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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

domingo, 11 de octubre de 2009

De Granada a la Alpujarra. Y 2.

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El autobús que nos llevaba a la Alpujarra pasó de largo por el “Suspiro del Moro”. Dejamos atrás Dúrcal y Lecrín y paramos en el antiguo puente Tablate. Entramos así en la Alpujarra. El espacio era transparente, hialino. Y una gran montaña se elevaba frente a nosotros. Era la sierra de Lújar, que proclama la cercanía del mar, vigía de Sierra Nevada. Pasamos por Lanjarón, con su famoso balneario y aguas medicinales y surgió la evocación de las ventas, donde se cambiaban de tiro las diligencias. Paramos en la Venta “El Buñuelo”. Feliz parada, ya que Paco y Encarni tuvieron la gentileza de agasajarme con exquisitos buñuelos. Me dijeron que se pueden tomar con chocolate, con queso y jamón. Puedo decir que pocas veces he degustado buñuelos con tanto arte. Desde la terraza de la venta se contempla una preciosa vista de Lanjarón y de su castillo árabe dominando una angosta hoz.

Pasamos cerca de Orgiva, de la que sobresalían las torres gemelas de su iglesia. La carretera iba elevándose y acercándose a Sierra Nevada. Rebasamos Soportújar, ya inmersos en el valle del Poqueira, labrado con antiguos bancales escalonados.

Nos detuvimos en Pampaneira, a 1.050 m. de altitud, en el umbral de la Alpujarra Alta. Y visitamos este pueblo, de gran tipismo por su arquitectura popular, con sus “terraos” (tejados planos), construidos con pizarra y launa, cobertizos y calles empinadas adornadas de flores, acicalando con tan bello ornamento las encaladas casas con sus características chimeneas. Este paseo por la belleza de Pampaneira fue de gran placer por su original sabor.

Continuamos viaje hacia Trevélez, abrazando una espléndida vegetación las orillas de la carretera, entre robles y castaños. Paramos para visitar la fuente Agria, a 2 kms. del pueblo de Pórtugos, que invitaba a beber. Al lado hay una ermita. Sus aguas son muy apreciadas y tienen un elevado componente de hierro. Frente a la fuente, al otro lado de la carretera, nace una escalera que baja hasta un espléndido y umbrío rincón, embellecido por unas cascadas donde se precipitan las ferruginosas aguas del manantial entre cortinajes vegetales, tiñendo el surco por donde discurre la corriente de una chillona tonalidad calabaza, resultado de la limonita que contienen.

Las encinas ponían su nota de color mientras nos acercábamos a Trevélez, famoso por sus jamones. Paraíso natural y gastronómico. Consta de tres barrios, que son joyas enjalbegadas entre el irrepetible esmeralda de los prados. La sierra impone su altura, dominando el valle, cumbres que ya rebasan los dos mil metros de altitud.

Nos volvimos hacia Pampaneira, pero no llegamos al pueblo. La carretera nos elevó con su rosario de curvas a Capileira “el Chamonix español”, ya que vimos bastantes montañeros de regreso de sus rutas. El recorrido por el pueblo fue de nuevo un encuentro con la arquitectura popular de la Alpujarra. Empinadas callejuelas, delirio blanco, gatos que enrollaban sus colas alrededor de las patas, tranquilos y felices, y balcones henchidos de flores. Una plaquita reproducía el nombre del escritor inglés Gerald Brenan, que recorrió los caminos de la Alpujarra. Se instaló en Yegen y escribió su famosa obra “Al Sur de Granada”, adaptada al cine por el director Fernando Colomo.

El tiempo final de este viaje por la Alpujarra tuvo como broche de oro mi propia “aventurilla” en solitario. Las montañas se elevaban regiamente, pero de una forma uniforme. El final del amplio valle del Poqueira está dominado por las cimas más altas de Sierra Nevada: El Mulhacén (3.482 m., la máxima altura de la Península Ibérica) y el Veleta (3.396 m.).

