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El Tiempo en Segorbe. Predicción

El Tiempo en Segorbe

martes, 31 de mayo de 2011

Qué cueva más chula, abuelo




-Chicas, ¿os acordáis de la cueva de Cerdaña?

-Sí, contestan mis nietas casi al mismo tiempo.

-¿Que os gustó de esta cueva?

-Que era muy grande, me dice la pequeña.

-A mi, abuelo, me gustó la ventana, por donde entra el sol y la ilumina, me contesta la mayor.

-¿Y os acordáis de la gran columna que parece sostener el techo? Y… ¿os gustaría visitar otra cueva?

-Sí.

Esta vez contestan al unísono.

Y ya estamos andando por un camino ancho, arropado de olivos plateados y de agrupaciones  de pinos. Y enfilamos un sendero. Va subiendo entre una refrescante enramada de sombras. El matorral ribetea el sendero. Las abejas se afanan de flor en flor. Sus zumbidos son  una dulce sonata. Es el trabajo precioso de estos laboriosos insectos que reconforta el silencio.

-Abuelo, otra señal.

Mi nieta me va indicando cada señal del PR que aparece pintada en los troncos de los pinos.

-Vamos bien, abuelo, me advierte.

Las carrascas flamean la luz verde de sus hojas. La cálida brisa de la tarde las hace aletear. El avance por el sendero es una delicia.

-Chicas, ya hemos llegado.

A nuestros pies se abre el hueco oscuro de la boca de la cueva.

-Preparad las linternas, que vamos a entrar.

Penetramos en el enclave de la gruta por una pequeña rampa descendente. El complejo de formaciones es austero, pero a mis nietas les encanta.

-Vaya, abuelo, que chula es esta cueva.

-Ir con cuidado. El suelo está algo resbaladizo.

-Mirar el techo.

Enfilan los chorros de luz blanca de sus linternas hacia la oscura bóveda.

Les hablo de las características morfológicas de las cuevas. De forma sencilla, claro. Y ellas no paran. Disfrutan. Preguntan. Se emocionan.

-El agua y la piedra son los elementos importantes de las grutas. Y así nacen estalactitas y estalagmitas.

-Como ésta, ¿verdad, abuelo?

-Así es. Veo que lo habéis entendido.

Ya hemos salido de la cueva. Otra vez estamos en los brazos de la primavera.

Tras hacer algunas fotos con su cámara a unas amapolas, mi nieta  mayor me dice:

-Abuelo, que cosas tan bonitas nos enseñas.





sábado, 28 de mayo de 2011

Fuente de las Mozas-Peñagolosa-Río Carbo




Como ascensión al Peñagolosa es mi ruta preferida. Me encanta. La he hecho varias veces y siempre termino sugestionado por los parajes que recorre.

Vamos allá. Salgo de Villahermosa, cruzo el río Carbo, paso por el albergue del mas de Borrás, asciendo una fuerte pendiente, remonto una pequeña canal y avisto en toda su grandeza el agudo perfil del cono final del Peñagolosa. El sendero está perfectamente marcado sobre el terreno. Algunas masías se perfilan sobre las cabeceras de las  barrancadas que desaguan en el río Carbo. Llego a la fuente de las Mozas (en esta ocasión no encontré ninguna moza que me hechizara con su belleza),  y me enfrento a una nueva cuesta. Paso delante del mas del Penyagolosa. Y más arriba, adentrado en el bosque de pinos, paso al  lado de una nevera, siguiendo la dirección al pico. Otra cuesta que remonto y alcanzo la pista forestal que sube del ermitorio de San Juan. Tomo el habitual sendero que me sube a la cumbre del Peñagolosa (1.813 m. ).  Un momento mágico se respira en el pico. Parece que es la primera vez que subo y ya son unas cuantas. Disfruto con las panorámicas, con la que gente que deambula por la cumbre, gozando como yo, en actitud imborrable de emociones.

Al descender tomo la pista que me baja hasta el río Carbo, pasando antes por las masías de Cardás y Marcén.

