En la última excursión por un barranco muy pedregoso las viejas botas no resistieron la tremenda paliza que recibieron. Las gastadas suelas gritaron airosamente ¡Basta! Y decidió comprarse otras. Y fue a esa tienda de deportes tan grande donde venden de todo, donde va casi todo el mundo. La muestra era abundante en el escaparate de artículos de calzado. Una colmada exposición de marcas y tallas. Fue probándose las que más le llamaban la atención. Estuvo media hora y se decidió al final por unas botas de color crema con ribetes oscuros. ¡Estas me gustan!
Al llegar al pueblo lo primero que hizo fue dar una vuelta por los alrededores. Con las botas, claro. Así las estrenó, caminando entre huertas, que la reciente primavera engalanaba con sus matices coloristas. Mirábase las botas complacido, diciéndose ¡He hecho una buena compra! Aunque mintió a su mujer en el precio. “Que va, si no me han costado caras, solo 40 euros, pues estaban de oferta”. No era verdad, le costaron el doble.
Todos los sábados salía de excursión con un grupo de amigos. Se citaban por medio de internet. Y aún faltaban cuatro días para que llegara el siguiente sábado. En el trabajo pensaba en las botas. ¡Van a ser la envidia! Incluso le apetecía olerlas, le gustaba ese olor que desprenden cuando son nuevas. “Ahora -pensaba- recibirán el olor del monte”.
El amigo bloguero colgó la nueva ruta. Escribió su mensaje diciendo que iba. Era viernes y acostumbraba a prepararse las cosas con tiempo. “Llevaré estos calcetines, son los mejores que tengo”.
Sacó la mochila del armario. Comprobó que contenía el chubasquero, la cantimplora, la gorra… Cogió unos frutos secos, chocolate y algunas pastas para repartir en el almuerzo con los compañeros. “El bocata me lo preparará la mujer”. Consultó en internet el informe metereológico y como anunciaba la probalidad de tormentas ese dato no le gustó. Quería lucir sus botas y quería terminar la excursión sin que recibieran ninguna mancha.
Revisó nuevamente lo que tenía que llevar. La ropa, la mochila y…, las botas. Las veía allí, en el suelo de su habitación, con las anillas relucientes y los calcetines al lado.
Se acostó temprano. Y los sueños le acosaron. Soñó con las botas. Tenían alas y volaba con ellas, alzándose por las vertiginosas paredes de las montañas, sobre las copas de los pinos, junto a las águilas… ¡Ring, ring! Se despertó sobresaltado al sonar el reloj. Dio incluso un salto en la cama. La última imagen que había retenido del sueño era que las botas habían perdido las alas y se precipitaba hacia el suelo. Caía…caía…
-Vaya, no me ha gustado este sueño, se dijo.
Eran las 6 de la madrugada.
-Bueno, después del sueño he vuelto a la realidad.
En efecto, había llegado el momento esperado. Se vistió rápidamente. Se calzó con mimo las botas. ¡Qué bien le quedaban!
Continuará algún día…?
32 comentarios:
Hola...
las botas son bonitas..y parece caras..
pero para mi la pregunta es:
¿eran cómodas????
por que si no ni alas, no volar ni nada....
lo que duelen los pies..
si las botas no responden.
Un beso querido amigo
Hola Luis!
Me está gustando el relato, así que espero que continue. Por otra parte pienso que el protagonista debería haber reparado las botas viejas por si un día sabe que lloverá o pisará barro (me han hablado que hay un zapatero cerca del Mercat de Colón que pone suelas Vibram).
Un abrazo!
Enhorabuena por esas botas nuevas, ten cuidaito y en la mochila no se te olvide poner una caja con tiritas por si acaso.
¡Son muy bonitas!
Un abrazo desde mi librillo.
Me he quedado con ganas de más... por favor continúa, las vivencias de las botas son necesarias.
Muy bonito e interesante relato.
Besos
Muy bonitas las nuevas botas y,si tienen alas, mejor que mejor. Quedo intrigada a la sespera del desenlace, amigo Luis.
En DESTELLO tienes mi felicitación navideña.
Besos. María.
Un buen calzados es indispensable Luis, aunque tu eso ya lo sabes,
muy bonito el relato Luis
un abrazo
Buen relato Luis,esperamos la continuación. A veces, unos buenos zapatos de piel de cabra y suelas de cuero de verdad, lo agradecen los pies. Los demás materiales son insanos.
Un abrazo.
Goriot.
jajajajajaja
Nos dejastes con las botas puestas!!!
Me encanta el relato...
las ultimas que estrene, me hicieron unas ampollas impresionantes...ahora estan domesticadas jajajajaja.
besos
Hola mi querido Luis, nos pones la miel en la boca y uno va leyendo, leyendo hasta el dichoso "continuará" y para remate un interrogante. No te atreverás a dejarnos a medias eeee jaja
Son muy chulas las botas, veremos como te quedan los pies de ampollas jeje .. un calzado nuevo, uno siempre paga caro el estreno.
Que tengas un buen inicio de semana querido amigo, besitos azules muasssssssss
Hola cielo interesante realto espero que continue pronto
un beso y feliz semana
Botas nuevas, preciosas tanto que parece que tienen alas con las que poder volar por los riscos y por el monte.