Así que tomé el Camino de la Sierra y me elevé hacia los mágicos paisajes serranos, embebidos de luz y de un aire limpio. El sol era luminoso y hería casi la vista. Y el azul restallaba en el cielo, salpicado por livianas concreciones nubosas. Alcancé la Hoya del Portillo (2.150 m.) y rematé mi corto periplo en el Puerto Molina. No podía seguir más, tenía que regresar. Pero estuve unos minutos en esta tribuna natural contemplando a los dos colosos, y surgió el deseo por “hacer” estas cumbres. Mi pasión montañera se desató entonces. El prestigio de los itinerarios que tenía delante me atrapaba como un imán. Pero tuve que volver. Y mientras descendía al pueblo, bañado por el inefable efluvio de una balbuceante brisa, me preguntaba ¿Volveré algún día a hollar estas cumbres?


Lanjarón desde la Venta "El Buñuelo"

Cocinando buñuelos en la Venta "El Buñuelo"

Cascada en la fuente Agria

Pampaneira

Capileira desde Pampaneira

Rincones de la Alpujarra

Los "terraos" de Pampaneira

Detalle de un tinao alpujarreño


Casas encaladas en Pampaneira. Al fondo, el Veleta, con su afilada punta cimera


Capileira, con su típica arquitectura, herencia del pasado árabe de este territorio

Pintoresca imagen de Capileira

Una magnífica vista de Sierra Nevada, alzándose el Mulhacén a la derecha, y el Veleta, a la izquierda.

34 comentarios:

Mundo Animal. dijo...

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.(O)==(O)~~~(O)==(O)='

Holaaa paso rapido a saludarteeeeee
Que Disfrutes de una buena Semana.

"Amistad, nunca mudable por el tiempo o la distancia,
no sujeta a la inconstancia del capricho o del azar,
sino afecto siempre lleno de tiernísimo cariño,
tan puro como el de un niño,
tan inmenso como el mar."

Saludos desde el Mundo Animal

Álvaro dijo...

Un lugar muy muy especial. Sin duda bien merece una visita. Las fotos estupendas.
Saludos.

Carmen Montoro dijo...

Soñador, esas cumbres te volveran a llamar y en otra ocasión, que te sea más propicia, haras ese camino ascendiendo a sus cimas.

Hermosa crónica exprés de tu viaje a la Alpujarra.

Saludos!

Unknown dijo...

Muy bien descrita la ruta por la Alpujarra, tiene un montón de rincones para perderse. ¿No visitaste el pueblo de Pitres? Tiene la denominación de puerto de mar y la placa en la que explica el por qué, aparte de una barca de pescadores. Está hermanada con la localidad de La Rábita (Granada), que está en la costa. Es gracioso ver en plena Alpujarra algo así, es algo histórico.
Me ha gustado recordar las rutas y pueblos de la Alpujarra Granadina, espero que probaras el plato alpujarreño, eso sí que es revitalizante.
Un saludo y espero que hayas disfrutado de tu viaje.

MORGANA dijo...

Luis ,maravillosa excursión que nos regalas...pero me quedo con los buñuelos¡¡¡menuda pinta tienen!!
Besos golosos .MJ

Anónimo dijo...

te has quedado corto, vaya que son magicos estos paisajes!!! como de ensueño.. que barbaridad es que yo puedo quedarme horas ahi, este mismo que dice "Detalle de un tinao alpujarreño"...me causa cierta curiosidad y no se... es algo que me llama muchisimo la atencion, esta precioso.

gracias por compartir, de verdad, es lindisimo.

un abrazo y bonita semana

Pizarro dijo...

Preciosasimagenes buen seguimiento, me gusta la calle de la peseta, saludos.

L. Gispert dijo...

--Mis cordiales saludos, Christian.

--Así es Alvaro, la Alpujarra es el complemento perfecto a la visita de Granada. Un lugar para disfrutar de los pueblos, de su arquitectura y de su típica gastronomía.

