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martes, 13 de abril de 2010

Cerdaña, la cueva del amor


Salgo de Pina de Montalgrao con los áureos rayos del sol asomando por Espadán. El camino ribetea la masa pinariega de Santa Bárbara, donde asoma el rodeno con sus rojizas guarniciones.

En las cúspides de Cerdaña la modesta soledad del tomillo, la manzanilla y el espliego quedó absorbida por la implantación de las torres eólicas. Los molinos salpican el acentuado relieve como gigantes de acero, extendiéndose hacia las cuestas del Ragudo.

Me encamino hacia la gruta de Cerdaña, con su aura prehistórica. La vista se recrea con las anfractuosidades del barranco de la Pantorrilla y con la cónica figura del pico de Pina. Quejigos y retamas orlan el sendero con su inclinado ramaje, mientras la roca dibuja puntas y agujas dolomíticas con sus tonos encarbonados. Los encantos del paisaje son únicos, con vaguadas cultivadas y en los cresteríos de la sierra triunfando el rodeno. Una fuente cuchichea al lado del sendero, rodeada de arces, y las abejas zumban insistentes entre el romeral.

Cerca de la cueva, los pimpollos forman un frondoso bosque. Sus ramas se entrecruzan sobre el sendero, cubriéndolo como bóvedas de verdura exuberante. A los escarpes calizos de Cerdaña acuden las negras chovas, y sus graznidos y vuelos en picado llaman la atención del caminante. Cuando se refugian en las rocas, una calma melosa inunda el paisaje, sumido bajo el acorde solar.

Un letrero señala la boca de la cueva. Me adentro en su hechizo, en su leyenda, en ese mundo silente y misterioso que atesora. Donde la fabulación se crece ante su arquitectura petrificada. Un ligero goteo proveniente del techo anuncia que el agua ha sido el elemento primordial de las grutas.

Contemplo su magnética fisonomía, construida con manos de siglos. Los rayos del sol penetran por la ventana natural, iluminando la sala principal. Y la luz revoca la roca en una amalgama de colores increíbles, que exornan este escenario primigenio entre la espectacularidad de la roca, protagonizada por la gigantesca columna que une el techo con el suelo, adornada de filamentos calizos.

En esta maravilla geológica no moró un dragón, pero tiene, como es de rigor, su leyenda. La historia está vinculada con el origen del topónimo de la cueva. Y de cómo surgió nos lo cuenta la ilustre escritora y buena amiga mía, Matilde Pepín, en su obra titulada “Valencia Mágica. Misterios, enigmas y rituales ancestrales”. Dice así: “En el siglo XVII un soldado de Pina de Montalgrao se hallaba en la isla de Cerdeña, cuando conoció una bellísima muchacha de la que quedó prendado. Se casaron y vinieron al pueblo para quedarse. La familia del muchacho tenía otros planes para el héroe y repudió a la extranjera, acusándola de hechicera y seductora. La pareja se refugió en la hermosa cueva y allí vivieron su historia de amor. Habitaban una bellísima cámara oculta en el interior, donde había un altar con símbolos del Santo Grial, como si el vaso sagrado, el mítico recipiente céltico hubiera estado allí escondido algún tiempo. Dicen que ella ejercía de sibila. Un día el hombre salió a cazar y se entretuvo cogiendo granadas para ofrecerle a su amada; ella se quedó sola en la cueva y quiso explorar las simas ocultas, desapareciendo misteriosamente. Cuando volvió su amado, la buscó desolado durante días y semanas hasta que se dejó morir de tristeza. La fábula asegura que algunas noches primaverales, los espíritus de los enamorados vuelven a la gruta de sus amores y que protegen a las parejas”.

El silencio seduce al caminante. Un halo mágico lo envuelve. Parece un lugar arrebujado de una fuerza misteriosa, que se eleva desde las negras profundidades de la gruta, por donde desapareció la joven de Cerdeña.

-Crow, crow…

Tres chovas han penetrado en la cueva. Se aposentan en las oquedades y sus graznidos recortan el silencio que ha fascinado al caminante. Parece que gustan estar en este habitáculo. “La cueva -piensa el caminante- no está sola”.








24 comentarios:

Jota Ele dijo...

Como siempre, magnífico relato, Luis.

Se me ocurre pensar que, la bella sibila, no debía tener muchas artes proféticas ni adivinatorias al perderse por las oquedades de la gruta y no encontrar el camino de vuelta.

No obstante, es una fábula preciosa.

Las fotografías son estupendas pero, en tu caso, hay que darle la vuelta al dicho.

Tus palabras valen más que mil imágenes.

Un fuerte abrazo.

Goriot dijo...

Luis, me has aclarado el por qué del nombre que hace honor la toponimia.
He podido observar las figuras que forman las estalacitas, hasta una cabeza enorme.
Buenas fotografías.
Un abrazo.
Goriot.

Elsa dijo...

Una hermosa entrada, Luis, como es habitual. Un relato muy bien descrito y unas estupendas fotografías.

Que pases buen día.

Besos

Juan Francisco dijo...

Divina Naturaleza con sus generosos regalos. La historia muy bonita y tu viaje muy bien narrado, amigo Luís. pero esas fotos son todo un espectáculo amigo mío. Estalactitas y estalagmitas... siglos contemplando al caminante que se asome por entre sus rincones. Una soberana belleza. Gracias por traer fotos e historia hasta nosotros, los que no andamos. Un abrazo.

