experiencia mi querido amigo. Un relato que me ha tenido en alerta hasta el final, que lo sabía exitoso.

Ten un hermoso día, besitos azules muassssssssssss

LUIS MIGUEL, MARIA JOSE dijo...

Anda que!...nos lo has hecho pasar mal, hasta saber como habia terminado la cosa. Las aventuras y los bosques, es lo que tienen, te puedes llebar sorpresas de todos los tipos, aunque en esta ocasión, tu ya estabas avisado. Despues del susto hay que quedarse con la parte positiva...RETO CONSEGUIDO.
SAludos.

Goriot dijo...

Un paso dificil y digno de ser comentado. Son bonitos los colores y tonalidades.
Un abrazo.
Goriot.

tecla dijo...

Mágico Soñador de bosques y paisajes.
Pura magia este bosque.
Te saludo con entusiasmo.

Alma Mateos Taborda dijo...

Una aventura con obstáculos, pero seguramente tu vasta experiencia te permitió salir airoso.Muy interesante. Un abrazo

La sonrisa de Hiperion dijo...

Estupendo el texto ya las foto. Como siempre un placer haberme pasado de nuevo por tu casa.

Saludos y un abrazo.

Sara dijo...

Luis...desde luego describes con todo lujo de detalles... esas sensaciones que sentimos al adentrarnos en un bosque...desde luego es el mejor lugar para perderse, yo no tengo dudas...fijate que cuando he sentido esa sensación de pérdida en el bosque he estado tranquila...cosa que no me sucede en otros lugares....¿será que tengo alma de duende o gnomo? jajajaja,SENSACIONAL TU ENTRDA Y FOTAZAS.
Abrazotedecisivo y buen fin de semana.

Pakiba dijo...

Vaya aventura que has hecho, eres un intrepido excursionista y muuy valiente ,tienes para escribir muchos libros con tus aventuras,pero lleva cuidado que el bosque es mucha veces traicionero.

Un abrazo

MORGANA dijo...

Me hubiese encantado perderme en ese maravilloso bosque y respirar el aire que desprenden sus haboitantes...
Bello amigo Luis.

Abilio Estefanía dijo...

Hola Luis, conozco perfectamente esa sensación de soledad y silencio en medio de un bosque, mas de una vez hizo que me pusiera nervioso.
Y totalmente de acuerdo contigo que teniendo horas por delante siempre da tiempo a rectificar cualquier equivoco.
Muy bien relatado como es costumbre en ti y que engancha.

Un abrazo

wersi dijo...

Recuerdo hace unos años, me sucedió algo parecido...pensé que no saldría nunca de aquella montaña. al final pude bajar, pero con algunas heridas de guerra. La libertad que se siente al ver el camino de vuelta es algo inmensa.
Bonito reportaje y bien relatado. Saludos.

Mª Angeles B. dijo...

Algo leí por facebook y me asuste ,Siempre te digo que te cuides y que tengas mucho cuidado que la naturaleza a veces nos lo pone dificil....menos mal que encontrastes ese monticulo para ver por donde estabas......

menuda historia!

Besos