--Si que me gustaría, Carmen. Queda ahí esa esperanza. Y recordé, estando allí, la frase de Ramón Suriñach, que dice: "Ver más o menos cerca una montaña y no sentir deseos de subirla es imposible".

--Hola, Granargaceño, disfruté mucho en tu tierra. Pero ibamos en viaje organizado, y no pude detenerme el tiempo que hubiese querido. Comimos en Capileira y probamos el plato alpujarreño. Me gustó mucho y quedó muy complacido mi estómago.

--No me los recuerdes, Mª José, que vuelvo a Lanjarón. Estaban riquísimos los buñuelos. Con lo goloso que soy.

--Hola, Sonia, todas las visitas fueron rápidas. Aún así pude captar esa hermosa arquitectura alpujarreña. Los "tinaos" son los porches, plataformas que se sitúan cubriendo las calles. En verano sus sombras son muy apreciadas.

--Hola, Pizarro, tienen esos pueblos rincones muy típicos y rotulaciones curiosas. Como esa calle de la Peseta.

Jota Ele dijo...

Formidable, Luis. Formidable.

Me ha encantado tu reportaje. Fotos espectaculares y mucho más tu poético texto. Con decirte que me has obligado a consultar el diccionario para lo de "hialino"...

¡Ja, ja, ja, ja!

Es una invitación formal a visitar La Alpujarra. Una pena que fuera un viaje organizado. Estos paisajes, estas tierras, bien merecen un viaje reposado, degustando cada rincón con la debida parsimonia.

¿Y el jamón? ¿Qué me dices del jamón?

Un fuerte abrazo, amigo.

L. Gispert dijo...

Gracias, Jota Ele, uno se queda muy feliz con tus palabras. Pero.... si "hialino" es un vocablo tan castizo, je,je,je!.

Estos viajes así no se puede pedir más, aunque bien se pueden prolongar más ocupando más tiempo por la tarde. En Trevélez degustamos el jamón, estaba muy rico, acompañado de un vinico de la tierra exquisito. Todo eran aromas en el local, a jamón, a embutidos...Naturalmente, compramos jamón.

Fue un viaje para volver, más ¡tranquilamente!.

Un fuerte abrazo, Jota Ele.

Ccasconm dijo...

Qué viajes más hermosos nos preparas!!! Muchas veces uno no sabe qué lugares visitar (es una broma, siempre hay lugares nuevos), pero necesitas que alguien te aconseje. Y tú cumples ese objetivo a la perfección, acompañando los consejos con fotografías (dicen que las ímágenes valen más que mil palabras, yo creo que ambas cosas deben ir emparejadas).

Saludos

Rosa Cáceres dijo...

Ese viaje lo he hecho yo "también", aunque -observa la figura literaria- no lo sé contar "tan bien" como tú. Me encantaron esos pueblecitos blancos de alta montaña, Lanjarón y Trevélez, la de la señorita de Arniches, en donde probé un jamón de medalla de honor en el medallero de los jamones, te lo aseguro.
me conquistaron las pequeñas hornacinas de imágenes en las entradas de las casa, y esa fuente de San Antonio...el agua del deshielo escurriendo por las paredes de la montaña...Me has hecho recordar esas maravillas.

MIGUEL NONAY dijo...

Luis, se me acaban las palabras, se terminan los adjetivos.
Unas fotos preciosas y un texto que además de una llamada a visitar estas tierras, suponen toda una prosa poética de estos pasajes, de esta tierra y de esa historia.
Aprovecho para informarte que he convertido el blog a página web, por lo que la nueva dirección pasa a ser
www.asaltodemata.com
Un fuerte abrazo
Miguel

L. Gispert dijo...

--Me alegra, Carmen, que me digas que cumplo el objetivo de visitar hermosos lugares. Me encanta mostrarlos, con imágenes y texto.

--Rosa, eres una admirable narradora, y lo cuentas con una gran delicaddeza literaria. El jamón que probaste ¡qué bueno!, las hornacinas, la fuente... En efecto, son maravillas, que se descubren sin el jadeo que provoca las prisas... ¡como iba yo!

