En vísperas de emprender viaje hacia los Pirineos Franceses, he dedicado un tiempo a consultar aquellas obras, archivadas en mi biblioteca pirenaica, integrada por más de 400 títulos, que recojan relatos, testimonios y viajes por las zonas donde se van a orientar nuestras visitas e incursiones senderistas. He comprobado que son bastantes los libros que hablan de estos parajes. Y ello no es sorprendente, porque el embrión, la cuna, la expansión viajera y montañera de los franceses se centra en estos territorios, que nosotros vamos a visitar, por ejemplo: Cauterets, Luz Saint-Sauver, el lago de Gaube, Vignemale, la Hourquette d' Ossoue, el circo de Gavarnie, el puente de España, etc.
Libros como "La Brecha de Rolando", "Recuerdos de un montañero", "Los Pirineos"..., y, especialmente uno muy curioso, que nace de esa pasión ancestral que irradiaban los grandes viajeros, los pirineistas, los científicos, curiosos por descubrir una región en las que nadie se atrevía a aventurarse, desconociendo el país que iban a desvelar.
En este contexto, destacan las aventuras de algunas mujeres, solas o acompañadas, en coche, a caballo o en sillas de manos, llegando a lugares ignotos, inaccesibles, con la esperanza de vislumbrar pedazos de Pirineo, en la montaña, en un pico, al lado de un lago, con la explosión de sus vestidos de la época, sembrando de colores a la tierra y a las aguas.
De estas aventureras, hay un libro precioso. Su título "Viajeras por los Pirineos". Ilustrado con una desbordante colección de ilustraciones y fotos de la época. Y como se explica en el prólogo: "El propósito de esta obra es reunir a las pirineistas, a las viajeras, a las agüistas que tuvieron ganas de llevar a cabo una hazaña deportiva, de crear una obra durante o después de su estancia en los Pirineos".
De estas mujeres intrépidas destacan Madeleine Larrondo, la "mujer desnuda" de Ariège, la duquesa de Berry, la emperatriz Eugenia, Margalide Le Bondidier, Sphie Cottin, Gorge Sand, Eugenia de Montijo, la condesa de L' Epine, Louisa Stuart, y un largo etcétera.
Vamos, que no solo los hombres dejaron sus huellas en los Pirineos, tejidas entre la aventura, las hazañas, y las leyendas. También las mujeres inscribieron sus nombres en esta maravillosa legión de montañas, mujeres tan singulares como la citada "mujer desnuda", de cuyas aventuras surgió una obra, escrita por Margarita de Ernemont en 1929, con el título "La solitaria de los Pirineos".
3 comentarios:
Hola Luis.
Gracias por compartir este artículo.
Me encanta leer que mujeres ilustres, también quisieron gozar de estas montañas, hace muchos años
El Poeta Joan Maragall, fue un enamorado de los Pirineos.
Feliz domingo.Un abrazo, Montserrat
¡Hola Luis! Excelente colección de libros de la zona. Casi que leyéndolos todos ya tienes un conocimiento importante de la zona. Pero hay que completarlo con la visita in situ. Por cierto, pásalo muy bien en tu próxima visita a Pirineos. Luego, a tu regreso, disfrutaremos nosotrosw con tus entradss.
Un abrazo y a disfrutar.
Hola Luís: veo que te sigues moviendo como el pez en el agua dentro de los Pirineos. ahora los franceses. Son todos los rincones que guarda una maravilla.
Solo paso a saludarte, porque hacia muchos días que no te visitaba, y no quiero que pienses, que te olvido.
Las fotos son preciosas. Gracias por regalarnos tanto, amigo Luís.
Publicar un comentario