Volveré...

Volveré....

Volveré esta semana a la Serranía de Albarracín...

Volveré para ver el cereal como estiliza su inmensidad verde, bordado por el relumbre rojo de las amapolas.

Volveré a un mundo distinto, donde están presentes los sublimes acordes de la emotividad y de la estética.

Seguiré merodeando por  caminos arcaicos, que me llevarán a tierras de alta montaña para descubrir nuevos paisajes, otros encuadres... Me adentraré por los conjuntos urbanos, como un viajero clásico. Y me embeberé de la ondulante verdura de una sierra mágica, de otras... de otras distintas, azuladas pero siempre bellas! 

Y como en otros tiempos, donde el amado recuerdo está preñado de páginas entrañables, buscaré la esencia de floridos senderos, donde siempre sonríe el ambiente cordial de la naturaleza.

Estoy ya escuchando el toque sonoro de nuevos pasos, desde que el alba amanece hasta que los últimos bálagos de un sol dorado alumbren mis nuevas andanzas tranquilamente.

Son como la vida del trigal, que los campos ahuecan, siempre verdes, relucientes,  arribando al colofón áureo de la mies...

Seguiré el rastro sonoro de riachuelos, de ríos cimbreantes, entre el ramaje de chopos cabeceros  -donde se guarecen los jilgueros cantores- , y fuentes, siempre sonoras y puras.

Me adentraré por parajes recónditos, donde brota siempre un grato misterio.

Seré como  aquel joven que en su día emprendió caminos distintos.... Y surgieron páginas de vida, bañadas de resplandores vivos.

Mientras las ondas de la inspiración renacen en estos tiempos tan volubles, como astros que en las alturas centellean...

 volveré a ser el de siempre....

porque.....

.... un nuevo libro me espera.