--Hola, Miguel, ya he cambiado la dirección. Y donde exista un buen paisaje y unos bellos pueblos, surge emocionada la prosa, que se alimenta de ellos. Lo mismo que te pasa a ti, con tu admirable maestría.

F.M.Marrouch dijo...

Muy bonito Luis, me encanta como narras tu periplo por la Alpujarra, es un sitio que visité , porque mi hermana vivió en Capileira y ahora esta en Altalbeitar, un pequeño pueblo cerca de Pitres, allí se rodó al sur de granada, tiene una plazita y una callejuelas preciosas.
Espero la próxima ruta para disfrutar. Saludos.

Mª Angeles B. dijo...

Un trabajo buenisimo, con una descripcion, que nos hace visualizar los lugares
El viaje, creo que apuntare todos estos lugares para visitarlos en un futuro.
Hasta aqui llega ese aroma a buñuelos.....

besos

don fernando dijo...

Tus fantásticos relatos y oportunas fotografías invitan a viajar y conocer esos parajes y lugares. Por cierto esa calle de la peseta es buenísimo. Un saludo.

pepsansII dijo...

La Alpujara tiene su encanto especial,sus bellos pueblos encalados en blanco, con sus preciosas calles y sus rincones que te van surgiendo en cada momento y con este telon de fondo Sierra Nevada.
Hace años subi al Veleta, pero fue con el coche,ahora creo que ya no dejan.
Fenomenal reportaje.
Una Abraçada

L. Gispert dijo...

Hola, Francis, gracias por tus gentiles palabras. Yo también espero tu siguiente obra. Me encanta la acuarela. Tengo también muy buenos amigos que son maestros en ese arte. Y no sabía que al "Sur de Granada" se rodó en Pitres. Debe ser un pueblo precioso, como todos los de la Alpujarra.

--Huy, los buñuelos estaban muy buenos, Mª Angeles. Para chuparse los dedos. Ya hay quien me ha dicho que piensa volver a la Alpujarra, no solo para probar los jamones, sino también los buñuelos de la Venta.

--Así es Don Fernando. Uno se siente viajero visitando "las anchas y entrañables y cambiantes tierras españolas.... ese mundo en el que sigue brillando la amorosa llamita de la ilusión", como dijo Cela, maestro de viajeros.

--Gracias Pepsans, es que parecían que estaban tan cerca y el día era tan magnífico, que me surgieron los deseos de alcanzar esas míticas cumbres. Pero claro, no iba solo. Pero... ¡ya llegará mejor ocasión!.

Goriot dijo...

Luis, amigo escritor, que bien describes las vivencias puramente viajeras.
Las fotos que acompañas son excepcionales.
He quedado encantado.
Te invito que visites mi blog.
Un saludo muy cordial.
Goriot

Abilio Estefanía dijo...

Hola Luis, he ido recorriendo de tu mano el viaje a la Alpujarra que has realizado y creo que visto lo visto, tendrás que volver en alguna ocasión para terminar el paseo que empezaste.

Muy buen reportaje o crónica o como se diga, con el que he disfrutado.

Un abrazo

L. Gispert dijo...

--Gracias, Goriot, un placer que hayas visitado el rincón de este soñador. Voy a hacer lo mismo visitando tu blog. Y encantado de tus amables palabras.

Saludos.

--Dices bien, admirado amigo. La Alpujarra hay que patearla, degustar las escenas pintorescas de sus valles, subir a lo más alto para recrearse con la soledad y "soñar" por las cumbres. Y al bajar, jejejeje.... darle a los buñuelos, al buen jamón y al vino.

Un fuerte abrazo, Abi.

Rosario Ruiz de Almodóvar Rivera dijo...

PRECIOSO REPORTAJE Y FOTOGRAFIAS.
El domingo estuve yo muy cerquita, de esos parajes y tus fotos y las mias tenian el mismo azul granadino maravilloso, el mapa es muy bonito y los buñuelos mmmmmm¡
Un abrazo Rosario

Begoña S.R. dijo...

