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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

domingo, 20 de diciembre de 2009

Andrés (relato)


Tenía que llegar a la aldea. La nieve se adueñaba del paisaje y del camino. Todo era blanco, las cumbres de los montes, los muros de piedra seca, las faldas de la sierra, las copas de los árboles. Todo lo que la vista abordaba destellaba al sol. Resplandecían los copos asidos a las ramas de los pinos, como condecoraciones inmaculadas. Y cuando algunos se desprendían de las ramas, sensibles al soplo de un viento juguetón, se dispersaban en minúsculas partículas, bailando incesantes al caer.

El paisaje adoptaba matices de grandeza. Solo la franja libre de vegetación del camino era el cordón umbilical que unía la carretera y la aldea. Un cordón atávico de apenas dos kilómetros de longitud, donde las referencias estaban extinguidas por el albo paisaje.

En la aldea estaba Andrés.

Andrés era un viejecito que vivía solo en su casa, teniendo como única compañía un perrito de color canela. La primera vez que lo vi fue cuando visité la aldea unos cuatro meses atrás. Estaba plantando un rosal trepador, porque le gustaba que la fachada de su vivienda se adornara de flamantes rosas en la primavera, haciendo compañía a los geranios y a las parras, que volaban con el tendido de sus vástagos.

Dejó su faena y me acompañó por la aldea, hablándome de muchas cosas de su vida, enmarcada en estos espacios donde los jilgueros y los pardillos anidaban en las encinas, las alondras cantaban alegres y las liebres se apeldañaban por las querencias de las cañadas.

Nos hicimos buenos amigos. Volví a su casa más veces. Y en la última Andrés me dijo que me iba a regalar un jamón, que volviera dentro de unos veinte días.

Y allí estaba, caminando entre la nieve, con un frío helado que me cortaba la cara. Pronto estaría en la casa de Andrés. Y charlaríamos amigablemente, como otras veces, al arrimo del fuego del hogar, que calentaba su comida y el ambiente.

Llegué a la aldea. En invierno parecía aislada, adormecida. Y los escasos habitantes se refugiaban en sus casas, acogidos al calor del fuego, quemando la leña apilada en el cobertizo.

Estaba ante la puerta de la casa de Andrés. Varias veces toqué la albada, pero no me abría. Solo se escuchaba el siseo del silencio. Al llamarle, la cabeza de una vecina se recortó por el vano de una ventana.

-¿A quién busca?

-A Andrés.

-Andrés murió hace una semana.

La respuesta de la vecina me dejó perplejo, aturdido. Se me puso un nudo en la garganta y no sabía que decir.

-Se puso muy mal, llamamos a una ambulancia y se lo llevó al hospital. Falleció a los pocos días. Su
familia, que pasó por aquí, nos dijo que murió de un ataque al corazón.

-Gracias.

La palabra me salió temblorosa. Y volví al camino. Detrás quedaba la casa de Andrés, ahora vacía. El rosal que plantó y la parra brotarían en la primavera, como signos de vida que introdujo mi amigo.


Renuncié a ver el blanco paisaje. El día tenía un aire gris y macilento. Sentía como me caían unas lágrimas, humedeciéndome el rostro.

Los pinos, amortajados de blanco, parecían un pelotón de figuras misteriosas.

23 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Pienso que Andrés seguro que estará en el Cielo.

El dolor es grande, cuando se pierde a alguien al que se le tiene afecto.

Pero yo tengo esta esperanza.

TE DESEO, PAZ , AMOR Y ARMONIA, para ti y los tuyos,en estas NAVIDADES y siempre.


Montserrat

Eulogio Diéguez Pérez (Logio) dijo...

Ves que fácil es convertir un día blanco en un día gris.
D.E.P.

MORGANA dijo...

TE DEJO UN REGALO EN MI CASA.MIL BESOS Y FELIZ NAVIDAD.MJ

L. Gispert dijo...

Como dice Logio "un día blanco se puede convertir en un día gris". Es el corolario de este relato. En general, los relatos tienen diferentes matices, donde la fabulación puede ser feliz, humana, divertida, triste, etc.

En estos días donde todos nos deseamos felicidad, paz, amor y alegría, quiero acordarme, asimismo, de ese mundo triste a causa de las guerras, del hambre, de la pobreza, de la inseguridad, del paro, etc.etc. A todas estas personas que sufren, mi solidaridad por un mundo mejor y más feliz.

Gracias por todos los comentarios que voy recibiendo, amigas y amigos.

Besos y abrazos.

Goriot dijo...

Hola Luis, así es la vida, muestras en tu relato de valor lo divino y lo trágico de las historias.
Eres un incansable aventurero, un escritor de fábulas. Seguro que encontrarás a otras personas que aunque no se llamen ni Andrés ni Virtudes puedas seguir admirando el camino de la realidad y la ficción.
Un abrazo.
Goriot.

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo un trsiste relato la vida es asi que descanse en paz
un beso

Abilio Estefanía dijo...

Hola Luis, siempre cuando nos falta alguien de sopetón, se nos cambia el día, pero no estoy seguro de que en este caso a Andrés, le hubiera gustado que el día se hubiese torcido por la circustancia de su muerte.

Pero este es un sentimiento que no podemos cambiar.