Ya estoy al lado del río Carbo. En su valle. Ya escucho su rumor. La corriente es juguetona, saltando sobre las rocas, formando cascadas. Estoy en el GR-7. Ribetea antiguas huertas. Vénse masadas. Mas de Carbo y mas de Roncales. Peñascos enhiestos. Recia vegetación. Enseña floral. Disfruto andando, cruzando el río. Salto como un chaval. ¡Cuidado, Luis, no te pases!

Que primor es este río. Tiene postín. Enriquecido de aspectos. De confundidas fuentes. De lecho rocoso. El agua trabajó fieramente. Encandilado llego a Villahermosa del Río.

Me digo: No quiero perder un día sin salir a mis montañas.









"De los campos floridos abriendo sus túrgidos labios, emergen bellas sonrisas..."


jueves, 26 de mayo de 2011

La rambla de Barrachina: El far-west



Cuando realicé esta magnífica excursión por la rambla de Barrachina ¡a 4 km. de Teruel capital!, me lo pasé en grande. Es un marco muy similar a aquellos donde se rodaron las antiguas películas del oeste. Un valle amplio, con escarpes verticales y con unos colores caracterizados por las arcillas, propios de paisajes que nos recuerdan el far-west americano.

Al caminar por este original valle me imaginaba que iba cabalgando a lomos de mi caballo Centella, y que los indios me perseguían,  hasta que una trompeta cercana cortó su ímpetu persecutorio, liberándome de la caza. Era la caballería con sus casacas azules y John Wayne al frente.

Ahora, con una nueva ruta, he vuelto a  sentir el pálpito de esta naturaleza con sus distintivos rasgos.

Aquí os muestro unas imágenes que revelan el carácter morfológico de estos impresionantes paisajes:







martes, 24 de mayo de 2011

Mi primer libro




Sí. Treinta y tres años hace desde que publiqué mi primer libro. Fue el año 1978. Su título: “Tradiciones y costumbres festivas de Segorbe”.

Me motivó a escribirlo mi recordado amigo, académico e hijo adoptivo de Segorbe, D. Ramón Rodríguez Culebras.

-Puedes hacerlo, Luis, tienes material para elaborarlo, me dijo.

Desde muy joven me he movido en los círculos culturales de la sociedad segorbina. Cultivaba la literatura, pero sobre todo el amor a mi ciudad natal, dedicándole “atención y estudio”, como destacó otro hijo adoptivo de Segorbe, D. Jaime Faus y Faus, cronista oficial de la ciudad entre 1957 y 1992, que me hizo el honor de prologar esta obra.

Fue mi primer paso como escritor. Por ello, mi emocionado recuerdo a aquellos años donde se enraizaron para siempre los conceptos básicos de mis trabajos, donde la misma Segorbe y la naturaleza fueron y siguen siendo mis “musas” fundamentales.


Ver enlace a la relación de todos mis libros.

domingo, 22 de mayo de 2011

Por el barranco de Agua Negra


Por el camino de la Cima


  
“Pequeña joya de la sierra Espadán”. Así se manifestó Merche cuando propuso  en su blog  (donde ha publicado un precioso vídeo de la excursión) la ruta para ayer sábado, que tuvo el encanto de ver a amig@s que hacía tiempo que no salía con ell@s.

En efecto, el barranco de Agua Negra personaliza cualquier estación. Es uno de los más destacados del parque natural de la sierra Espadán, junto con otro que también me gusta recorrer: el barranco de Castro,  desde Sueras. La primavera los viste de verde, gamas que resplandecen en sus rincones con su natural atmósfera, entre el real engarce del soberano rodeno y acompañando el sosiego cristalino de sus  juguetones caudales.

Nuestro recorrido por el barranco de Agua Negra despertó la emoción a tod@s, con sus paisajes idílicos, con su prodigio de plantas y arbolado. Caminamos por senderos y pistas, ribeteados por centenarios alcornoques y disfrutamos con el agua de la fuente de las Parra, muy concurrida por cierto por decenas de excursionistas.

El inicio de la excursión desde el sombrío paraje de la fuente de la Calzada, con las cerezas adoptando su característico color rojo, tuvo como aliciente la visita a la cueva del Estuco, otro hito geológico de esta zona del parque natural.   Y por pista ribeteada de flores,  por donde danzaban en sus perfumes las mariposas, nos acercamos a la fuente de la Parra y al sendero, que recorre todo el fascinante barranco de Agua Negra con sus transparentes linfas.