Un placer poder entrar con tiempo para leerte con tranquilidad y disfrutar de tu texto y esplendidas fotografías.

Has entrado hasta en la cocina! Eres genial amigo. Contigo siempre se aprende algo.

Gracias por tantos detalles que sólo tú eres capaz de VER

Besos

L. Gispert dijo...

--Hola, Rosario,

--Hola, Begoña.

Gracias por vuestras amables palabras. Lució un azul precioso, Rosario, que enmarcó brillantemente las imágenes. Y de los buñuelos, qué decirte, que estaban muy buenos.

Y en efecto, Begoña, gracias a la amabilidad de Paco y Encarni entré en la cocina. Se portaron muy bien conmigo.

Besos.

Mª Angeles dijo...

Hola, es la primera vez que te visito y no sera la ultima, me ha gustaod mucho este reportaje de la Alpujarra, me ha hecho recordar algunas de la veces que he visitado este lugar, mi suegra es de Lanjarón, preciosa vista desde el buñuelo (que ricos por cierto) he ido tres años de camping al Balcon de Pitres, ese sitio es maravilloso. Un saludo amigo y con tu permiso te pongo en mi lista de blogs para volver.

L. Gispert dijo...

Hola, Mª Angeles, encantado de tu visita. Y más conociendo la zona, me alegran mucho tus palabras. Gracias por ponerme en tu lista, pero no puedo entrar al tuyo, me falta tu dirección.

Saludos.

Victoria dijo...

Mi querido Luis,mi soñador en la cumbres,es verdaderamente lo que nos enseñas,amo la Naturaleza y todo lo que ella nos regala,amo sus pueblos,sus historias,sus elatos y te doy las gracias por compatir este bello blog de tu mano que nos hace conocer un poco más de nuestra tierra..Gracias amigo.Con cariño Victoria

L. Gispert dijo...

Muchas gracias, Victoria. En mis textos y en las imágenes va impreso ese peregrinar en busca de la belleza. Aunque la encontré muy joven en la naturaleza, en los pueblos, en sus gentes... sigo ese camino que me ilumina y me emociona. Y, a veces "soñando".

Un abrazo.

Antonio Verdú Asís dijo...

Hola Luis, soy Antonio, tienes razón, esta vez acerté eran japonesas, aunque me parecian chinas. Preciosas fotos las tuyas, se nota que te gusta el paisaje rural y urbano, has sacado todo el encanto de Granada, la Alpujarra, Lanjarón, etc., yo estuve hace mucho tiempo por esa zona, hace ya casi 30 años. Me encanta tu blog. Enhorabuena. Un abrazo.

Alma Mateos Taborda dijo...

Qué viaje tan bello, amigo y qué deliciosos buñuelos! Preciosos paisajes y muy bien relatado. Felicitaciones! Un abrazo!

María dijo...

¡Pero qué recorrido más lindo! con palabras y además con bellas imágenes, un post precioso, me ha encantado, y además esa zona no la conozco, y me ha parecido muy original la calle dedicada a la peseta, bien se la merece.

Un beso.

Lira Santos dijo...

Que viaje bonito...
Un sueño!
Esto es una terapia,amigo Luis.
Un beso y disfruta muchooooooo

L. Gispert dijo...

--Gracias, Antonio, me hechizan los buenos lugares y el riquísimo patrimonio que hay en España. Me faltó tiempo para ver bien la Alpujarra, pero todo lo que vi me llenó felizmente. Un abrazo.

--Gracias, Alma, me apasiona viajar, descubrir la belleza y contarla. Un abrazo.

--Gracias, María, hasta en los pueblos pequeños, que atesoran ricas reminiscencias del pasado, te llaman la atención cosas que representan un valor notable. Esa calle dedicada a la Peseta es muy original, en efecto. Besos.

--Dices bien, Lira, viajar es una terapia y disfruto mucho.

Agradecidísimo por este comentario y por los que me has dejado en los otros posts. Un beso.