Dedicada a ese libro que fructificará del corazón de cada amig@.
Se ha extendido su toponimia como
el Calderón, aunque el nombre más apropiado al techo de las cumbres valencianas
es el Alto de las Barracas. Su fisonomía es típica, conjugada con la
individualización actitudinal que configura el amplio relieve de la sierra de
Javalambre, con su cohorte de cumbres anchurosas, de vastos dominios
orográficos. Tiene esta montaña 1.837 metros , 24 más que el gigante
Penyagolosa.
Javalambre es una sierra con
multitud de rutas, que circulan por los redondeados lomos cimeros, surcando sus
constantes desniveles, cubiertos por sabinas rastreras. Su cota máxima alcanza los
2.020 metros .
Brinda un sinfín de panorámicas
excelsas, llenas de sabor excursionista. Una sierra que, en primavera, se cubre de florecillas y en el invierno es visitada
por el frío y la nieve.
Al Calderón se sube normalmente
desde la Puebla
de San Miguel. La ruta es preciosa. Y te permite presenciar una variedad
notable de especies vegetales de renombre, como las sabinas, representadas en la impresionante reliquia de Las Blancas, sabinas albares de
gran porte.
Pero nosotros elegimos otra ruta
alternativa, que nace del idílico paraje de Matahombres, a donde se llega por
pista, que parte del bonito pueblo de Camarena de la Sierra , rodeado por
vertientes que descienden de cotas que rondan los dos mil metros de altitud.
El día no podía ser mejor,
soleado y muy despejado. Partimos a las nueve de la mañana. Eso sí, se notaba
una temperatura fresquita, pero que venía bien para caminar. Pronto el paisaje
pinariego nos fue conquistando. Por los altos asomaban los despejados lomos del
Alto Javalambre, y las cabelleras pinariegas se descolgaban formando mantos
esmeraldinos muy vistosos. Los pinos albares rizaban sus características
formas, con troncos gemelos, hermanados
entre el sotobosque. Llegamos al área de la fuente de la
Miel. Su libre manar era caudaloso, como
una gruesa hebra de cristal.
Abandonamos la sinuosa pista que
conduce a la Puebla
de San Miguel, y tomamos otra que nos subió, siempre entre el acorde pinariego,
hasta el despejado collado del Buey (1.715 m .), donde se articulan las rutas que suben desde la Puebla de San Miguel y
Arcos de las Salinas. Y cuya encrucijada conforma la ruta de ascensión al
visible lomo del Calderón, referenciado por el estirado y blanco hito del vértice
geodésico.
Tras visitar el refugio del Buey,
decidimos no tomar el clarificado sendero que zigzaguea a través de un
cortafuegos y termina en el vértice del Calderón. Proseguimos el itinerario por
un camino que se adentra en la pinada, circundándola. Y a la trocha nos metimos
en el bosque. Fue la parte más dura de la ruta, ya que la inclinación de la
vertiente septentrional del Calderón es acusada por esta parte. Una vez
reducida la inclinación, el suelo mostraba una gran riqueza botánica,
representada por la olorosa, abultada y espesa
sabina rastrera, de un verde compacto. Unos metros más de andadura y
coronamos el despejado cabezo del Calderón. Serie de fotos y atractivo momento, donde disfrutamos del dilatado paisaje de la
sierra de Javalambre, un mar de montes que se abría espectacularmente con su excepcional belleza y amplitud, con el suelo cubierto de innumerables sabinas rastreras,
adaptadas a la singular topografía serrana, al clima continental de la sierra, tan acombada entre cerros y
escindida de torrenteras.
Tras el almuerzo, recreado por la
belleza de tantos anfiteatros serranos, decidimos bajar del Calderón por el
sendero del cortafuego. Bajada rápida. Y dejamos a la derecha el collado del
Buey, para adentrarnos nuevamente en la
pinada y percibir, con alacridad, los
perfumes que nos brindaba el frondoso bosque. Troncos sobre el suelo mullido,
dibujando formas curiosas. Alguna foto más. Y nuevamente en la pista.
Fuentes claras nos sonreían. Los
escaramujos salpicaban la pista. La belleza de los altos cortejaba nuestra
andadura, arribando al punto de partida, en el área de Matahombres, ya no tan
solitaria como hacía cuatros horas atrás.
Seguidamente visitamos un paraje
netamente eufónico. Se trata de las cascadas de los Amanaderos. Nos trasladamos
con los coches hasta allí.
-Qué maravilla, exclamaban mis amigos.
En efecto. El agua del Riodeva
salta formando bellas cascadas, entre bloques de areniscas rojizas del rodeno.
Por esta zona rapelan los escaladores, con sus flamantes trajes de neopreno.
Barandillas de madera y tramos de escaleras rampantes protegen el tránsito de
visitantes, para evitar el peligro de
los profundos escarpes. Por el cauce se precipitan los saltos. Su sonoridad es
patente. Y el sol reverbera en estas largas trenzas cristalinas, escalonadas y
entre espumas y juegos ardidos. Todo el cuadro de Matahombres conforma un éxtasis
notoriamente contemplativo, que recrea el alma con la gracia del agua
saltadora.
Con alguna sorpresa en el
itinerario de vuelta, alcanzamos la asfaltada pista que nos depositó en el
refugio Rabadá y Navarro, cuyo nombre está dedicado a dos alpinistas aragoneses que fallecieron en la cara norte del Eiger, en el año 1963. Allí nos esperaba Javi, que nos preparó una
restauradora comida, que degustamos con sumo placer. Breve descanso fuera del
refugio, recibiendo un baño de sol, y regreso a casa.
Una ruta espectacular, salpicada
de una sugestiva cadena de encantos, y que tod@s los amig@s disfrutamos con el
gran compañerismo que nos caracteriza. Javalambre nos ofreció sus maravillas. Y
junto a las fuentes, las sabinas, la floresta pinariega, las rocas, el
Calderón y los Amanaderos, sentimos que
la sierra nos dio su corazón, con el abrazo de un alegre ambiente montañero.
8 comentarios:
Hola Luis.
Todas las fotografías son a cual más bellas.
Celebro que hayas pasado una excursión tan feliz junto a tus acompañantes.
Un abrazo, Montserrat
Una ruta magnífica, a ver cuando nos enganchas a tu nieto a tu yerno y a mi y nos llevas de tu mano por algún paraje maravilloso.
Ya sabes amigo Juan que para mi sería un placer..... Así que habla con ellos, y os engancho a todos....
Un abrazo.
Cuando empiece a montañear por esas tierras, ten por seguro que tú habrás sido el que me has descubierto cada una de esas cimas, de esas sendas, de esa paz de tu zona...otro reportaje excelente mi estimado amigo Luis, excelente en imágenes, esencia y sentimientos trasmitidos a través de tus letras.
Mi abrazotedecisivo grandote y pasa muy buena semana.
¡Hola Luis! El Calderón o alto de las Barracas está en la agenda, esperando a que un buen día encontremos el momento de ir. Por ahora nos conformamos con leer y admirar tus hermosas fotos, para abrir boca.
Un abrazo.
Amigo Luis: Siempre que entro en tu blog me asustas, subido en tal alto lugar parece que te vas a caer.
Depués veo la Fuente de la Miel. Muy bien narrado y buenas fotos de la andada.
Un abrazo.
Goriot.
buenas tardes luis,soy miguel pros,perdona pero no me acuerdo como puedo entrar para ver donde sales los sabados,dime como puedo hacerlo,gracias,un abrazo.
buenas tardes luis,soy miguel pros,dime como puedo entrar para saber don de vas los sabados,gracias.
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