El buen tiempo se asoció con nosotros  esta vez,  y disfrutamos de lo lindo con esta singularísima naturaleza que atesora nuestra sierra.

Participantes en la excursión: Merche, Carmen, Mª José, Mery, Javi, Luis y las niñas las dos Marinas, Irene y Marta.

                                                    


En la entrada de la cueva del Estuco


La cueva del Estuco


Bella imagen del pico Espadán desde el camino de Almedijar


La foto del grupo


Descendiendo por el  barranco de Agua Negra


"Pa riba". Merche y Mery progresando por  una inclinadísima pendiente rocosa


Saliendo del barranco

miércoles, 18 de mayo de 2011

Con mis nietas

 
  
-Abuelo ¿cómo se llama esa planta?

-¿Y ese árbol?

-Mira, que mariposa más bonita. Hazle una foto, abuelo.

Voy de excursión con mis nietas. Estamos en el precioso valle del Paraíso. Abajo,  hemos dejado las cascadas del balneario. Y andamos por un camino ancho, entre aromáticas sabinas y excelsos paisajes de Javalambre,  que parecen jugar al coro con nosotros.

-Abuelo, se oye un ruido muy bonito.

-Nos estamos acercando a las cascadas de la fuente de la Tejeda. Es un rumor que gusta escuchar, como una musiquilla que nace de la tierra ¿verdad, chicas?

-Si, abuelito, me dice la más pequeña.

El pinar tiene su tapiz de flores. Invaden mi recinto ocular. Me maravilla tanta resurrección primaveral.

-Mira, abuelo, el río.

Baja la corriente como jugueteando por su menguado cauce, alegre, sonora, entre un vergel de musgos.

Resbala el agua por las fronteras de las rocas. Hay júbilo de saltos de agua, brillantes. Relumbros de plata que enciende el sol, desatando sus líquidas cabelleras.

Mis nietas no paran. Van de un lado a otro, cruzan los regatos de cristal.

Alumbra  la vida en este bello paraje de la Tejeda. El lenguaje de la naturaleza, con su éxtasis armónico, se llena de voces infantiles, alegres y felices.

-Abuelo, que bonito es esto.





lunes, 16 de mayo de 2011

Hacia el castillo


En Algimia de Almonacid se inició la excursión



Día primaveral en el valle de Almonecir. La Rápita, con su apostura serrana, nos miraba. El camino se emparejaba con el río Chico, que canturreaba las esencias y las filigranas paisajísticas de Espadán, entre olivos plateados y la deslumbrante formación rojiza  de las  amapolas que tapizaban los campos.

Alegres, el grupo formado por funcionari@s municipales del Ayuntamiento de Segorbe organizaron una marcha senderista, como uno de los actos en honor a su patrona, Santa Rita de Casia.

Con esta marcha, se ascendió al castillo de Almonecir, se visitó su restaurada y esbelta torre del homenaje y se recorrió todo el recinto murado, admirando las excelsas vistas del valle y de la sierra Espadán.

Aquí os pongo algunas imágenes de la excursión:









Y en la torre del homenaje del castillo de Almonecir

domingo, 15 de mayo de 2011

viernes, 13 de mayo de 2011

Lo digo muy fuerte




Llegará un día que Dios me marcará el plazo. Y quiero:

Seguir adorando la tierra, donde se afincan mis raíces. Seguir amando los paisajes, donde brota el equilibrio natural. Seguir amando las cumbres, donde todo es más puro y limpio. Seguir amando las fuentes, sultanas, al igual que los ríos, que alimentan mi energía. Seguir amando los pueblos, donde se encierran las mejores esencias de las personas. Seguir amando los senderos, donde el tránsito por ellos es felicidad y dicha. Seguir amando la luz, su júbilo, su abrazo. Seguir amando la alegría, su gesto cordial, retablo del bienestar…

Y dar mis últimos pasos por la tierra de mis amores, sentir su voz, que es la voz del ánimo y de la sinceridad, sus joyeles cautivantes, las alas de su espíritu…

Donde me siento feliz!!!

