Por la sierra de El Pobo: El mirador del Coladillo

Me gusta de vez en cuando adentrarme por paisajes desconocidos, donde detener la mirada y descubrir parajes y sierras todavía inéditas para mí. Todas ellas tienen una belleza natural destacable. Así que esta mañana nuestro grupo de amigos nos hemos ido a Teruel.

Los rasgos de una sierra siempre me han llamado la atención: la sierra del Pobo, con Castelfrío, que enmarca el valle del río Alfambra por su margen izquierda.

Desde Teruel, dejando la autovía, hemos tomado la carretera que conduce a Cedrillas, en los confines de la sierra de Gúdar. El objetivo era detenernos en la población de Corbalán, donde empieza la ruta del  PR TE-35,  que tiene su final en la localidad de Alfambra y se acerca a la sierra del Pobo. Aparcamos el coche en la plaza de la iglesia. El templo es una obra gótico-renacentista, con portada plateresca y torre de mampostería.

Salimos del pueblo junto al lavadero. El recorrido es muy llevadero, entre campos de cereal, labrados y de barbecho. Seguimos la línea de teléfono. Aunque la señalización no es muy buena, no hay error si te fijas en las marcas, aunque no estaría nada mal un remarcaje de la pintura, que va envejeciendo, y crear más señales en las bifurcaciones.

Las sabinas salpican el terreno. Las hay de gran porte, incluso centenarias.

Mi amigo Juan me viene con una ramita.

-Distingue, Luis, sabina o enebro.

Paso la mano por la rama.

-Caray -le digo- Juan  esto es enebro.

-Porque te has pinchado ¿verdad?

-¡Y tanto!

-Pues ahora ya sabes lo que es cada planta por las hojas.

Lo tenía claro, pero esta demostración de mi amigo es la más convincente.

Y seguimos la marcha, con  alguna risita de complacencia de mi amigo. Nos adentramos en un bosque mixto de sabinas y pinos. De vez en cuando aparece un campo de cereal. Tan verde,  que con el sol destaca más la tonalidad.

Pasamos delante del Mas de Castil de Cabras y descendemos hasta la ermita de la Virgen de Cilleruelos. En este paraje, debidamente acondicionado de mesas y asientos, procedemos a almorzar. Y continuamos por otro camino, siguiendo la indicación del PR. Dicho camino es una reconversión de un antiguo sendero. Nos eleva hasta un collado y  un cruce, al lado de la masía del Coladillo.

Cerca queda el mirador del mismo nombre. Espectacular vista desde tan singular atalaya. Al frente se observaban los altos cerros que acompañan al Alto de Castelfrío (1.735 m.), que aparecían cubiertos  de una ligera  capa blanca. Era la nieve que había caído en la noche anterior.

Aunque el objetivo  era alcanzar este mirador, la presencia de la alta montaña nos animó a proseguir el camino. Descenso, cruces de caminos y fuertes repechos, hasta que alcanzamos el Mas de Tarín. La vista del Alto nos empujaba a ascenderlo. Era el paraje más sobresaliente de esta ruta. Nos hicimos la foto del grupo. José Luis, nuestro amigo y paisano, que era la primera vez que venía con nosotros, no paraba de hacer fotos. Y es que el deseo era de caminar más hacia la cúspide de la sierra.

Pero el cielo iba cubriéndose poco a poco de espesos cúmulos, solapando los espacios de cielo azul.

-Dentro de tres horas puede haber tormenta, nos dijimos.

Y dejamos, con mucha pena, para otra ocasión, hacer una ruta al Alto de Castelfrío, pero tomando otra dirección desde una población o punto más cercano.

Y nos volvimos a Corbalán por la misma ruta de la ida. En la población comimos, nos hicimos la última foto en la amplia terraza del bar y nos volvimos a casa.

Cerca de Teruel las nubes eran más plomizas.

-Ya llueve….

 IMAGENES DE LA RUTA