Un abrazo

Ardilla Roja dijo...

Vaya... Creo que este blog ya es tan literario como de viajes.

Tus experiencias montañeras son un caldo exquisito para cocinar buenos libros de relatos e incluso, me atrevo a decir, alguna novela.

Con esta lectura me has dejado impresionada. No sólo por el final de la historia que es tristísimo, si no por cómo la cuentas.
Estoy con la boca abierta y helada como las copas de esos pinos que flanqueaban el camino de regreso.
¡Enhorabuena!, Luis

Mª Angeles B. dijo...

El renacera en primavera con sus rosas y su parra...siempre estara en ese lugar...lo dejo todo preparado para la primavera.

Menuda impresion! ir a ver un amigo y encontrarte con su muerte!

Animo! seguro que las rosas seran preciosas y siempre que regreses al lugar y veas sus rosas lo recordaras.

Besos

carlota dijo...

Hace años cuando vivia en casa de mis padres , todos los días pasaba un señor y siempre me lo encontraba cuando yo sacaba a mi perrita Africa a pasear ,siempre tenía algo que decirme y contarme , un verano me fuí de vacaciones al volver me extrañó el no verlo cada día , había fallecido .

Un beso y felices fiestas

Javier G. Pérez dijo...

De que buena gana me iría contigo Luis, a conocer estas personas tan sencillas y acogedoras que, poco a poco se van extinguiendo.
también suelo tener encuentros de este tipo con gentes solitarias, con quién me gusta compartir conversación.
Saludos.

María dijo...

Es triste ver cómo las personas nos van abandonando y dejando tan grandes huellas en nuestras vidas.

Me encantó tu relato.

Felices navidades con el deseo de que el año 2010 te sea generoso en todos los aspectos.

M.Eugenia dijo...

Hay diás que son al revés, los grises se convierten en blancos.
Un abrazo

Jota Ele dijo...

Muy sentido relato, Luis.

Estoy de acuerdo contigo. Estas fiestas, que suelen estar rodeadas de alegría, entrañable amistad y familiaridad, también esconden la negrura de la miseria humana.

Al menos, tratemos de alcanzar ese pedacito de feliciad por estos días.

Un fuerte abrazo, mi querido amigo.

MIGUEL NONAY dijo...

Hola Luis.
No soy muy de Navidad, precisamente, porque cuando se resalta la alegría y lo bueno, inconscientemente, o no, estamos comparando con lo malo, las injusticias, las desigualdades.

El relato es de una belleza proporcinal a la tristeza que supone, pero me ha encantado y emocionado como siempre me ocurre cuando te leo, por eso te admiro tanto.

Te deseo lo mejor para estos días y para 2010, en cuanto a la felicidad, espero que no sea solo para estos días, sino que te dure el máximo tiempo posible.

Un fortísimo abrazo, amigo y maestro Luis.

A Salto De Mata

Duna dijo...

Lus, Feliz Navidad. Que tengas días de mucha paz y alegría junto a tus seres queridos.
Que se cumplan todos tus deseos en esas cumbres maravillosas.

Un beso

Mar Cano Montil dijo...

Es un relato triste, pero deliciosamente entrañable, querido Luis... He llorado contigo al saber de la muerte de Andrés, pero mi corazón, jubiloso, ha recordado el rosal que plantó Andrés y que nacerá en primavera...

Un saludo desde "Mar adentro" y

¡Féliz Natividad!

L. Gispert dijo...

HOLA A TOD@S, MIL GRACIAS POR VUESTRAS PALABRAS.

Y....


¡¡FELIZ NAVIDAD!! CON PAZ Y ALEGRIA.

A B R A Z O S.

Deray dijo...

Hay veces que la vida te da flores con las que formar un bello jardin,lo malo es que cuando estas deisfrutando de sus aromas llega y te las destila. Un bello homenaje. Tienes un bello espacio,gracias por darme la oportunidad de descubrirlo. Te deseo que pases unas Felices navidades. Un beso grande.

Antonio Verdú Asís dijo...

Hola Luis, que pases una muy ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! en compañía de tus seres queridos y que en el año ¡¡¡NUEVO!!! se cumplan todas tus ilusiones y que te toque la lotería.
Un abrazo muy fuerte.

mirambella dijo...

Hermoso y triste relato. Me gusta eso que dices, que en estos dias, y por supuesto siempre, pero parece que en esas fechas más que nunca, no dejemos de acordarnos de las gentes que sufren, guerras miserias y hambre. lA PENA es que a nivel personal poco se puede hacer. si no seguir mirando con impotencia, tristeza y indignación las miles de noticias e imagenes que vemos sobre ello.
Mientras nos indigne y nos conmerva, algo estará bien, el dia en que ya todo nos resvale, y miremos sin ver, ese día sí será triste. Te deseo unas felices Fiestas. Besos

Carol dijo...

Lo siento mucho Luis. A very touching and sad story. Life is so precious and when people touch our lives as Andrew did yours, we hope for time to share and to let them know how much it matters to know them. Abrazos Carol

Carmen dijo...

Hola Luis, conozco el sentimiento por experiencia propia, pero yo nunca lo hubiera expresado tan bien. Un relato que realmente emociona y toca las fibras más sensibles.

¡FELIZ NAVIDAD!