Me gusta el relato, espero la continuación con interés.
Pues con alas o sin ellas, espero que te hayan llevado a algún lugar mágico, como esos que nos enseñas en cada foto que haces.
Tienen una pinta estupenda y con tanto cariño y empeño, no pueden hacer daño, seguro que no.
Me ha encantado el relato. Ojalá continúe, aunque sería interesante que las botas contaran sus impresiones también. No sólo quien las adquirió.
Saludos.
Las botas son las mejores "compañeras" de un senderista y que bien nos vendrian en algunos momentos que tuviesen esas alas... Bonita historia Luis, ya veremos como acaba.
Saludos.
Espero amigo Luis,no morir con las botqs puetas...me encantó tu historia y espero su continuación.
Mi abrazo.
Besos.
La imagen es preciosa...no sé, pero imagino que las de Papa Noel son parecidas :)
Le sumas misterio con el relato... y quiero saber como sigue. Seguramente si tanto ilusionan, deben tener algo mágico como alas...
Que las disfrutes!
Un placer leerte y ver tu fotografía.
Saludos.
Anda!!! me has dejado intrigada. Qué pasará con la nuevas botas?
De cualquier manera te felicito por el relato, me enganchó.
Ya veía a las botas con alas, volando entre tus montañas.
Por cierto son preciosas.
A ver si tenemos una segunda parte, no?
Gracias Luis por los momentos que nos haces pasar en tu blog.
Besos
Preciiso relato y hacerle kilometro a las botas para quitarle las telarañas.
Son muy bonitas parecida tengo yo unas.
Saludos Luis.
Bueno comienzo Luis, como la vida misma, jeje. A ver cómo sigue.
Saludos,
Pablo.
Graciassss amig@s por vuestro generoso aliento, pero es que un terrible dolor de muelas me impidió continuar en la redacción... Espero hacerlo, je,je,je... lo más pronto posible... ¡Pero que ruines son!. Las muelas cuando duelen, claro.
..."Y por el sendero quedé prisionero de las nieblas, con mis botas puestas de siete leguas...."
Besos y abrazos a TOD@S.
Luis.
Si Luissss porfa!ssssss, que continúe...que bonito....lo hemos sentido todos los caminantes, hemos sentido parte de esas sensaciones, que tú hoy compartes con nosotros...seguro que se las calzó y como el gato con botas....pero en este caso el montañero con botas....voló y soñó por esas cumbres que este hermoso pais que tenemos, nos regala.
abrazotedecisivo y buena semanita que comienza...andamos de exámenes y el trabajo es intenso asi es que...por eso ando algo desaparecida..`pero no del todo eh!!! sigo caminando jajajaja.
Lo dicho Luis... muacks
Buen relato amigo Luis y unas relucientes botas todo terreno nos enseñas.
Pero y el final?....
una abraçada
very good equipment :) they are the best friends in many situations!!
LUIS bonito relato esas botas que le llevaban a la felicidad, lástima que se despertó, pero tu lo continuarás.
Abrazos amigo.
Muchas gracias querido Luis por que me dices que te gusta mi poesia ...te vengo a desear felices fiestas Navideñas y año nuevo con todo el cariño ...y si vas de marcha que Dios te bendiga
un abrazo
Marina
Bueno pues yo me he quedado con dos pares de botas y sin nadie para meter dentro.
Un buen relato que he disfrutado y espero que te tenga fin y a ser posible bueno.
Un abrazo
Creo Luis que deberás cambiar el título del relato, debería llamarse LAS BOTAS VOLADORAS,ja,ja. Un fuerte abrazo
Hola Luis. Espero que continues con el relato.....y que expreses en él todas las emociones que se sienten cuando compartes con los amigos las vistas desde estas montañas y valles que tanto nos gustan.
Saludos.
Hola Luís, ya te echaba de menos todos estos días que he estado de ejercicios espirituales.
Bonitas botas las que te ha comprado tu esposa y estoy esperando cómo acabará tu historia.
Un abrazo con ternura
sor.Cecilia
Estimado amigo: Hago pocos comentarios, pero sigo siempre tus entradas, que son interesantes, y me producen serenidad y sosiego. Esta vez quiero comentarte que me han encantado tus botas, porque tengo unas muy parecidas y no me las quito ni para ir a fiestas ¿es posible que unas botas acaben dominándote de esta forma? Pues sí. No me extraña que hayas soñado con ellas. Un abrazo muy fuerte y gracias por tu relato.
Eso espero, que continúe. Soy muy malo imaginando los finales y me queda la intriga de conocer el destino de esas botas.
Aunque, en mi caso, las botas siempre han tenido un estreno conflictivo, qué le vamos a hacer.
Saludos,
Bueno Luis, quién te para ahora que tendrás botas nuevas????
Que el Niño Dios por nacer te colme de bendiciones a ti y a los tuyos.
Besossssssssssssssssssssssssssss
jajaja que presumido nos ha salido el amigo...:p...esperemos le duren tanto o más que las otras y que con ellas recorra muchos más caminos...limpias solo van a durar dos días jeje...fantástico tu relato, un abrao luis con botas.
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