Y me alegraré mucho que sigáis pasando un buen rato con mis escritos, como yo lo paso con los vuestros.

Lo digo muy fuerte.


jueves, 12 de mayo de 2011

Flores y paisajes



Estoy en el Montmayor, la cota más alta del parque natural de la sierra Calderona. Tarde de un domingo luminoso, atmósfera de cristal. Cielo azul y montañas azules, recortando los horizontes. Contemplo pueblos y ciudades, entre comarcas engarzadas de Castellón  y Valencia. La franja del mar prodiga sonrisas  de plata. Y verdes de prados y pinares. Vuelo de insectos entre las flores de frentes graciosas. Flores que la sutil brisa hace bailar en la cima del monte.

Allá va el sol, en su camino crepuscular, acentuando los anaranjados de la atardecida. Parece posarse sobre la Bellida, por donde nacerá la noche.





miércoles, 11 de mayo de 2011

Tal vez





Tu figura se iba empequeñeciendo. Era el símbolo de tu alejamiento. Los árboles lanzaban sus suspiros de tristeza, las flores adquirían el aire de la laciedad y los pájaros habían enmudecido sus cantos. Y me parecía que los rayos del sol eran como diademas de oro,  que buscaban las cabriolas  de tu cabellera.

Te alejabas y yo permanecía quieto, impasible, con el rostro ensombrecido por el desaliento. Miraba a las nubes para que me tendieran sus brazos y me alzaran para verte, definitivamente. Y comencé a andar hacia la nada, tal vez hacia el ocaso, donde se refugian los corazones desvanecidos.

Seguiré amando a la luz, a las auroras como signo de esperanza. Y si no puedo permanecer en el camino de la luminiscencia, tal vez trepe por las encrestadas sienes de la sierra,  para buscar el abrazo de los fantasmas sangrientos.


lunes, 9 de mayo de 2011

Fotógrafos en la sierra Espadán




-¿Te vienes, Luis?

Y allá que me fui, con el mejor grupo fotográfico que podía tener, muchos amigos de la Agrupación Fotográfica de Segorbe, en una mañana que mostraba presagios  de lluvia entre un colapso de capas cenicientas. Espadán nos esperaba con su ondulante mar de frescor y verdura, todo un alarde natural de vibrantes gamas, que conferían al suculento paisaje un lustre fascinante, rubricado mágicamente por el silencio y la majestad.

He de decir que tan selecto grupo fotográfico iba comandado por mi amigo José Manuel Almerich, escritor y geógrafo. La actividad consistió en una salida práctica a Espadán, constituyendo de colofón de un “Curso de fotografía digital en espacios naturales”, organizado por el Ayuntamiento de Segorbe y la Universidad Jaime I de Castellón, y del que José Manuel ha sido el coordinador.

Y buen conocedor de las bellezas del parque natural de la sierra Espadán, eligió como escenario para captar los diferentes motivos fotográficos,  el espectacular barranco de Agua Negra, real mansión de una vegetación que crece y se multiplica con sorprendente desarrollo, en un relevante y tónico  mosaico de alcornoques, madroños, almeces, fresnos, brezos, ruscos, musgos,  hepáticas, helechos, madreselvas, labiérnagos, etc.

El tiempo se alió con nosotros. La humedad provenía de las nieblas que protagonizaron la entretenida mañana. Espesas brumas que envolvían la intimidad de las  copas de los alcornoques y el reino altivo del rodeno, que corona la escabrosa línea de Espadán.

Los fotógrafos tuvieron muchos temas para captar: El arroyo, que cantaba risueño entre los rojos canalillos del barranco; el brillante y coruscante musgo, que tapizaba las rocas; los líquenes, que revestían de un velo amarillo el rodeno; los lirios, que nos miraban con sus ojos azules; el espliego, que hacía danzar el bálsamo de su perfume, y las pinceladas de las flores de las aliagas con sus miradas de oro…, derramando en tan cautivante jardín el goce estético a las réflex, en un bello encuentro digital con la realidad y la fantasía de Espadán.