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

¡Qué gran belleza Luis!

Tanto la Leyenda, como las Fotografías.

Un abrazo desde Valencia, Montserrat

Sara dijo...

Que lugar...es encantador, y más lo parece... recreándose una en tus bellas letras.
Desde luego....con las cuevas de mala muerte, que abundan hoy por ahí....sin subir a la montaña....mucho mejor en irse un@ a Cerdaña, a esta cueva del amor, sin duda que si.Y al menos estamos en contacto con la naturaleza, que respetándola nunca hace daño.
Un placer como siempre venir a tu casita.
Te dejo un abrazote

Mª Angeles B. dijo...

Precioso relato, como siempre nos haces sumergirnos entre tus historias y pasar un ratito unico.

las fotos muy bonitas y con muchos detalles.

Besos

Anónimo dijo...

Wowwwww... Hoy si me dejaste boquiabierto con esas imágenes.

Un fuerte abrazo.

Carmen dijo...

Gracias por llevarnos a este lugar, tú lo haces mágico.
Un beso

Creuant Muntanyes dijo...

Me ha encantado la leyenda, gracias por compartirla y las fotos del interior de la cueva son muy bonitas. Curiosamente he estado hace poco por la Cerdanya, no en la cueva, ni en la isla, sino la comarca del pirineo oriental que también es de leyenda.
Un abraç!

Pizarro dijo...

Bonito relato y maravillosas las imagenes.
Saludos Luis.

Pablo Marín dijo...

Pues si que estoy yo despistao.... la de cosas que tengo al lado de casa y no he visto... no tengo perdón de Dios

Abrazos, maesstro.

Abilio Estefanía dijo...

Hola Luis, una verdadera joya, tanto el relato como la cueva (me refiero a las fotos).

Muestras las estalactitas que ya unidas con las estalacmitas forman una columna calcarea de especial belleza.

La fábula como todas las fábuals huelen a magia, misterio y hechizo.

Un abrazo
el lio de Abi

Montserrat Sala dijo...

Estupenda excursión. Magnífica leyenda i no menos exuberantes las fotos de ls cueva. Eres único Luís. Un abrado de tu admiradora de siempre

Mai Puvin dijo...

Gracias por el paseo y ese horizonte, entregado en mano.

Excelentes imágenes.

Un abrazo!

Vicky dijo...

Hola querido amigo Luís , me a encantado tu maravillosa forma de relatarlo y la leyenda es magnífica.Me gusta mucho viajar los fines de semana que puedo ,por supuesto seria toda una propuesta excelente para poder apreciarla en vivo.

Un Abrazo grande.

Deray dijo...

Por fin puedo pasar a visitarte de nuevo Luis, sigo con problemas en el ordenador, pero bueno casi están solucionados. Como me gusta pasar por tu casa, me transmites una paz especial con tus relatos de caminarte. La leyenda que nos cuentas es muy linda, me ha encantado. Que imágenes Luis, ufffff son indescriptibles, que belleza. Tenemos suerte los que te seguimos, de poder ser testigos de tan bellos paisajes, a través de tu trabajo tan bien hecho. Me ha encantado esta entrada de hoy. He tardado en poder visitarte, pero me voy encantada como siempre de tu bello trabajo. Un beso enorme amigo Luis

L. Gispert dijo...

Estimados amig@s:

Gracias por vuestras palabras, que son siempre muy hermosas y galanas, como ríos que festejan mis pasos, de andar y ver.

Sigo sin detenerme en mi camino y....¡ encantado!.

Besos y abrazos.

MA dijo...

Una entrada hermosa como siempre nos tienes acostumbrados genial amigo felicitaciones .

Un abrazo de MA para ti.

Francisco Javier dijo...

No conocía este blog, de lo que me he estado perdiendo este tiempo, me fascina la naturaleza, y todo lo que concierne sobre ello es muy grato para mí, para mi familia, ya que vivimos en el campo, rodeados de pastos, de animales, de vida clara, de aire puro, estas líneas me han dado ganas de visitar mundo, aún sin conocer.

Un abrazo, sigo leyendo, saludos.

Javier G. Pérez dijo...

Una cueva realmente alucinante. Es una formación de caprichosas figuras, y columnas derritiéndose imaginariamente. El detalle de las chovas piquirrojas a las que tanto aprecio y admiración tengo, le da a la cúpula rocosa esa voz escandalosa, para romper el silencio a veces, de la tristeza.
Saludos.

MORGANA dijo...

Luis,me llevas a un estado de paz con tus entradas que es como si estuviese allí.
mil besos.

Margarida Fernandes dijo...

Me parece un lugar encantador...la cueva del amor.

Magnifico relato.

ruma dijo...

Escenas de la Naturaleza son realmente grandes.
Al parecer, para difundir a través de mi frente muy inmediato.

Muchas gracias por sus hermosos paisajes.

Su fotografía es muy espléndido.

Gracias por visitar mi blog.
Y, gracias por su siempre admirando mi caligrafía.

fin de semana feliz.
Desde el Lejano Oriente.
Un cordial saludo.
ruma